con una tormenta dentro (de mi)

tu otra mente

Tenías dos personalidades,
eras diferente y
eso yo lo veía siempre.
Por lado eras
bueno, puro y sincero.
Pero por el otro,
eras todo lo contrario:
callado, frío y sereno.
Eras las dos cosas
al mismo tiempo,
pero tu amor era verdadero.
A veces te veía sonriendo,
haciendo bromas
y disfrutado de la vida.
Pero otros días,
te convertías en
alguien destructivo,
no sonreías
y te carcomía la ira.
Y siempre estabas así,
unos días bien
y otros días mal.
Cuando querías,
mostrabas tu faceta
mas linda pero
otras veces,
mostrabas tu irremediable
corazón frío,
tan helado que me
quemabas.
No se qué fue
lo que me enamoró
de ti;
tal vez esa hermosa sonrisa
que siempre tenías
o esa personalidad tan tímida
y misteriosa
que me volvía loca.
Eras lo bueno y lo malo,
lo blanco y lo negro,
pero ambas personalidades
se fusionaban,
se complementaban
y eso a mí
me encantaba.