Capítulo 22

5.2K 474 9
                                    

DAN

— ¡Eo! Tierra llamando a Fredek— digo al distraído de mi amigo.

— Eh... Perdón— murmura.

— Entonces, ¿qué opinas?— le pregunto para ponerle a prueba.

— ¿Sobre qué?

— Sobre lo de mis clases. Esa cosa que te llevo contando durante tres cuartos de hora— exagero.

— Lo siento, estoy en otra parte— se disculpa.

— No pasa nada pero quiero que me digas qué ocurre— le pregunto y él me mira dudando si decírmelo o no.

No sé por qué se lo piensa si sabe que siempre me lo acaba contando.

— No debería decírtelo— me dice mirando de reojo a su alrededor.— Mi padre me ha dicho que los brujos ya saben quién está detrás de los asesinatos tan extraños— abro mis ojos con sorpresa.

— ¿Y quién es?— pregunto ansioso por saber la respuesta.

— En realidad no saben con exactitud quién lo hace pero sí para qué— se acerca más a mí.— Mi padre no me ha dicho de quién sospechan pero me ha contado que la finalidad de tanta muerte es la de invocar a un ser mitológico.

— ¿Es posible hacer eso?— pregunto incrédulo.

— No sería la primera vez. El caso es que los lobos estamos descartados de ser los culpables y las hadas en su mayoría también.

— ¿Por qué?— pregunto.

— Mi padre tampoco me ha querido contar el porqué pero los brujos afirman que el causante de la masacre debe ser alguien procedente de una raza que pueda vivir siglos. Eso pone en el punto de mira a vampiros y a los mismos brujos, que no se han querido descartar— dice echándose de nuevo hacia atrás en su silla

— De acuerdo, da mal rollo, lo admito pero, ¿estabas tan nervioso sólo porque cada vez están más cerca de atrapar a un asesino?

Fredek que mira serio y, por primera vez desde que le conozco, veo miedo real en mirada.

— Dan,— coge aire y lo suelta de forma brusca dejando caer sus hombros,— mi padre va a movilizar a todos los lobos. Ni yo me voy a librar de estar en el frente de batalla. No sé a qué nos enfrentamos pero si sólo fuese una persona que mata a gente, mi padre no estaría ahora yendo a la manada de Thomas para informarle de todo ni movilizaría a toda su manada. Pronto se hará público.

— ¿Se sabe hasta cuándo seguirá matando a gente?

— Necesita una persona de cada raza. Ha matado a un humano, a un vampiro, un hada y a un lobo— enumera.

— Entonces sólo le queda un brujo— murmuro.

— No— niega y le miro.— También necesita a un demonio.

— Pero no hay demonios en la Tierra.

— Se supone. Por ellos los brujos están completamente seguros de que el siguiente en morir será uno de ellos.

— Tengo un mal presentimiento...

•••

Mamá y Aeryn han vuelto a hacernos una visita. Nada más que ha visto a Andrew se ha tirado sobre él y éste la a recogido con gusto y se la ha comido a besos. No sé desde cuándo se llevan también pero me resulta muy extraño. Además, Aeryn ha cumplido su promesa de no contar a nadie nuestro secreto.

— ¿Por qué no salimos a cenar?— dice mi madre entusiasmada.

— Me parece una idea maravillosa— dice mi padre y mi madre le mira feliz.

Me duele tanto que estén separados. Cuando mi padre mira a mi madre, su mirada es la misma que la mía cuando miro a a Andrew. Sé que si por él fuese, le pediría a mi madre que volviese con él pero si no lo hace es porque sabe que viviendo aquí no es feliz. No sé si yo sería capaz de dejar marchar a Andrew; soy demasiado egoísta, le querría sólo para mí.

— ¿Qué os parece si vamos a la cafetería-restaurante que ha abierto Tino?— dice mi padre y a todos nos parece buena idea.

Esa misma tarde, los cuatro salimos de casa y vamos andando hacia el lugar. Por el camino, noto las miradas de la gente sobre nosotros. Mis padres mantienen una charla animada ignorándolas pero yo no soy capaz de hacerlo. Odio que siempre hagan esto. Como esto es una aldea pequeña, todos nos conocemos a todos y cada vez que viene mi madre, obviamente conocen la historia ocurrida con mi padre y cuando les ven juntos chismorrean y especulan sobre estupideces. Si esto ocurre con ellos, siendo dos personas completamente normales, ¿qué ocurriría con Andrew y conmigo? Claro, con una pequeña diferencia: a nosotros nos cortarían el cuello.

Por fin llegamos al restaurante y no tardamos en conseguir una mesa ya que no hay mucha gente. Cuando estoy mirando la carta para elegir lo que tomar, mi hermana llama mi atención.

— ¡Mira, Dan! ¡Allí está Andrew!— grita emocionada y señala hacia la zona de la cafetería.

Allí está mi chico, tan guapo como siempre con un un pantalón oscuro, una camisa y un blazer azúl. Cuando repara en nosotros su sonrisa se borra y se tensa al instante. No entiendo por qué esa reacción. ¿Me está ocultando algo? No quiero ponerme paranoico pero, ¿por qué no viene a saludarnos?

Mi padre alza el brazo cuando le ve y le apremia para que se acerque a nosotros. Andrew no tiene más remedio que venir y fuerza una sonrisa.

— ¿Cómo estás, hijo?— le pregunta mi padre dándole unas palmadas firmes en el brazo.

— No me puedo quejar— se encoge de hombros.— Me alegra verla de nuevo— dice sonriendo a mi madre.

— Perdona pero yo no te recuerdo— dice mi madre algo apurada.

— Nos presentaron la última vez que usted vino. No sé preocupe si no me recuerda, me tuve que ir a los pocos minutos— dice mirándome de reojo y yo recuerdo que se fue porque habíamos discutido.

Casi no me ha mirado; no entiendo qué es lo que le sucede. Me dijo que no iba a poder quedar conmigo hoy porque pasaría la tarde con sus... Oh, mierda.

— ¡Hombre, Dan, cariño! ¿Cómo tú por aquí?— viene la madre de Andrew y me agarra la cara para llenarme de besos como hace siempre.

— Mamá...— murmura Andrew.

— Ay, hijo, no seas desaborido— le dice su madre y el aludido rueda sus ojos.

— ¿Cómo estás?— dice estrechándome la mano su padre al llegar junto a su mujer.

Veo cómo Andrew mira a mi familia y después me mira a mí. Yo asiento, es inevitable. En fin, que sea lo que Dios quiera.

— Mamá, papá,— dice Andrew a sus padres— ésta es la familia de Dan.

Sí, Soy Lobo Y Gay, ¿Algún Problema? [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora