Capítulo 6

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ANDREW

Estoy tomándome algo en el bar de siempre con Akim.

- ¿No crees que ya has bebido suficiente?- me dice preocupado.

Yo le ignoro y doy otro trago a mi copa.

- ¿Me vas a decir de una maldita vez qué te pasa? Nunca te había visto así- me dice preocupado poniendo su mano sobre la mía sutilmente y yo niego con la cabeza.

De pronto un fuerte estruendo hace que levante mi cabeza con brusquedad. Ante mí, el lobo que soy incapaz de sacar de mis pensamientos tiene cogido del cuello de la camisa a Akim.

- ¿¡Qué coño haces!?- le espeto.

- No le vuelvas a tocar- le murmura apretando sus dientes y yo abro los ojos como platos por la sorpresa.

- ¿Estás loco? ¡Suéltame!- le grita Akim llamando la atención de la gente del bar.

El lobo me mira de reojo y hace una mueca. Le suelta de golpe y sale del bar con prisa. Me disculpo con Akim y salgo corriendo tras él.

Cuando estoy fuera del bar, miro a mi alrededor buscándole pero no le veo. Estoy a punto de darme por vencido pero un movimiento entre los coches del aparcamiento llama mi atención. Camino hacia allí poco a poco y le veo sentado con su cabeza entre las rodillas.

- ¿Estás bien?- le pregunto y levanta la cabeza para mirarme.

Cierra los ojos e inspira profundamente.

- No, no lo estoy- dice finalmente desviando su mirada hacia otro lado.

- Si no estás bien, es sólo porque tú quieres- le digo encogiéndome de hombros y él se levanta para acercarse a mí.

Aunque esté enfadado con él, no puedo evitar que mis pulsaciones aumenten y que mi estómago duela.

- ¿Crees que esto es fácil para mí?- me pregunta con un gesto de rabia como si yo tuviese la culpa de lo que está pasando.- ¡No entiendes una mierda!- me dice señalándome con su dedo índice y yo le aparto la mano bruscamente.

- Yo no te he elegido, te lo recuerdo, el destino así lo ha querido y lo único que tú haces es negarlo. Como ya te dije una vez, no voy a ir detrás de ti suplicándote- le digo haciéndome el duro pero sé que si me rechazase no podría vivir.

- No es tan fácil...

- ¡Sé que no es fácil, joder! Si fuese fácil no merecería la pena- le digo con frustración.

- Lo nuestro sería... Sería imposible- dice y algo se rompe dentro de mí.

- ¿Ni siquiera lo quieres intentar?- le digo dolido en un susurro y él me mira con pena.

- No puedo- dice haciéndome perder la poca paciencia que me quedaba.

Doy un par de pasos hacia él y nuestras narices casi se rozan.

- No puedes porque eres un cobarde, eso es lo que te pasa- le digo con rabia.- No hay nada imposible en esta vida.

- ¡Sí, soy un cobarde! ¡Soy un cobarde porque no quiero que te pase nada!- alza la voz y yo abro los ojos con sorpresa.- Soy un cobarde porque sé que si alguien descubre lo nuestro, ambos estaremos muertos y a mí me daría igual lo que me pudiesen hacer, pero no podría soportar perderte por mi culpa- dice agachando su cabeza abatido.

- Me perderás de todas formas- le digo serio.

- Prefiero ser el cobarde que te perdió por intentarlo que el valiente que hizo que te matasen- me dice con dolor en su mirada.

- Nunca nadie escribió nada sobre los cobardes- le digo y pongo la palma de su mano en su mejilla para finalmente chocar mis labios con los suyos.

Al principio le pilla por sorpresa, pero termina siguiendo el beso y puedo afirmar con rotundidad que es el mejor beso que me han dado en mi vida. No sé el tiempo que estamos así. Si por mi fuera, no despegaría mis labios de los suyos nunca. Entrelaza sus manos en mi pelo provocando que nuestro beso se vuelva más brusco.

El ruido del motor de una motocicleta hace que nos separemos inmediatamente. Nos miramos a los ojos con nuestros labios inchados y las respiraciones agitadas. Cuando la moto sale del aparcamiento, pone ambas manos en mis mejillas y apoya su frente en la mía.

- Esto no va a funcionar, lo sabes, ¿verdad?- me dice sin poder aún controlar su respiración.

- ¿Qué perdemos por intentarlo?- le digo riendo.

- Nada, quizás nuestra cabeza,- ríe a su vez,- aunque creo que ya la perdí por completo cuando te conocí.

Wow... No me esperaba eso. Si antes me había gustado, ahora estoy completamente loco por él. Ahora sé que lucharé contra todo aquello que se interponga entre nosotros. Será difícil, pero no me importa.

- Por cierto,- dice despegando su frente de la mía y me regala una sonrisa que a partir la declaro como la más bonita que haya visto nunca,- aún no sé tu nombre.

- Me llamo Andrew- le digo dándome cuenta de que tenía razón.

- Andrew...- dice probando cómo suena mi nombre en sus labios; ya se lo digo yo: suena mejor que nunca.- Dan- dice estirando su mano y yo la sujeto dando un apretón.

Dan. Me gusta.

•••

Al día siguiente, decidimos quedar para comer en un restaurante cerca del hospital donde trabajo.

Cuando llego, él ya está allí esperándome. Nos damos un apretón de manos para saludarnos, cosa que me apena porque me encantaría poder besarle.

- Siento haber llegado tarde, hemos tenido una emergencia- le digo escusándome mientras tomo asiento.

- No hay problema, no tengo prisa, además,- me dice con una sonrisa coqueta,- ha merecido la pena sólo por verte con el uniforme del hospital- le miro sin poder evitar sonrojarme y él ríe.- No sabía que fueses médico.

- Técnicamente aún no lo soy, es mi último año de prácticas- le explico y él asiente.- En unos meses me tendrás que llamar Doctor McCain.

- Eso es genial- me dice mirándome con orgullo.- Este año empiezo la carrera y algún día serás tú quien deba llamarme a mí Doctor Vólkov.

- Espera,- digo frunciendo mi ceño,- ¿empiezas este año la Universidad?- le pregunto y él asiente tranquilo.- Dios mío,- digo fingiendo horror en mi rostro,- salgo con un niño, ¡soy un pederasta!- bromeo y él no puede evitar reír mientras niega con la cabeza.

Adoro su risa. Cuando le conocí me pareció una persona seria y fría pero nada más lejos de la realidad. Tiene un gran sentido del humor y nunca deja de sonreír.

He tenido mucha suerte encontrándole.

Sí, Soy Lobo Y Gay, ¿Algún Problema? [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora