Capítulo 38

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DAN

Nunca me planteé el momento en el que tendría que decirles a los padres de Andrew que había muerto, que no le cuidé, no le protegí como prometí. Su padre lloro con pesar mientras que a su madre le fallaron las piernas y tuvo que ser sujetada por su marido.

No hubo entierro. No sé qué haría Rustam con su cuerpo pero no hay tumba a la que llorar por lo que prefiero ahogar mis penas en alcohol. Cuando Andrew murió, algo dentro de mí también lo hizo. Ojalá despertase de esta pesadilla pero sé que ningún milagro me devolverá al amor de mi vida.

Lo peor fue tener que ir, junto a su padre, a recoger sus cosas del piso. Miro nuestras fotos y sollozo mientras doy otro trago.

Aeryn y mi padre han intentado varias veces sacarme de mi habitación pero yo no quiero hacerlo. Mi padre no entiende qué es lo que me ocurre. Esa es otra de las cosas que más me duelen: nadie sabe que he perdido a mi mate. Ahora me arrepiento de no habérselo contado. Mi madre murió sin saber lo que su hijo era en realidad, mi padre va por el mismo camino. Pero ya me da igual todo. ¿Qué más da si el mundo se entera de lo que soy? Ya no tengo nada qué perder.

Me tumbo en la cama boca abajo e intento descansar. Ha pasado más de una semana y aún no he pegado ojo. De repente alguien irrumpe en mi habitación, sube la persiana y la habitación se ilumina. Él suelta un quejido.

- Baja la puta persiana- le ordeno con una voz ronca causada por el exceso de alcohol y tabaco.

- Saca tu sucio culo de la cama ahora mismo- me dice Fredek.

- ¿Me vas a obligar tú?- le digo con desprecio.

Ahora es mi turno de ser una mierda de persona, como él lo fue conmigo.

- Lo estoy haciendo.

Me levanta de la cama a la fuerza. Me resisto pero no tengo fuerzas para defenderme. Me lleva al baño y me tira en la ducha. Abre el agua fría y me quejo al contacto con mi piel.

Me quito la ropa excepto la interior.

- Dúchate. Te traeré ropa limpia— ordena.

Sale del baño y me vuelvo a quedar solo. Andrew. No hay hueco en mi cabeza para nada ni nadie más que él. Me arrincono en la ducha y vuelvo a llorar mientras el agua no para de caer sobre mí. Fredek vuelve al baño y cierra el grifo. Alcanza una toalla y me la pasa por la espalda.

- Tranquilo, tío, todo saldrá bien- me diceintentado calmarle.

- Duele, duele mucho- digo mientras sollozo.

- Lo sé, lo sé, pero Andrew no querría verte así. Lo único que consigues así es preocupar a las personas que te quieren- poco a poco dejo de llorar pero las lágrimas no desparecen de mis ojos.

- No puedo, Fredek, nunca podré salir de esto.

- Podrás, eres fuerte. Yo lo hice, ¿lo recuerdas?

- Bastante,- río con amargura- me mandaste literalmente a la mierda.

- Sí, porque tú no eres yo. Tú eres mucho mejor- me dice mirándome a los ojos.

- No lo creo...- digo negando con la cabeza.

Somos dos personas muy diferentes pero en cabezotas creo que no nos gana nadie.

- Hazlo por tu padre y por tu hermana, Dan. Hazlo por ellos. Que no te pierdan a ti también. ¿Quieres que Aeryn viva como mi hermana? ¿Que tenga miedo de darte los "buenos días" porque no sabe cómo reaccionarás? No cometas los mismos errores que yo.

Finalmente, Fredek consigue asearme y me afeita con ayuda de mi padre. Yo no reacciono, el dolor no me deja. Me siento al borde de la cama mirando por el gran ventanal de mi habitación, en silencio, pensando en todo. Quiero ser cierto, mierda, ¡de verdad que quiero! Pero cuando me intento levantar, la cara de Andrew vuelve a mi mente y me vuelvo a caer. ¿Qué sentido tiene todo si él ya no está?

