con una tormenta dentro (de mi)

oda a vos

Bastaron
cuatro segundos
del invierno
para enamorarme
de nuevo.
Con vos volé,
con tu sonrisa
me enamoré
y tu amor
lleno el vacío
que habitaba
en mi interior.
Eras tan
hermoso
que no parecías
real y cada vez
que te miraba
tenía la costumbre
de compararte
con el mar.
Porque eras infinito,
un universo
repleto de secretos,
tan azul que se convirtió
en mi color favorito.
Y también mostrabas
la faceta que mas me gustaba;
esa que me hacía reír
y me ponía feliz.
Me transmitías calor
en mis días fríos,
parabas la nieve
que caía en mi corazón
y juntos contemplabamos
la lluvia desde
nuestra cama
con amor.
Al estar con vos
fue como convivir
en el paraíso,
toqué el cielo
con mis manos,
contemplé
la galaxia
que yacía
en tu alma,
estuve en el mar
sin la necesidad de
navegar.
Estuve con vos,
¿acaso eso no bastó
para confirmar
que yo presencié
el mismísimo
amor?