Capítulo 5

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DAN

Veo cómo el vampiro huye de mi lado y mi lobo llora. Me pongo histérico, no quiero sentirme así pero, ¿qué otra cosa puedo hacer? También es por su bien. La sociedad en la que vivimos nunca aceptaría nuestra relación. Cuando me acuesto con alguien, lo hacemos de forma clandestina. Pero tener una relación es diferente. No sé cómo podría salir eso.

Monto en la grúa y vuelvo al taller.

- ¿Por qué has tardado tanto?- pregunta mi padre al verme entrar.

- Mejor no preguntes...- murmuro.

- ¿Qué me traes?- me pregunta mirando el coche, el cual desengancho.

- No sé si tendrá arreglo pero he preferido traértelo aquí antes de llevarlo al desguace- le explico.

- Has hecho bien- dice levantando el capó.- A ver qué tenemos aquí- murmura.

No puedo evitar pensar en el vampiro. Tengo un gran vacío en mi interior por no tenerle cerca pero soy yo quien le ha alejado de mí. Aún así, tengo la necesidad de buscarle pero estoy decidido a luchar contra esas ganas.

- Necesitará bastante trabajo pero creo que tiene arreglo- dice secándome de mis pensamientos.- ¿No ha venido el dueño contigo?

- No, papá- no le podía decir que paró el coche en la carretera para huir de mí.

- No pasa nada, seguramente Joel tenga su teléfono para poderle avisar de cuánto le costará el arreglo- dice limpiándose las manos con un trapo ya renegrido por el uso.- El problema será que hasta que el dueño sepa el presupuesto y nos dé su visto bueno, no podremos empezar a trabajar con su coche- yo asiento.

Eso quiere decir que le tendré que ver de nuevo. En mi interior se mezclan cientos de sensaciones al darme cuenta de ello.

Ni siquiera sé su nombre.

•••

Por la tarde recibo una llamada de mi madre. Me alegra mucho poder hablar con ella. Después de unos minutos le pasa el teléfono a Aeryn.

- ¡Hola, Dan!- me dice con su vocecita y yo no puedo evitar sonreír al escucharla.

- Hola, mi niña. ¿Cómo estás?

- Bien. ¿Sabes qué? ¡He aprobado todo!- me dice entusiasmada.

- ¡Muy bien, Aeryn! Así me gusta, todo esfuerzo tiene su recompensa. Y dime, ¿tienes algún novio?

- No...- murmura poco convincente.

- Uy, yo creo que me estás mintiendo- la digo aguantando las ganas que tengo de reír.

- Vale, sí, ¡pero no se lo digas a papá!- me dice apurada y yo suelto una carcajada.

- ¿Por qué no quieres que se lo diga?- la pregunto divertido.

- Porque me da vergüenza- susurra.

- ¿Y a mí no te da vergüenza contármelo?

- No, a ti no porque eres mi hermano- se me hincha el corazón a escucharla decir eso.- ¿Y tú?

- ¿Yo qué?- pregunto sin en entender.

- Que si has encontrado ya a tu mate- me tenso en el acto.

¿Qué la digo? Nunca miento a mi hermana. Aunque solo tenga doce años, es mi confidente pero no puedo hablarla del vampiro.

- ¿Sigues ahí, Dan?- pregunta preocupada al otro lado de la línea.

- Sí, Aeryn- cojo aire armándome de valor.- Te voy a contar un secreto, pero me tienes que jurar que no se lo dirás a nadie.

- ¡Lo juro!

- Aeryn, de verdad que es muy importante que esto quede entre nosotros dos. No sé lo puedes decir ni siquiera a mamá- la digo serio.

- De verdad que no lo contaré, Dan.

- De acuerdo,- suspiro,- he encontrado a mi mate- nada más que se lo digo ella suelta un chillido agudo que me obliga a despegar mi oreja del auricular.

- ¡Eso es genial! Pero, ¿por qué no quieres que nadie se entere?- me pregunta.

- Es complicado. Creo que le voy a rechazar.

- ¿¡Qué!? ¡No puedes hacer eso! La Diosa Luna así lo ha querido.

- Eres muy pequeña para entenderlo, Aeryn.

- ¿Es muy fea?- a pesar de la situación no puedo evitar reír.

- No Aeryn, todo lo contrario.

- Entonces, ¿dónde está el problema?- me pregunta y yo no sé qué contestar.

Lo bueno de hablar con una niña es que resulta muy fácil desviar el tema cuando no quieres contestar algo. La pregunto sobre sus clases de baile y con eso no para de hablar hasta que finalizamos la llamada.

Me tumbo boca arriba sobre mí cama y suspiro. ¿Qué voy a hacer? Por mi cabeza pasan mil pensamientos por segundo. Pienso sobre todo en aquel vampiro. La verdad es que era muy guapo. Sí, muy guapo y atractivo además de que tenía una sonrisa preciosa y parecía muy simpático. También tenía carácter. Debo decir que quedé muy impresionado cuando tiró del freno de mano para parar el coche. Me dolió ver la tristeza en su cara cuando le ignoraba. No quiero que sufra. Tendría que haber actuado como una persona más madura y haberle explicado la situación.

Resoplo angustiado. ¡Qué lío todo!

•••

El fin de semana voy a un bar con Mila. No tenía ganas de salir pero ella insistió tanto que no tuve más remedio que ir.

Nos sentamos en una mesa y charlamos. Siempre intento ser simpático con todo el mundo pero con Mila me cuesta horrores. Cada vez que me habla con su voz aguda me dan ganas de meterla un calcetín sudado en la boca y gritarla que se calle. No sé siquiera por qué está conmigo. Llegué a la conclusión de que sólo era para aparentar, ya que yo soy el mejor amigo del futuro Alfa de la manada y ambos somos respetados allá donde vayamos.

En fin.

Hace rato que no escucho su monólogo, me limito a asentir con la cabeza de vez en cuando. En una de estas, miro disimuladamente detrás de ella y veo a mi mate. El corazón vuelve a latirme desbocado. Quiero acercarme y hablar con él pero sé que no puedo. Él aún no me ha visto.

Estoy distraído mirándole sin poder despegar la vista de él cuando veo como sutilmente el chico que está frente a él, pone su mano sobre la de mi mate. De pronto una rabia imparable recorre mi cuerpo. Aprieto tanto la mandíbula tanto que creo que mis dientes se partirán.

Todo pasa muy rápido, casi sin ser consciente de lo que hacía. Estaba sentado y al instante me encontraba agarrando del cuello de la camisa al hombre que puso su mano sobre la de mi mate.

Sí, Soy Lobo Y Gay, ¿Algún Problema? [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora