Capitulo 3 '' Verte de nuevo''

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Pasaron dos semanas desde que Jean estaba en este estado.
¿Cuándo carajo despertará?
La espera me agotaba y quería volver a mi departamento, desde esa noche no había vuelto, tuve que darles las llaves a Chris para que me trajera un poco ropa y para que asegurara de que todo estaba bien allí.
La verdad no podía aguantar más, debía volver a mi departamento pero yo había hecho una promesa, tengo que cuidarla cueste lo que cueste.
No soportaba ver así a Jean más, quería que despertara, quería que me viera, sonreírle y saber que todo estaba bien, que ella y yo íbamos a ser felices juntos, sólo necesitaba que despertara. Le he estado hablando todo como un loco, quizás ya estaba loco pero debía aguantar el tiempo aquí.
-Permiso. –dijo Chris entrando a la habitación con una bolsa en su mano.
-Hola, hermano.
-¿Cómo estás?
-Bien, supongo. –dije algo cansado mientras él se sentaba en una silla al frente de mí.
-Deberías a ir a casa a darte un baño y descansar, Jean no se enterará de que tú te fuiste.
-¿Si despierta y yo no estoy aquí?
-Vamos, yo le diré que fuiste por un café.
-No, prefiero quedarme aquí, hice un promesa y no la romperé.
-Está bien, como quieras.
Él sabía que no valía la pena discutir conmigo, era muy terco.
-En fin, aquí te traje algo de comer y algo para que te cambies. –dijo sacando un sándwich y una remera de la bolsa.
-Gracias, Chris, me has sido de gran ayuda últimamente.
-No es nada, sé cuánto quieres a Jean y cómo quieres cuidarla.
-Hasta que ella despierte yo me quedaré aquí.
-¿No has pensado en algo? –me preguntó pensativo.
-¿En qué? –pregunté extrañado.
-Pues, ya sabes, como Jean y tú estabas peleados... ¿crees que ella querrá verte cuando despierte o perdonarte?
-Créeme que eso me ha estado atormentando hace dos semanas. –dije levantándome de la silla. –Créeme que si ella no me perdona por esto. –dije caminando de un lado a otro en la habitación. –No sé qué será de mí.
-¿Volverás a ser cobarde y a dejarla como siempre?
Yo lo miré sobre mi hombro, él tenía razón, siempre fui cobarde y nunca luché por lo nuestro, siempre que terminábamos era por mi culpa pero esta vez no iba a ser así, yo iba a luchar por su amor, por estar con ella a su lado, hacerla feliz y formar una familia con ella. Yo la amaba como nunca había amado a nadie, creo que había encontrado a la persona con la que quería compartir el resto de mi vida.
-¿Sabes qué no? Voy a luchar por ella, si ella no quiere perdonarme voy a luchar por su perdón, voy a luchar por el amor que le siento, no voy a dejarla sola de nuevo.
-Sólo espero que no esté enfadada contigo ni conmigo.
-¿Has leído la carta que dejó?
-¿La carta? ¿Qué carta? –dijo levantándose de la silla.
Yo me había quedado mudo, no sabía que él no había leído la carta aún, creí que Alex se la había mostrado a él antes que a mí ya que era su mejor amigo.
-Brian, contéstame, ¿qué carta? –dijo exaltando girándome de la camiseta.
-Oye Chris, tranquilízate. –dije agarrándole las manos.
-¿Por qué me ocultaron sobre esa carta?
-Creí que tú ya lo sabías.
-Pues como ves no, no lo sabía. –dijo enfadado.
-Oye, tranquilízate, ¿sí? Estamos en una clínica, tu mejor amiga está allí.
Él bajó la mirada, luego volvió a sentarse en su silla y suspiró.
-¿Podrías mostrármela por favor?
-De acuerdo.
Me acerqué a la mesa que estaba al lado de la cama de Jeany abrí un pequeño cajón para sacar la carta. La tomé, la miré un momento y luego se la entregué a Chris.
-Aquí tienes.
-Gracias.
La tomó, la abrió y comenzó a leerla, seguro se pondría a llorar, no quería verlo llorar.
Terminó de leerla, la cerró, se levantó de la silla y depositó la carta en ella.
Comenzó a caminar por toda la sala y luego se giró a mirarme y abrió sus ojos grandes y luego volvió a tamaño normal. Suspiró y abrió la boca para hablar.
-A juzgar por la carta. –dijo poniendo sus manos en sus bolsillos y caminando de un lado a otro. –Ella no está enojada con ninguno de los dos. –dijo mirándome y suspirando.
-¿Tú crees? –le pregunté algo inseguro.
-¿Has leído la carta? –me preguntó obvio.
-Sí, claro que la leí.
-Entonces puedes leer perfectamente que te ama y que ella quiere estar contigo.
-Pues, sí, tienes razón.
-Y conmigo pasa lo mismo, soy su mejor amigo y se disculpó por tratarme como me trató, yo también debo disculparme con ella.
-Pero eso sentía ella antes de hacer lo que hizo, ¿qué crees que pensará ahora?
-Yo opino que sigue pensando igual.
-Espero que tengas razón. –dije sentándome en la silla a mirarla.
-Oye, ¿seguro que no quieres ir a tu departamento?
-Seguro, no te hagas problema por mí.
-Está bien, come. –me señaló el sándwich.
Lo tomé y comencé a comer, tenía bastante hambre, sueño, cansancio, hasta me aburría. Si ella no me perdonaba y no quería estar más conmigo todo esto sería en vano pero bueno, estoy dispuesto a correr el riesgo.
-Voy a ver si Alex necesita algo, está allá fuera. –dijo Chris.
-¿Y desde cuando son amigos ustedes dos?
-Desde que pasó esto con Jean.
-¿O sea que tenía que pasar algo malo para que ustedes sean amigos?
-No nos llevábamos mal.
-Pero acepta que tú tenías celos.
-¿Celos de qué? –preguntó haciéndose el tonto.
-Vamos, yo sé que tú tenías celos de que Alex estuviese viviendo con Jean.
-Al igual que tú.
-Pero lo mío es diferente.
-No te creas, no es tanta la diferencia.
-¿A qué te refieres?
-Mejor olvídalo, iré a hablar con Alex.
-De acuerdo.
Me había quedado solo en la habitación pensando en lo que había conversado con Chris.
¿A qué se refería con eso de que no había mucha diferencia?
La verdad es que me había dejado con la duda pero qué más da, es mejor no preocuparme. Es irónico pero creo que cuando salga de aquí tendré que ir al médico, me he estado sintiendo mal últimamente pero no quiero decirle a nadie porque me mandarán a casa y no quiero dejar a Jean sola. Sé que lo que estoy haciendo es un sacrificio demasiado grande quedándome aquí pero lo hago por ella.
Me levanté de la silla y me puse al lado de Jean, todos los días le hablaba, le contaba lo que pasaba durante el día, sé que estaba un poco loco hacerlo pero yo sé que ella me escucha.
-¿Sabes Jean? –dije tomando su mano. –Esta mañana vinieron tus padres, tu madre se quedó todo el día aquí, sí, sé que no puedes creerlo. –reí. –Ya que trabajan mucho pero últimamente tú has sido su única prioridad, están casi todo el tiempo aquí y eso es bueno porque significa que en un futuro ustedes serán más unidos, hablarán más seguidos y podrás contarle tus problemas. Luego vino Chris, que me dejó un sándwich y una remera y habló conmigo, le hice ver tu carta, se puso como loco, sólo espero que tú puedas perdonarme por todo lo que he hecho, me he quedado aquí noche y día desde que estás internada, pero todo vale la pena por ti, pequeña. –sonreí y le di un beso en la mano.
En ese momento sentí que ligero apretón en mi mano proveniente de la mano de Jean.
¡Estaba despertando!
Oh por Dios, Jean estaba despertando. Me quedé allí mirándola, ella hizo un mínimo movimiento con la cabeza y trató de abrir los ojos. Yo la estaba mirando atentamente, no quería perderme el momento en el que ella despertara, quería que me viera a mí, aquí, agarrándole la mano.
Finalmente ella abrió los ojos y comenzó a mirar a todas partes, al parecer no se había captado de mi presencia todavía. Luego miró nuestras manos entrelazadas y levantó la mirada.
-Jean, pequeña. –sonreí. –Despertaste finalmente. –hablé suave.
-¿Dó...dónde estoy? –preguntó con muchísima dificultad para hablar.
-Estás en una clínica, tranquila, estás bien, no hables.
-De...debo salir de aquí. –me dijo casi levantándose.
-Oye, no. –dije agarrándola de los hombros y acostándola de nuevo.
-Suéltame. –dijo algo histérica.
-Le costaba mucho hablar pero aun así me daba órdenes.
-Jean, quédate tranquila, iré a llamar a un médico.
-Quiero que te vayas. –dijo rápidamente.
-¿Qué? –pregunté confundido.
-Quiero que te vayas, no quiero verte, no quiero escucharte, ¿no entiendes?
Seguro esto era algo pasajero, así que mejor no voy a discutir con ella y voy a dejarla sola, es mejor que me vaya.
-De acuerdo, me iré. –dije levantando los brazos y saliendo de la habitación.
Junté mis cosas y salí de la habitación, miré para todos lados buscando un médico o una enfermera para que atendieran a Jean. En ese momento vi como Alex y Chris se acercaban hacia mí.
-¿Pasó algo? –me preguntó preocupado Alex.
-Despertó.
-¿Qué? ¿En serio? –gritó feliz Chris.
-Sí, entra a verla. –dije algo triste.
-¿Pasó algo? –preguntó Chris.
-Luego hablamos. –le dije y salí de allí.
La verdad es que no podía creer que Jean me haya echado después de todo lo que había hecho por ella, algo dentro de mí me decía que no valía la pena, que no me perdonaría, que no quería verme pero yo quería estar allí con ella para que supiese que yo estuve en todo momento con ella. Ya no había vuelta atrás, ¿qué más da? Di lo mejor de mí para ella y estoy feliz por ella.
Salí de la clínica y estaba lloviendo, como cuando llegué, tengo que estar bien, tranquilo y no enojarme ni hacerme la cabeza con esto, sino ella y yo terminaremos muy mal.
Busqué las llaves de mi auto y luego me subí a este, me dirigí a mi departamento totalmente aliviado de poder volver a mi lugar, dormir en una cama, bañarme y comer bien.
Llegué al edificio, entré y la recepcionista me miró algo extrañada.
-Hola.-la saludé con una sonrisa.
-¿Brian? –me preguntó extrañada.
-¿Sí? –dije algo confundido.
-Hace dos semanas que no vienes, ¿estás viviendo en otro lado? ¿Estás bien? ¿Te ocurrió algo? –me preguntó saliendo de su mostrador.
-He estado bien, me he quedado en una clínica estas dos semanas.
-¿Por qué?
-Es que una amiga estaba allí y bueno, me quedé a cuidarla.
-Oh, me alegro de que estés bien y que hayas vuelto, te extrañé. –sonrió.
-Yo también, rubia. –bromeé y luego la abracé. –Iré a mi departamento, lo extrañé mucho. –dije soltándola y me dirigí hacia el ascensor.
La verdad es que no estaba seguro si de subir en ascensor o en escalera, pues en los dos tenía recuerdos con Jean.

