Capítulo 35

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ANDREW

Los enfrentamientos entre vampiros y hombres lobo han ido en aumento. Muchos vampiros han sido asesinados por órdenes de la manada de Fredek. Al parecer, él tiene intención de declararnos la guerra al enterarse de que la batalla en la que murieron sus padres fue apoyada por Rustam, nuestro rey. Cada día nos es más difícil vernos a Dan y a mí. Vivimos más escondidos que nunca. Los vampiros han perdido la paciencia y Rustam ha dado órdenes de que si un lobo pisa su territorio, será apresado con todas las consecuencias. A pesar de todo, algunas noches me escapo a casa de Dan para verle porque estar lejos de él es una muerte en vida.

Sé que Aeryn y Fredek son mates y eso me anima a pensar en que Dan y él se puedan llegar a reconciliar. Sé que a Dan le duele haber perdido a su mejor amigo pero también sé que a Fredek le será muy difícil recobrar su confianza.

Cuando me enteré de que Fredek le pegó una paliza al amor de mi vida, quise salir a matarle pero Dan me convenció de que no merecía la pena.

Aeryn también espera su reconciliación con más esperanzas que las que yo tengo pero ella no conoce el motivo de su pelea. Dan no puede perdonar las cosas que dijo esa noche sobre mí, ni tampoco todos sus encontronazos cada vez que se han visto. Yo fui quien le convenció de que Fredek no le haría daño a su hermana y por ello no ha actuado de nuevo contra él.

Hoy Rustam me ha citado en su casa para tratar unos temas, los cuales desconozco. Su ama de llaves me lleva hasta su despacho y allí me encuentro con él.

— Toma asiento, por favor— me pide.

Aunque le conozco desde hace muchísimos años, no puedo evitar atemorizarme cada vez que nos encontramos. No existe un vampiro más poderoso sobre la Tierra que él y eso, quieras o no, impone respeto a cualquiera.

— Iré sin rodeos, Andrew— clava esa mirada tan penetrante que tiene en mis ojos.— Sé que tienes una relación con un lobo de la manada de ese niñato— me dice y abro los ojos de par en par con miedo.

— Yo... Lo puedo explicar...

— No hay nada que explicar— me corta de forma brusca.— Sabes cuales son las normas y tú las has quebrantado,— queda en silencio.— También sabes que yo nunca hago excepciones con absolutamente nadie.

— Lo sé, Señor,— le digo con la voz temblorosa preparándome para mi castigo.

— Pero siempre has sido fiel a esta comunidad y por ello estoy con deuda contigo— dice sorprendiéndome.— Mejor dicho, "estaba". Ten cuidado, Andrew. Estás advertido— me dice y yo asiento sintiendo como el aire vuelve a mi cuerpo.

Me levanto para salir por la puerta de su despacho pero cuando toco el pomo me detiene.

— Una cosa más,— me giro temeroso de que haya cambiado de opinión,— mi sobrino, Dominic, ha empezado la Universidad. Estudia arquitectura y el otro día trajo a una chica de su clase a casa para hacer un "trabajo"— hace comillas con sus dedos en esa última palabra.— La chica es una loba. No la pude ver pero la casa apestaba a ella cuando yo llegué. ¿Sabes algo del tema?

— No, Señor. Si me entero se lo contaré.

— Eso es lo que esperaba escuchar— asiente con su mano en la barbilla.— Puedes marcharte.

Bajo las escaleras con los nervios aún en mi cuerpo. Pensé que en el momento en el que Rustam se enterase de mi relación con Dan, no le temblaría el pulso para asesinarme pero no lo ha hecho. Y es muy raro.

Voy tan distraído en mis pensamientos que choco con alguien al dar la vuelta a la esquina de la casa.

— Andrew, cuánto tiempo— me dice Dominic quien me da un abrazo al verme.— ¿Cómo tú por aquí?

Sí, Soy Lobo Y Gay, ¿Algún Problema? [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora