San Valentín (1/2)

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¡Hola mis queridos Nefilim! Aquí os dejo el capítulo especial por los 1.000 vistos. Estará dividido en dos partes ya que es muy largo.  ¡Espero que os guste! Esta tarde publico la segunda parte.😊

Dedicado a 88DramaQueen88.
Y también a nuestro sexy Matt Daddario que hoy cumple 29 años. ¡Felicidades!😍

- ¿Qué piensas hacer hoy? -Le preguntó Izzy a su hermano mientras caminaban por el centro comercial.
- Volver a casa y estar con Magnus. -Dijo Alec.
- ¡Pero hoy es San Valentín! ¡tenéis que hacer algo especial! -Exclamó Izzy.
- Eso es una tradición mundana, los Nefilim no celebramos este día.
- Pues yo voy a celebrarlo con Simon y Jace con Clary.
- Simon y Clary son medio mundanos. -Replicó Alec con una mueca.
- Los subterráneos también la celebran. -Explicó su hermana mientras se cruzaba de brazos.
- No veo a Magnus regalando corazoncitos de chocolate. -Dijo Alec a pesar de que empezaba a preocuparse.
- Pues... -En ese momento el móvil del cazador sonó con la melodía que le tenía puesta al brujo. Le había mandado un mensaje, bueno, más bien una imagen. En la foto salía Presidente Miau con un lazo rojo alrededor del cuello y ¡Feliz San Valentín! estaba escrito en medio de la foto.
Isabelle se acercó a su hermano y miró por encima de su hombro. Al ver la foto, resopló y miró a Alec con un mueca de enfado.
- Con que no celebra San Valentín, ¿eh?
- Mierda, ¿qué hago? ¡Ayúdame! -Alec había salido del shock para entrar en un estado de histeria mayor del que podía soportar sin sufrir un infarto.
- Primero; te lo dije, segundo; vamos a buscarte algo mejor que un jersey lleno de agujeros, y tercero; ¡ya estás pensando un plan súper romántico para esta noche! -Izzy le gritó de tal forma que varias personas se giraron para mirarles.
Sin darle tiempo a responder, Isabelle le arrastró hasta una tienda donde seleccionó varias prendas de ropa y empujó a su hermano al probador.
Alec se puso la ropa, que era una camisa blanca con botones, unos vaqueros negros demasiado ajustados para su estilo y unos botines del color de sus ojos. Salió del probador y su hermana aplaudió mientras le examinaba.
- ¡Estás genial! Ahora vamos, debes pensar algo que sorprenda al Gran Brujo de Brooklyn.
Tras salir de la tienda de ropa, Izzy entró en una tienda con demasiado rosa para el gusto de Alec y compró champán, nubes de azúcar y chocolate fundido.
- ¿No crees que te estás pasando? -Preguntó Alec al ver el exagerado entusiasmo que tenía su hermana por organizar su cita.
- Calla y déjame a mí, sé lo que hago. -Y entró en una tienda de regalos.
- No voy a regalarle a Magnus un oso de peluche ni una taza que ponga "Te amo".
Alexander comenzaba a perder la paciencia y decidió centrarse en pensar un plan que sorprendiera a su novio.
- Uh, podrías regalarle eso. -Sugirió Isabelle mirando un escaparate. Alec siguió su mirada y se horrorizó cuando vio que su hermana estaba señalando unas esposas de juguete con estampados de leopardo.
- ¡Isabelle! -Alec gritó, sonrojado hasta el punto de parecer un tomate y su hermana comenzó a reírse mientras seguía caminando.
Al final, el nefilim decidió que el regalo sería un brazalete plateado con unas palabras que le había dicho al brujo al principio de su relación grabadas en la parte de arriba.
*I don't want the world, I want you.*
- No quiero el mundo, te quiero a ti. -Leyó su hermana mientras volvían al apartamento del brujo. Bueno, en teoría era también el apartamento de Alec. Había pasado un mes desde la pelea con sus padres y desde entonces vivía con Magnus. -Y luego yo soy cursi. -Dijo Isabelle con una sonrisa.
- No seas pesada. Gracias por ayudarme, ahora solo espero que mi plan salga bien.
- No lo estropees, suerte. -Alec la besó en la mejilla y entró al edificio.

Tras hacer algunas llamadas, envolver el regalo y vestirse con lo elegido por Izzy, Alec había subido a la azotea para preparar la primera parte del plan; cenarían allí y después mirarían a los edificios de Nueva York, que esa noche escondían un secreto preparado por Alec.
La segunda parte de su plan la llevaría a cabo en el apartamento. Allí le daría su regalo y pensaba hacer algo que sólo de pensarlo se le aceleraba el corazón. Intentó calmarse, se apoyó en la pared junto a la salida a la azotea y esperó a Magnus.

Cuando Magnus llegó a su apartamento vio un gran cartel pegado en la puerta que decía: ¡No entres! Sube a la azotea, tengo una sorpresa. -Alexander.
Magnus sintió una oleada de emoción recorrerle el cuerpo al ver que Alec había preparado algo por San Valentín. Él le había comprado una cosa pero no se le había ocurrido pensar que su nefilim organizaría nada ya que no solían celebrar las tradiciones mundanas.
Llegó a la azotea lo más rápido que pudo y se encontró con Alec apoyado en la pared.
- ¿Alexander? -Susurró Magnus cuando estuvo frente a él.
- Shh, feliz San Valentín, mi amor. -Dijo este en un tono aún más bajo.
Le agarró de la bufanda que llevaba y le aprisionó contra la pared. Alec buscó los labios de Magnus y este gimió por la sorpresa. Llevó sus manos al pelo negro del nefilim y se dejó llevar cuando Alec comenzó a lamerle los labios y juntó sus lenguas en el apasionado beso. Pocas veces era el de ojos azules quien tomaba el control de nada y el brujo no pensaba desaprovechar la ocasión. Por eso fue Alec quien se apartó.
- Ven, vamos a cenar.
- Creí que la cena serías tú. -Dijo Magnus. Se sentaron en la mesa ya preparada y Alec miró al otro a los ojos.
- Eso será luego. -Dijo con una voz que Magnus reconoció como provocativa y traviesa, pero no era posible que Alexander, su inocente Alexander, le estuviera provocando. ¿O sí era posible?

MALECDonde viven las historias. Descúbrelo ahora