con una tormenta dentro (de mi)

ella

Tenías la piel
tan lúcida y mágica
que cada vez que
te daba besos
dejaban marcas.
Tus manos delicadas
y bellas,
que sostenían
las mías con
firmeza
y nunca me dejabas ir
por más de que
yo lo quisiera.
Tus labios finos
en los que me perdía,
los besaba y no
podía para lo
que sentía,
esos labios
que me daban vida.
Tu voz tan suave
y baja
pero a la vez
llamaba la atención
y todo el mundo
se callaba al
escucharte hablar
porque tenías ese
poder que todos hacían
lo que vos querías.
Tu personalidad tan rota
pero tan especial
que yo no te podía
dejarte de amar.
Yo siempre volvía
a vos porque
me atraías
de una manera
que no tiene explicación
pero que no me
causa dolor.
Porque siempre
fuiste de ponerme
el mundo al revés
o de realizar cosas
prohibidas,
aquellas que no
podía hacer.
Tenías ese impacto
en mi porque no
me importaba lo que
hacías,
incluso si por vos moría
y mi alma se consumiría,
yo siempre estaba
para quererte por la
eternidad e ir
juntos a la par.