Hacía una semana que Magnus y Alec se habían prometido y reunieron a sus amigos y familiares para darles la noticia.
Jace, Isabelle, Max, Clary, Simon, Ragnor y Catarina estaban en el salón esperando.
- ¿Qué nos vais a decir? -Preguntó Izzy.
- Sí Magnus, tengo cosas mejores que estar aquí. -Dijo Ragnor con su habitual mal humor.
- Cállate. -El brujo sonrió y se sentó junto a Alec enfrente de los demás.
- ¿Preparados? -Preguntó Alec, que estaba tapando con una mano el anillo que llevaba y también Magnus, que ahora llevaba uno igual.
- Estamos esperando, hermano. -Habló Max.
Alec miró a Magnus y a la vez que sonreían, levantaron sus manos enseñando ambos anillos.
Todos se quedaron atónitos y el primero en hablar fue Jace:
- ¿Eso es lo que creo que es?
- Sí, ¡nos vamos a casar! -Exclamaron Magnus y Alec a la vez.
- ¡Oh, por el Ángel! -Izzy chilló y se tiró a los brazos de la pareja. Los chicos la abrazaron y luego todos los demás se unieron al abrazo.
- Felicidades, chicos. -Dijeron Clary y Simon.
Después, los anfitriones sacaron champán y todos brindaron mientras empezaban a hablar sobre los detalles de la futura boda.
- Quiero ser la madrina. -Sentenció Izzy.
- Vale. -Aceptó su hermano.
- ¡Genial! Simon me vas a ayudar, te nombro mi secretario y ayudante. -Dijo la chica mirando a su novio.
Jace se acercó a su parabatai y ambos se alejaron un poco.
- ¿Estás seguro de esto? -Preguntó Jace.
- Claro, ¿por qué?
- Solo tienes veinte años, ¿no te parece precipitado? -Jace parecía preocupado.
- No. Amo a Magnus, no hay motivos para esperar. -El moreno lo dijo totalmente seguro de esas palabras e hizo que Jace sonriera.
- Entonces, te felicito, Alec. Espero que seáis muy felices.
Los dos chicos se abrazaron y volvieron con los demás. Magnus abrazó a su prometido por la cintura y besó su mejilla.
- Estábamos hablando de que primavera es un buen momento para la boda, ¿que piensas? -Le preguntó el brujo.
- Me parece genial.
Siguieron hablando de todos los detalles posibles hasta que se hizo la noche.
- Debemos irnos. Mañana vienen de la Clave para examinar a Max. -Dijo Isabelle.
- De acuerdo. -Alec se puso junto a su hermanito. -¿Estás preparado?
- Pues claro que sí. -Respondió el niño y Alec sonrió.
- A por ello, campeón. -El ojiazul le revolvió el pelo al pequeño y se despidió de los demás.
La última en abrazar a Magnus y Alec fue Isabelle.
- ¿Le dirás a nuestros padres? -Le preguntó a Alec.
- No.
- Alec...
- No. Puedes decírselo tú si quieres pero no voy a hablar con ellos después de todo lo que me han hecho.
- Esta bien, te entiendo. -Se separaron y Magnus cerró la puerta tras la chica.
Ambos sentaron en el sofá y Magnus le miró.
- ¿Qué te dijo Jace? -Alec le miró sorprendido pues no creía que les hubiera visto.
- Nada. Sólo me ha preguntado que si estaba seguro de esto.
- ¿Y qué le dijiste? -Alec vio el temor en su mirada.
- Que te amo, que no veo motivos por los cuales no deba casarme contigo. -Contestó mientras se subía en su regazo.
- ¿De verdad estás seguro de querer casarte?
- Estoy completa y absolutamente seguro. -Alec pasó sus manos tras el cuello del brujo.
- ¿De verdad? -Magnus agarró a Alec por la cintura y le pegó más a él.
- De verdad. -Alexander juntó sus labios con los de Magnus y el mayor le mordió el labio provocando que el otro gimiera.
Continuaron besándose hasta que el cansancio y las emociones del día les vencieron y se quedaron dormidos en el sofá, abrazándose.
ESTÁS LEYENDO
MALEC
أدب الهواةHistoria del Gran Brujo de Brooklyn, Magnus Bane y su Nefilim, Alexander Lightwood. Aquí inventaré capítulos en los que se demuestra el amor que siente Magnus, (a su manera) y dónde intentaré que Alec venza su timidez en lo respectivo a su relación...