Estaba a unas calles del loft cuando se oyó un trueno y empezó a llover de repente, dejando a Alec empapado en pocos minutos. Ni con la runa de velocidad consiguió llegar a la casa antes de estar calado hasta los huesos. Cuando entró al salón dejó un rastro de agua por el suelo y Magnus se levantó alarmado cuando le vio.
- ¿Te has duchado con la ropa puesta? -Preguntó mientras se acercaba.
- El cielo se me ha caído encima en un minuto. -Murmuró Alec mientras se quitaba la chaqueta.
- He oído el trueno pero no creí que lloviera tanto.
Alec se fue quitando el resto de ropa y Magnus le secó el pelo y el cuerpo con su magia. Una vez que el chico no tenía ni rastro de agua, Magnus chasqueó los dedos y le puso un pantalón de chándal y una camisa de tirantes. Magnus su quedó mirándole y Alec se puso algo rojo.
- ¿Por qué... Por qué no usaste la magia desde el principio? -Susurró Alec.
- Sabes que utilizo cualquier excusa para verte sin ropa. -Contestó Magnus sonriendo pero había algo en su mirada que afirmaba que lo decía en serio.
Era de noche y el salón no estaba iluminado, la única luz que había era la que entraba desde fuera a través de los grandes ventanales. Por esto, el rostro de Magnus sólo se veía a medias iluminado por la luna, de una manera que a Alec le resultó demasiado sexy.
Magnus se acercó hasta quedar pegado al nefilim y le puso las manos en la cintura mientras empezaba a besarle el cuello. Alec cerró los ojos y ladeó la cabeza de forma involuntaria. Magnus le estaba dando besos por todo el cuello y le mordió varias veces dejándole marcas.
- Magnus... Magnus no hagas eso... -Susurró Alec aún con los ojos cerrados.
- ¿No te gusta? -Preguntó sin separarse de su cuello y Alec se estremeció al notar su aliento.
- Me gusta... Demasiado. -Exhaló el nefilim.
Magnus volvió a besarle el cuello, fue por su mentón y cuando llegó a sus labios puso las manos tras el cuello de Alec y le besó lentamente. Alec estaba tratando de mantener la cordura y cada vez le resultaba más difícil. Magnus le mordió el labio para conseguir que el chico separase los labios y Alec le abrazó de la cintura sin dejar de besarle. El brujo empezó a acariciar la espalda del otro por encima de la camisa.
Alexander, que hasta ese momento había estado clavado en el suelo, ahora dio unos pasos hacia atrás tirando de Magnus a la vez que quedaba pegado a la pared. Magnus puso una pierna entre las de Alec, pegándose todo lo que era posible. El brujo le quitó la camisa y pasó las manos por su pecho. Un suave gemido salió de los labios de Alec cuando Magnus le dio pequeñas mordidas en el cuello. Estaban apoyados en la pared junto a la habitación y Magnus elevó a Alec para que le rodeara la cintura con las piernas. Sujetándole, Magnus llegó a la cama y se subió, dejando a Alec bajo él. Empezó a besarle el pecho. Alec tenía los ojos cerrados y se estaba mordiendo el labio. Cuando Magnus llegó al borde del pantalón del nefilim, este abrió los ojos y tiró de él para que subiera a su altura. Le besó y luego y se dio la vuelta dejando a Magnus entre la cama y su cuerpo. Le quitó la camisa e hizo el mismo recorrido que había hecho Magnus, dándole besos y a veces mordiendo su pecho. Justo cuando estaba a punto de empezar a desabrocharle el pantalón empezó a sonar un teléfono. Lo ignoró pero volvió a sonar y se dio cuenta de que era el suyo.
- No contestes. -Susurró Magnus.
- Es Izzy. -Dijo preocupado al ver el nombre en la pantalla.
Se sentó en la cama y contestó.
- ¡Alec! ¡Menos mal! ¡Necesito tu ayuda! -Izzy sonaba agitada y eso alarmó a Alec.
- ¿Qué ha pasado?
- ¡Necesito que vengas al Instituto, por favor! -Alec suspiró y le dijo que iría.
Miró a Magnus que tenía una cara de fastidio extremo.
- ¿Puedes... Puedes hacer un portal? -Preguntó Alec mientras se ponía un jersey.
Magnus se puso una camisa y creó un portal sin decir nada.
Alec volvió a mirarle y se acercó al portal. Cuando estaba a punto de cruzarlo notó a Magnus tras él.
- Te vas a arrepentir de dejarme con las ganas. -Susurró y le dio un beso en el cuello. Luego le empujó un poco para que entrara al portal.
Alexander llegó junto a su hermana para ver que la cocina del instituto estaba cubierta de hollín negro y olía a quemado.
- ¿Qué has hecho? -Exclamó Alec mirándola.
- Galletas... -Susurró su hermana. Izzy le había llamado para que la ayudase a limpiar. Y tuvo que hacerlo mientras las palabras de Magnus retumbaban en su mente.
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MALEC
FanfictionHistoria del Gran Brujo de Brooklyn, Magnus Bane y su Nefilim, Alexander Lightwood. Aquí inventaré capítulos en los que se demuestra el amor que siente Magnus, (a su manera) y dónde intentaré que Alec venza su timidez en lo respectivo a su relación...