Y Rustam... le importó poco la vida de Andrew. Lo hizo sin miramientos, no lo pensó ni dos segundos. Un giro de muñeca y terminó con mi mundo. Se merece lo peor. El dolor no se va pero ahora se mezcla con rabia.

- Fredek- le llama porque sé que aún está en la habitación aunque no le mire.

- Dime.

- Quiero venganza.

FREDEK

Marcu mi Beta, Dan y yo estamos reunidos en mi despacho. Planeamos el primer ataque a los vampiros. Rustam no puede pensar que nos quedaremos quietos ante amenazas.

- Entonces, ¿está todo claro?- pregunto y ambos asienten.- Marcus, informa del plan al resto de hombres que vendrán con nosotros.

- De acuerdo, Alfa- dice y se marcha.

- ¿Estás bien?

- Lo estaré- dice Dan, más para sí mismo que para mí.

No parece el mismo. Tengo miedo de que el viejo Dan no vuelva, que le ocurra como a mí. Debo acabar con Rustam por él.

•••

La noche es fría. Mis hombres ya están desplegados cada uno en sus correspondientes puestos. Dan y yo nos colocamos en un pequeño mirador vigilando todo.

El primer grupo de mis hombres van hacia un establo y cumplen su cometido. Salen rápido y vuelven a esconderse. En pocos segundos una gran humareda tiñe el cielo ya oscuro de por sí. Los caballos del establo salen desbocados provocando el caos en la aldea. Si hay algo que temen los vampiros por encima de todas las cosas es el fuego.

El segundo grupo entra en acción junto al tercero arrasando con todo aquel que se pone en su camino. Hombres, mujeres, niños... Nos da igual, no tenemos filtro. A ellos tampoco les temblaría el pulso si se tratase de hombres lobo.

- Vamos- le digo a Dan y él asiente.

Nos transformamos en lobos mientras bajamos por la colina. Sabemos de primera mano que Rustam se encuentra fuera de la aldea. Ese era el plan. Que sienta la misma impotencia que nosotros sentimos cuando acabó con la vida de Andrew delante de nosotros.

Atravesamos el pueblo hasta dejar todo el caos y subimos por el bosque hasta llegar a nuestro destino.

La casa de Rustam.

Tiramos la puerta del piso de abajo y vemos a Julia, la hermana de Rustam. Su gesto es de puro terror. Dan gruñe. Nos acercamos poco a poco hacia ella. Hace un movimiento brusco para intentar escapar pero nosotros somos más rápidos. Dan la atrapa tirándose sobre ella. Ella se retuerce debajo de él.

- Por favor, déjame ir- solloza.

Dan la gruñe y acerca su hocico peligrosamente a su cara mientras ella llora e implora perdón.

Miro los ojos de Dan. Están completamente rojos. Dan nunca ha matado a nadie y no quiero que cargue con una muerte de un inocente bajo sus espaldas toda su vida.

Yo ya soy experto en ello.

Corro hacia ellos apartando a Dan y muerdo el cuello de la hermana de Rustam mientras ella grita.

Un estruendo se oye desde la puerta.

- ¡No!- grita un hombre y yo lo ignoro.

Sigo mordiendo hasta arrancar su cabeza por completo.

Me giro con el hocico lleno de sangre y miro hacia la puerta hasta ver a Dominic con la furia reflejada en su cara. Viene contra mí y empezamos a luchar hasta que vienen el primer grupo de mis lobos y nos separan acorralando a Dominic.

- ¿Qué hacemos con él, Alfa?- me pregunta uno de ellos.

- Nada, dejadle- sonrío maliciosamente.- Alguien tendrá que contarle a Rustam lo que ha pasado esta noche- digo y nos marchamos.

La guerra ha empezado.

Sí, Soy Lobo Y Gay, ¿Algún Problema? [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora