Alec estaba en casa de Magnus, en el sofá junto a este cuando le llegó un mensaje de Jace. Había dos demonios mayores atacando en la entrada del Instituto.
Magnus también vio el mensaje y después miró a su novio.
- ¿Puedo ayudar? -Le preguntó a Alec.
- Será peligroso, eres un gran brujo Magnus, pero no tienes el entrenamiento de los cazadores de sombras. -Le dijo el nefilim haciendo una mueca.
- Ya hemos luchado antes. Juntos.
- Sí, pero eso fue gracias a la runa de Alianza. -Le recordó el cazador.
- Tal vez aún funcione. -Sugirió el brujo.
Extendió la mano con la palma hacia arriba y Alec pudo ver la cicatriz de la runa que los había unido en combate.
- Podemos probar. -Cedió y colocó su mano sobre la de Magnus.
Fue como si todo a su alrededor desapareciera y por un momento sólo existieron ellos.
- Creo que ha funcionado. -Dijo el brujo cuando sus manos se separaron.
- Pues deberíamos irnos.
Alec fue hacia la puerta pero Magnus ya había creado un portal.
- Es más rápido. -Dijo encogiéndose de hombros.
Alec sacudió la cabeza y cruzó el portal junto con su novio.Lo que vieron al llegar a la entrada del Instituto fue un caos enorme.
Los dos demonios eran del doble de tamaño de un humano. Eran de color azul grisáceo con escamas por todo el cuerpo. Sus cabezas no tenían forma, los ojos eran dos cuencas vacías rodeadas de dientes, no tenían boca y sus brazos acababan en largas cuchillas.
Jace, Clary y Robert estaban tratando de acabar con uno de ellos mientras que el otro estaba atacando a Isabelle y a Maryse. Alec corrió hacia ellas con un cuchillo serafín en la mano. Magnus le siguió sujetando la espada que le había dado el cazador.
Cuando Alec hundió el cuchillo en la espalda del demonio, este gritó y se dio la vuelta más rápido que cualquier otro demonio que hubiera visto antes. Se lanzó sobre Alec en el mismo momento en que Isabelle le cortó un brazo con su látigo y Magnus vio la oportunidad de mover la espada y cortarle las piernas al demonio, que cayó sobre Alec enseñando sus horribles dientes.
Alec giró sobre si mismo, evitando así que el demonio le aplastara, pero no fue lo bastante rápido como para evitar que una de sus cuchillas se le clavara en las costillas.
Ignoró el dolor punzante que le recorrió el pecho y se levantó. Maryse le clavó una daga donde debería haber estado el corazón del demonio y este se desvaneció, dejando un charco de un líquido verde oscuro sobre las baldosas del suelo.
Se oyó un grito y Alec, Isabelle y Magnus miraron hacia donde estaba el otro demonio a la vez. Clary estaba en el suelo y el demonio la inmovilizaba mientras trataba de morderla.
Robert y Jace trataban de matar al demonio acuchillándole, pero este no paraba de moverse y no lograban herirle donde debían. Magnus echó a correr hacia el demonio y se sorprendió de sus propios reflejos cuando esquivó una de las cuchillas. "Entrenamiento de cazadores de sombras", pensó y vio la runa de su mano brillar con un resplandor plateado.
Isabelle apareció a su lado y se encargó de darle un fuerte latigazo al demonio, Magnus y Jace apuñalaron al demonio a la vez y tras girar varias veces sobre el suelo, desapareció con un gruñido.
- Vaya. -Dijo Clary mirando a Magnus atónita.
- Es por la runa que creaste. -Le dijo este y sonrió de medio lado.
- Creo que ha ido bastante bien. -Dijo Alec que había llegado junto a ellos. De sus dedos salían chispas azules como las que solía tener Magnus.
- ¿Estas bien? -Le preguntó su Parabatai.
En ese momento el brujo se dio cuenta de que Alec estaba de un alarmante color grisáceo y que el color se había ido de sus azules ojos.
- Sí, solo un poco mareado... -Se fue hacia a un lado justo cuando Magnus se estiraba y le cogía antes de que se estrellase contra el suelo.
- ¡Alec! -Gritó Jace mientras se arrodillaba junto a Alec. Rápidamente se dio cuenta de que el moreno tenía una herida bajo las costillas. Le abrió el chaleco y examinó la herida.
- ¿Es grave? -Preguntó Isabelle preocupada.
- La herida no, pero el demonio le a inyectado su veneno. -Contestó Jace y la chica corrió a buscar a los Hermanos Silenciosos.
- ¿Y eso que significa? -Simon parecía realmente confundido a la vez de preocupado.
- Significa que si no le sacamos el veneno y le curamos la herida, perderá la cabeza y finalmente morirá.
Magnus pareció volver a la tierra con las palabras de Jace y miró alarmado a Alec, quién yacía inmóvil en el suelo.
- Pues ponle una runa curativa...
- Debemos sacarle el veneno antes de cerrar la herida, Magnus.
- ¡Entremos al Instituto! -Gritó Clary y entre todos ayudaron a llevar a Alec a la enfermería.
Le dejaron en manos de los Hermanos y se quedaron en el pasillo durante una hora.
- Deberíamos irnos a la cama, aquí no hacemos nada. -Dijo Isabelle, que sabía muy bien lo reservados que eran los Hermanos.
- Tienes razón, Magnus, deberías volver a casa o puedes quedarte aquí en una habitación. -Dijo el nefilim mirando al brujo, que estaba sentado en el suelo frente a la enfermería.
- ¿Y si necesitan mi ayuda?
- No hay nada que puedas hacer, esta vez no.
- Aún así me quedaré. -Dijo Magnus convencido.
Jace reprimió un suspiro y se alejó por el pasillo. Dejando a Magnus en la penumbra, rezando por que su Alexander se pusiera bien.
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MALEC
FanfictionHistoria del Gran Brujo de Brooklyn, Magnus Bane y su Nefilim, Alexander Lightwood. Aquí inventaré capítulos en los que se demuestra el amor que siente Magnus, (a su manera) y dónde intentaré que Alec venza su timidez en lo respectivo a su relación...