Capítulo 40

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DAN

Dominic y Fredek viajan por medio país para buscar apoyo en la guerra contra Rustam. Yo me he ofrecido para luchar, total, no tengo nada que perder.

Han conseguido la ayuda de Milenka, líder de las hadas, Olenka e Iván, los brujos más sabios, Thomas, Alfa de una manada vecina y otros tantos. Todos tienen algo en común: su odio a Rustam y su reino del terror.


Estoy en una pequeña taberna de la manada Marea Alta, manada del Alfa Thomas, ya que todos nos estamos alojando en su casa para planear nuestra defensa contra Rustam.

Últimamente bebo noche sí, noche también. Dicen que el dolor de una pérdida nunca se va sino que se aprende a vivir con él. Pues beber es la única forma que conozco para mitigar, aunque sea lo más mínimo, ese dolor.

- Dichosos sean los ojos- dice una voz conocida a mi lado.

- ¿Cómo estás?- digo tendiéndole a Orrel mi mano con una sonrisa ladeada.

Él me devuelve el apretón.

- Bien, aunque ya creía que no te volvería a ver.

- Sí, el caso es que he estado muy liado últimamente. ¿Qué haces tú aquí? No me estarás siguiendo, ¿no?- digo alzando una ceja.

- Me has pillado- dice divertido y yo río.

Es curioso como este hombre me hace reír con tanta facilidad. Siempre he sido de risa fácil, pero desde que Andrew se fue de mi lado, bueno, mejor dicho desde que me lo arrebataron, no había reído de esta forma.

- Deberías sonreír más,- me dice como si hubiese leído mis pensamientos,- te sienta bien reír- me dice con una sonrisa seductora.

- A tu anterior pregunta, estoy aquí porque te dije que ésta era mi manada. ¿No lo recuerdas?

- ¡Es verdad! No me había dado cuenta.

- Da igual, me alegro de verte- me dice rozando mi brazo y un escalofrío recorre mi cuerpo por su contacto.

¿Por qué me siento tan mal?

- Yo también- le digo sincero.- ¿Qué tal te va todo?

- Ahora ando un poco liado,- dice haciendo una mueca,- éste es el primer respiro que me tomo desde hace unos días. Ya sabes, con el tema éste de la gente que está apareciendo muerta, la seguridad está trabajando noche y día- dice y se le nota cansado.

Nuevamente, un montón de gente aparece muerta sin ton ni son.

- Deberías ir a descansar.

- ¿Me acompañas?- dice alzando una ceja divertido y no puedo evitar soltar una gran carcajada.

- Tú no pierdes el tiempo, ¿eh?- le digo negando con la cabeza.

- Cuando quiero algo, siempre lo consigo y no paro hasta tenerlo- me susurra al oído y yo me estremezco.

- Apártate,- le digo empujándole suavemente,- alguien nos puede ver.

- ¿Te importa lo que los demás piensen?

- No me importa, pero hay temas que no son aceptados por esta sociedad en la que vivimos. Si en mi manada se enteran de que me gustan los hombres, me puedo dar por repudiado. ¿Aquí no pasa igual?

- En esta manada ya están acostumbrados. Al principio no lo aceptaban pero me gané el respeto de todos con mis actos hasta que llegó un día en el que nadie me miraba raro. Digamos que lo mío es un secreto a voces- dice divertido.

- No creo que yo me pudiese ganar ese respeto del que hablas en mi manada- digo suspirando.

- ¿Acaso te odian allí?- niego con la cabeza.- Por lo poco que te conozco sé que eres una buena persona, Dan- me dice sincero.- Estoy seguro de que la gente te quiere y que no te dejará de lado por tu sexualidad.

- Permíteme que lo dude.

- Tú mismo- dice encogiéndose de hombros y levantándose de su taburete.

- ¿A dónde vas?- le pregunto frunciendo el ceño.

- Aquí no tengo nada que hacer. Antes te he dicho que cuando quiero algo, voy a por ello, pero si a mí no me quieren, no insisto.

- ¿Y cuándo he dicho yo que quiero que te vayas?- le digo sorprendiéndome a mí mismo y él sonríe de lado.

- ¿Quieres que me quede?- pregunta.

- ¿Por qué no?- digo restando importancia al tema.

¿Por qué tengo tantas ganas de que esté a mi lado? De acuerdo, estoy a gusto con él, me gusta su conversación, sus ojos, es muy atractivo y me atrae. Es divertido y... ¿Pero qué estoy diciendo? Es sólo un hombre más. Acabo de perder a mi mate y estoy aquí, ligando como si fuera un niñato de quince años. ¿Tan pronto he olvidado a Andrew? ¿Soy un hipócrita por ir llorando por cada esquina por él? ¿Tan egoísta soy?

•••

Por la mañana nos reunimos todos para hablar sobre Rustam y Génesis.

- ¿No hay alguna forma de acabar con Génesis?- pregunta Thomas a Dominic.

Génesis es la vampiresa que ha estado sembrando el terror en la zona durante un tiempo. Es la otra hermana de Rustam, la madre de Dominic que se ahuyentó durante años, por la cual Andrew cuidaba muchas veces de Dominic cuando éste era pequeño, y ambos se han aliado para acabar con todo aquél que no beba sangre. Ella se alimenta del dolor de las personas. Pero ese dolor, debe ser muy extremo. No vale haber sufrido un simple desamor o una riña con familiares. Tiene que ser algo que te haya hecho preferir la muerte antes que seguir viviendo.

- No lo sé- responde Dominic agotado.- No sé siquiera si es invencible o sólo es un vampiro más. Por ejemplo, Rustam es el vampiro más poderoso, pero si se corta, sangra como todo el mundo; Géminis... no tengo ni idea, pero si tuviese que apostarme algo, diría que se la puede matar como a cualquier otro vampiro.

- Entonces, ¿cuál es el problema?- le pregunta Fredek y Dominic le mira con desprecio, como de costumbre.

- Mira que cada día eres más idiota. De acuerdo, pues tú acércate a ella. Si estás tan seguro de que no has sufrido nunca el suficiente dolor como para no resultarle un buen aperitivo, adelante- le dice con sarcasmo.- O mejor aún, ni te lo pienses. Haznos un favor a todos y ve a darle los buenos días ahora mismo.

- No dejaré que te mate ni Rustam ni Génesis,- le dice Fredek entre dientes,- no me privaré de hacerlo yo mismo.

- No empecéis que ya aburrís- dice Abi rodando sus ojos y yo sonrío.

Ella me mira y al ver mi sonrisa intenta ocultar la suya.

De pronto llaman al timbre y todos nos miramos entre nosotros.

- Ése será mi Beta- dice Thomas dirigiéndose a la puerta de entrada.- Gente,- dice volviendo a la sala en donde estamos todos,- éste es mi Beta, Orrel- abro los ojos sorprendido y me giro para verles.

- Hola, siento el retraso, hemos tenido algún que otro contratiempo- dice y cuando repara en mí, no puede evitar reflejar en su cara la sorpresa, pero rápidamente la borra para que sea imperceptible para el resto.

- ¿Puedo?- pregunta Olenka a Orrel acercando sus manos a su cara.

- ¡No empieces, Olenka!- la vuelve a sentar Iván en su sitio.- Cada vez que miras en la mente de alguien quitas toda la emoción- Olenka rueda sus ojos y yo suspiro aliviado.

Olenka es una bruja muy poderosa que con solo tocarte, puede entrar en tu mente y saber tus más profundos secretos. Al parecer su mayor pasatiempo es fisgonear en las cabezas ajenas.

— Ahora que estamos todos, deberíamos plantearnos quiénes podríamos enfrentarnos cara a cara contra Génesis— sentencia Thomas.

Sí, Soy Lobo Y Gay, ¿Algún Problema? [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora