La Fiesta

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- Izzy, ¿no tienes bastante con arrastrarme hasta esta fiesta que encima me dejas sólo?
Alec protestó. Su hermana le había obligado a que la acompañara a la fiesta que celebraba el Gran Brujo de Brooklyn.
- Hermanito, por favor, hay un vampiro que me está poniendo ojitos, quiero bailar con él. -Isabelle hizo un puchero y logró convencer a Alec.
- De acuerdo, pero como se pase de listo pienso ir ahí y romperle los huesos.
- Puedo defenderme sola. -Y dicho esto se alejó moviendo las caderas hasta la zona donde estaban bailando los invitados.

Alec se aburría enormemente pero entonces vio que alguien se acercaba a donde estaba él. Era alguien alto, con el pelo negro lleno de mechas y purpurina, con unos ojos de gato dorados y verde que le hipnotizaron.
- Magnus Bane. -Saludó al brujo con un gesto cuando este se detuvo frente a él.
- Vaya, un nefilim, no esperaba que viniera ninguno a mi fiesta.
- Mi hermana Isabelle me ha obligado. -Refunfuño Alec.
- Pues tendré que agradecer a tu hermana que te haya traído. -Magnus le guiñó un ojo y Alec agradeció la escasez de luz en la sala por ocultar su sonrojo.
- Me gustaría que nos viésemos algún día. Si tú quieres. -Dijo el brujo con una sonrisa tan felina como sus ojos.
- Eh, yo...-Alec comenzó a ponerse nervioso y no supo porqué le afectaron tanto las palabras del brujo. -No creo que sea buena idea. -Dijo por fin.
- Bueno, mi oferta sigue en pie, piensalo al menos.

Alec seguía confundio por la propuesta del brujo, tanto que comenzó a buscar a Isabelle para poder marcharse de aquella fiesta. La divisó bailando demasiado pegada a un vampiro rubio y justo cuando comenzó a ir hacia ellos vio que el vampiro sacaba sus colmillos y se inclinaba sobre el cuello de Isabelle, quién estaba bailando con los ojos cerrados y no se dio cuenta. Alec estuvo a punto de gritar que parase, pero de repente el vampiro dio un salto hacia atrás y luego se elevó del suelo para después caer contra este.
Se abrió un círculo alrededor del vampiro y entre la gente, Alec distinguió a Magnus, cuyos dedos echaban chispas azules.
- Vampiro, no voy a permitir que muerdas a nadie en mi fiesta, deberías arrepentirte. Se acabó la fiesta. -Dijo Magnus furioso.
Isabelle, que estaba confundida, divisó a Alec y corrió hacia él.
- Vámonos, Alec. -Le agarró del brazo y le empujó hasta la puerta.
Alexander miró hacia atrás pero Magnus ya había desaparecido entre el gentío. Pensó que debería agradecerle por salvar a Izzy pero ese instante, con la gente saliendo a borbotones del piso y su hermana jalando de él, no era el momento.

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