Narras tú.

Finalmente había despertado de mi largo, largo descanso si así podía llamarse. Me arrepiento de no haber muerto, de haber despertado y tener la cara de Brian en frente de mí. No quería verlo, no quería estar con él, no quería escucharlo, nada pero nada iba a hacerme cambiar de opinión, él me obligó a hacer lo que hice, estuve a punto de morir, pero bueno, sigo viva y tengo que seguir enfrentándome a la vida.
En el momento en que Brian salió de la habitación, al momento Chris y Alex entraron, sonreí al instante cuando los vi a los dos juntos. Alex se puso de mi parte izquierda y en la derecha Chris, quería levantarme a abrazarlos pero me sentía débil y tenía muchos aparatos conectados a mí.
-Jean, ¿cómo estás? –me preguntó Alex dándome un beso en la palma de la mano.
-Ahora que los veo, bien. –sonreí.
-Me alegro tanto de que hayas despertado. –me dijo Chris y me abrazó.
-Yo también, ¿llamaron un médico?
-No, iré a llamar uno. –dijo Chris y salió de la habitación.
Me quedé a solas con Alex, de seguro él me regañaría por haber hecho lo que hice, seguro él me encontró en ese estado, leyó mi carta y todo eso. Estaba listo para regañarme.
-Te escucho. –le dije de repente.
-¿Eh? –preguntó extrañado.
-Que te escucho.
-¿Por qué? –dijo confundido.
-Seguro vas a regañarme por lo que hice.
-No voy a regañarte. –dijo serio. –Tú sabes lo que haces, ¿qué quieres que te diga?
Parecía un poco enfadado, espero que no lo esté ya que es mi amigo y vivimos bajo el mismo techo.
-¿Estás enfadado?
Él me miró tiernamente, me acarició la mejilla y luego negó la cabeza.
-No, no estoy enfadado contigo, Jean.
-¿En serio?
-Tranquila, tienes que estar bien.
-Gracias. –dije tomando su mano.
Le sonreí y en ese momento Chris entró con los médicos.




Lamento no haber subido mas seguido, estuve estos días sin internet pero ya regrese :3 espero que les guste!! 

Entre mi profesor y yo (Synyster gates 2° Temporada) Terminada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora