con una tormenta dentro (de mi)

amantes de la noche

Tu voz
es el susurro
del viento
que me invita
a encontrarnos
en el cementerio
para que nosotros
seamos libres
de este encierro.
La noche lúgubre
nos azota
y la luna triste
que con sus
lamentos no se demora.
Y tú, que estas
vestido de negro
me besas el cuello
pidiéndome que
te aleje de este
sufrimiento.
Amante mío,
¿qué sería de
nosotros si no
estuviéramos
un poco muertos?
¿Un poco sedados?
¿Un poco cansados?
Nuestra unidad
no sería tan mortal,
y tu que me clavas
la mirada y me dejas
inconsciente,
soñando en blanco,
rogándote que pares
el llanto.
Y en el vacío de
tu pecho encuentro
un motivo y en tu
boca trate de encontrar
lo terrible de este amor.
Estamos encadenados
hasta la eternidad,
y nos espera el
más allá.
Pero ni siquiera el sol
puede liberarnos,
ni siquiera tu filoso
cuchillo puede
alcanzarnos.
La sangre vuelve
a gotear,
nuestras almas
comienzan a llorar
y nuestras mentes
en cualquier momento
explotaran.
La tierra infinita
nos invita a
recostarnos en ella
para que nos desate
de nuestras irremediables
penas.
Tan tuya y tan mío,
que solo nosotros
podemos combatir
con este terrible frío,
porque nuestros corazones
se unen y forman
emociones.
Ay, mi querido amante,
solo la muerte sabe
cuándo me deseaste.