Capítulo 15:"¿Y ahora qué?

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Terminé de bañarme, salí de la bañera y con una toalla blanca sequé todo mi cuerpo y me coloqué otra en el cabello. Salí hacia mi habitación y me dispuse a vestirme con las prendas que había separado. Miré el reloj de mi pared, nueve con cuarenta minutos, estaba tan cansada que no veía las horas de caer en mi cama y dormir. Me coloqué las pantuflas, cepillé un poco mi cabello y luego tomé el vaso con un poco de jugo que quedaba para salir de mi habitación.
Al salir de mi habitación, un bostezo hizo que mis ojos se humedecieran, cosa que me hizo refregarlos con la manga de mi remera. Así que decidí bajar rápido las escaleras y comer de una vez por todas para poder irme a dormir.
Llegué a las escaleras y Chris se encontraba en la sala hablando por teléfono. Sin hacer nada de ruido me quedé en el quinto escalón.
-Sí, Brian, ya lo dejé... estoy con Jean... no te preocupes... ¿tú cómo estás?... ¿Y Jesica?...
Estaba hablando con Brian, eso me estrujaba el corazón y las ganas de llorar desconsoladamente aparecieron, sé que no tardarían mucho en luchar contra mí.
-Bueno hermano... te dejo, en cualquier momento Jean bajará a cenar... claro, espero verte pronto, saluda a Jess de mi parte... claro... adiós.
Entonces Chris cortó la llamada y por inercia comencé a bajar las escaleras como si nada y haciendo ruidos con mis pies.
-¿Lista para cenar?
-Sí, quiero irme a dormir lo más pronto posible.
Los dos entramos a la cocina y nos encontramos con mis padres cenando, no sabía que vendrían temprano.
-¡Chris! –exclamó mi madre y se levantó de su silla.
-Señora Jefferson, ¿cómo ha estado?
-Muy bien hijo, ¿y tú?
-Bien, gracias. –sonrió.
-Hola, Chris. –dijo mi padre levantándose de la silla y estrechando su mano.
-Hola, Señor.
-¿Te quedarás a cenar? –preguntó emocionada mi madre.
-Se quedará a vivir. –dije cerrando el refrigerador.
-Un tiempo. –concluyó Chris.
-Pues quédate el tiempo que quieras, sabes que eres bienvenido aquí. –le sonrió mi madre. –Vamos a comer que muero de hambre.
Todos nos sentamos en la mesa, mis padres conversaban con Chris mientras que yo, literalmente, me estaba durmiendo en la mesa. De vez en cuando, Chris me regalaba miradas rápidas como diciéndome ''sé que me escuchaste hablar con Brian'' yo sólo lo ignoraba y seguía comiendo. Finalmente terminé el último bocado, tomé algo de jugo y me levanté de la mesa.
-Me iré a dormir, estoy muy cansada. –dije saludando a mis padres con un beso en la mejilla. –Hasta mañana. –dije y le di un beso también a Chris.
Salí de la cocina y comencé a subir las escaleras, mi cabeza quería pensar en todo y a la vez en nada, estaba tan cansada mentalmente que ya no quería ni pensar. Mi mente me obligó a pensar en Brian, el amor de mi vida. Moría por mandarle un mensaje y decirle todo lo que sentía, quizás mañana cuando esté en la universidad, hoy estoy agotada.
Entré a mi habitación y apagué la luz dejando sólo la lámpara de mi mesa de noche prendida, me metí entre las sábanas, apagué la lámpara, me tapé hasta la cabeza y me dormí.

...

Narra Brian:

Acababa de cortar con Chris, me había mencionado a Jean en el momento menos exacto. Mi mente comenzaba a entrañarla, extrañaba su cariño, sus labios, sus ojos, su cuerpo, su carácter, todo de ella pero ya no podía volver el tiempo atrás, ella no me amaba, sabía que se había aprovechado de mí y había jugado con mis sentimientos. Me manejó como si fuese su marioneta pero eso nunca más volverá a pasar, yo soy un hombre adulto y tengo que estar con una mujer adulta y que sabe tomar sus propias decisiones.
Jesica y yo ya nos habíamos mudado a nuestra casa de Inglaterra, era más bonita de lo que pensé, sus pisos de madrera, sus paredes con cerámicos negros y blancos, amarillos, verdes y de muchos más colores, estaba tan lleno de felicidad y a la vez tan vacío, necesita con el alma a Jean.
-¿En qué piensas tanto? –me preguntó Jesica tomándome de la cintura.
No pude evitar esbozar una sonrisa, ella me hacía feliz, lo admitía, pero sentía que lo nuestro ya había tenido un fin y que no valía la pena revivirlo, había que dar vuelta la página.
-En que extraño California. –mentí. –A mi hermano, mi primo, mi padre.
-Sabes que puedes volver cuando quieras, ¿no?
-Lo sé pero aún no quiero volver.
-Está bien.
Depositó un tierno beso en mis labios y luego me abrazó.
-Vamos a comer.
Me tomó la mano y nos dirigimos a la mesa.

Entre mi profesor y yo (Synyster gates 2° Temporada) Terminada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora