Capítulo 30

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DAN

Llega octubre y con él la rutina. Ver menos a Andrew, las clases, los exámenes. En fin, dicen que todo esfuerzo tiene su recompensa así que a ello voy.

Tanto en la facultad como en el resto del poblado, la tensión se palpa en el ambiente ya que un brujo ha sido asesinado. Apareció sin orejas flotando en un lago en el interior del bosque. Fredek me ha contado la versión que tienen en la manada: ya saben de quién se trata y ahora están buscando de forma masiva a los pocos demonios que puedan habitar en la Tierra. Es lo único que impide al culpable alcanzar su objetivo. Según Fredek, el asesino quiere invocar a un ser inmortal pero yo creo que hay cosas que no encajan.

En mi clase hay un brujo con el que tengo muy buena relación y por lo que me ha contado, las cosas entre lobos y brujos se ven de maneras muy distintas. Fredek asegura que saben todo y también cómo actuar contra el enemigo pero los brujos no están tan seguros de ello. No existe nadie en el planeta más sabio que ellos y mi compañero dice que piensan que todo esto es sólo una distracción para lograr un objetivo distinto, una especie de bomba de humo para desviar la atención. La leyenda cuenta que matando a un ser de cada mundo y eliminando sus sentidos, como por ejemplo la vista cosiendo sus ojos o el oído cortando sus orejas, volverá desde el inframundo un ser llamado Ankera. Si dominas a Ankera, dominas el mundo. Él tiene el poder supremo hasta ahora desconocido. Pero los brujos diferencian muy bien entre leyendas y realidad. No creen que sea posible que algo así ocurra. El problema está en que la persona que está haciendo todo esto, lo sabe, según ellos. No se trata de un simple fanático que cree en mitos o leyendas. Los brujos se lo han intentado explicar al Alfa pero éste no atiende a razones y está obcecado en su idea de ir a la guerra.

Un comunicado nos llega esta misma tarde.

— No puede ser...— murmuro y se lo muestro a mi padre.

Nuestra manada está enemistada con otra y el Alfa ha hecho un llamamiento reclutando a sus mejores guerreros, entre ellos: mi padre.

— Hablaré con Fredek, estoy seguro de que él puede hacer algo para librarte de...

— Tú no vas a hacer nada— me dice serio.— Iré.

— ¿Qué?— le miro atónito.— ¡No te lo crees ni tú!

— Puede que no esté al cien por cien respecto a mi salud, pero eso sólo es en mi forma humana. Mi lobo está igual que cuando tenía tu edad.

— No irás...— siseo enfadado.— ¡Joder, papá! Has salido de un infarto hace nada. ¿No quieres vivir para ver crecer a Aeryn?

— No metas a tu hermana en esto. La manada me necesita, no hay más que hablar.

— Pues iré yo en tu lugar.

— ¿Te crees que esto es Mulan? No te lo permitiré y el Alfa tampoco. No has luchado en tu vida y la manada de las Nieves es la más poderosa. No durarías ni un asalto.

— Papá...

— Se acabó, Dan, esto no se discute.

•••

— Tu padre sabe cuidarse perfectamente, Dan— me dice Andrew.

— No es la lucha lo que me preocupa, es su salud— digo resoplando.—Eres médico, Andrew, sabes perfectamente el por qué lo digo.

— ¿No hay forma de persuadirle?— niego.

Oigo jaleo al otro lado del auricular.

— Te tengo que dejar, ha entrado una emergencia— me dice apurado y yo me despido de él.

•••

Los días pasan y la batalla llega. Todos aquéllos que no estaremos en el frente, tenemos orden de no salir de nuestras casas. Me siento impotente. Lo único que puedo hacer es quedarme aquí esperando. Mi madre me ha pedido que fuese a Irlanda a pasar unos días en lo que se calman las cosas pero me he negado y no por montarme en el avión, que también, sino porque no puedo dejar a mi padre solo.

Tengo a Andrew frito a llamadas por si llegan mi padre o Fredek heridos al hospital pero él me ha asegurado que si algo ocurriese, me llamaría de inmediato.

Hemos tenido que aumentar las precauciones respecto a nuestra relación. No nos podemos dejar ver en sitios públicos, al menos por un tiempo. Lo peor es que ahora Andrew no puede venir a mi casa a verme porque cualquiera que no pertenezca a la manada, tiene prohibido el paso a ésta.

•••

Me despierto a las cuatro de la madrugada a causa del ruido procedente de la calle. Soldados caminan cansados pero orgullosos y sus familias salen a recibirlos. Salgo fuera de casa esperando recibir a mi padre pero no aparece. Mi nerviosismo aumenta. Pregunto por él a algunos de los hombres que batallaron y que ahora pasan frente a mi casa pero ninguno sabe dónde está. Mi corazón se acelera pensando en que ha ocurrido lo peor. Miro a ambos lados de la calle desesperado.

El tumulto de gente se dispersa y me doy cuenta de que mis pesadillas se han cumplido. Caigo derrotado y me siento en uno de los escalones de la entrada. Mi padre...

— ¡Daniel!— alzo la cabeza de inmediato.

— ¡Papá!— exclamo y corro hacia él para darle un gran abrazo.— Creí que no volverías.

— Ya ves que tu viejo padre aún tiene mucha guerra que dar— ríe y entramos a la casa.

— ¿Cómo ha ido?— le pregunto inmensamente feliz por tenerle frente a mí.

Mi padre se sienta en el sofá suspirando por el cansancio.

— Mejor de lo que todos nos esperábamos. Al principio parecía que terminarían pronto con nosotros pero nuestro Alfa logró acceder a los hijos y la mujer del Alfa de la manada de las Nieves y les asesino, dándose el enemigo por vencido— me explica.— Perdieron muchos hombres en batalla, más que los que perdimos nosotros. El Alfa de su manada ha quedado muy afectado. Seguramente busque venganza pero ahora mismo ya no es rival para nosotros— dice con orgullo.— Dan, ahora somos la manada más fuerte de la zona.

Sí, Soy Lobo Y Gay, ¿Algún Problema? [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora