con una tormenta dentro (de mi)

magia de otra dimensión

¿Vas a ver las mareas voluptosas y embrabecidas para que con su fuerza y su destino me lleven contigo?
Ven, por favor, te pido que te quedes un momento. Que no me sueltes, es una suplica. Deseo que esta agua de coral nos transporte hacia el mar.
Allá, ¿lo ves a lo lejos? Están viniendo, son ellos, no tengas miedo. Vamos a vivir en un bosque encantado, en donde los árboles crecen cantando y los pájaros vuelan alto, muy alto.
Ajeno fuiste a este planeta, nunca lo comprendiste, ni pudiste ser capaz de llevarle a la corriente a su río verde.
¿Será que estarás hecho de distintas piedras y metales? Tu mirada de rubí me da fuerzas, y tus ojos pequeños se asemejan con dos agujeros.
Seamos astronautas perdidos en la penumbra, sin gravedad podemos, si queremos, mantenernos firmes en pie. Ya no me sueltes la mano, o me vas a perder.
Manchas surcan tu piel, cicatrices que marcan tu cuerpo como si fueran raíces de los árboles. Y tus lágrimas... ¡Ah! Tus lágrimas, pequeñas gotas de lluvia que caen cuando te nublas.