Capitulo 13: " Nuevas ilusiones"

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-No, no tengo. –sonreí. -¿Y tú?
-Tampoco, la chica con la que salía se suicidó. –contó tranquilo.
-¿Se suicidó? –pregunté sorprendida.
-Sí, bueno... ella tenía muchos problemas y no se llevaba bien con sus padres y bueno.
-¿Y tú no hiciste nada para cambiar eso?
-Sí, la estuve ayudando y toda la cosa pero ella nunca quiso escucharme, un día volví al departamento donde vivíamos y ella estaba ahorcada.
-Oh por Dios. –dije tapándome la boca.
-Pero no quiero hablar de eso.

Narra Brian:

-Jesica, ¿te faltan algunas cajas? –le pregunté desde la sala.
Jesica había aceptado irse a vivir conmigo a Inglaterra un tiempo para formar una nueva vida y ser felices.
-Sí, amor. Ahora las bajo.
Estábamos preparando todo para que el camión de mudanzas se llevara todo a nuestra casa en Inglaterra. Habíamos comprado una casa por internet, era hermosa, de madera y muy rústica, así le gustaba a Jesica. Tenía dos pisos y era enorme, sólo para nosotros dos.
Desde que estoy aquí no he vuelto a saber de Jean, salvo ese día que al parecer ella volvió de viaje con Chris y Chris me llamó para decirme que ella se había enojado con él por no decirle que me había ido. No es mi culpa que él le haya mentido, sólo espero que se reconcilien sino tendré que intervenir yo.
-Aquí están. –dijo Jesica bajando las escaleras y colocando las cajas a un lado.
Seguíamos en la casa de mis suegros, estábamos sacando varias cosas que eran nuestras cuando vivíamos en California, queríamos llevarnos casi todo, sólo nos faltaban los muebles que eso ya los había comprado por internet en Inglaterra y ordené que los acomodaran en la casa.
-¿En qué piensas? –me preguntó rodeando mi cuello.
-En Chris. –dije mirando a lo lejos.
-¿Qué ocurre con Chris?
-¿Te acuerdas de la hija de los Jefferson que te conté?
-Sí, ¿qué pasa?
-Bueno, ellos son mejores amigos y ella se enojó con él por no decirle que yo estaba aquí.
-¿No te despediste de ella acaso?
-No, no lo hice.
-Entiendo. Pero no te preocupes, yo sé que lo va a perdonar. –dijo y besó mis labios.
-Te amo. –sonreí.
-Te amo. –sonrió.

Narra Jean:

Me encontraba en mi armario pensando en qué ponerme, en media hora Jared estaría aquí y recién acababa de bañarme, seguía envuelta en una toalla porque no encontraba qué ponerme. El otoño ya había empezado y hacía bastante frío aquí así que me decidí por un pantalón de jean azul y una remera mangas largas de color negra que tenía botones en las mangas, amaba con el alma esa remera. Me coloqué mis zapatillas, cepillé mi cabello haciendo una cola con él ya que el pelo suelo me molestaba cuando hacía tarea y coloqué un poco de delineador en mis ojos y perfume. Me miré al espejo y sonreí, quizás esta sea una nueva oportunidad para mí para encontrar a alguien que me ame y además que tenga mi edad, esos serán menos problemas para mí.
Busqué un par de reglas, transportadores, lápices y una lámina de color blanca, tomé unos libros y la carpeta de la universidad y bajé a la sala. Eso era todo lo que necesitaría para el trabajo.
Me senté en el sofá y no alcancé a asentar mi trasero en él porque tocaron el timbre de la casa. Me dirigí hasta la puerta y vi y la silueta de Jared del otro lado del vidrio. Le abrí y él estaba con su hermosa sonrisa del otro lado.
-Hola. –sonreí.
-Hola. –sonrió mientras se sacaba la mochila de su hombro.
-Pasa, tengo todo listo para empezar. –dije señalando con mi mano el interior de la casa para que pasara.
-Genial, yo traje un par de láminas blancas, unos planos para que nos sirvan de ayuda y goma de pegar. ¿Tienes reglas?
-Sí, ahí en la mesa está todo. ¿Quieres que pasemos a la cocina para trabajar más cómodos?
-Como tú quieras, cariño. –sonrió y luego tomé todo para pasar a la cocina.
Nos adentramos a la cocina y nos encontramos con mis padres bebiendo vino, como siempre, y a Tina preparando algo para mí y para Jared.
-Hola. –los saludé. -¿No tendrían que estar en la empresa? –pregunté dejando las cosas sobre la mesa.
-Sí, pero nos tomamos el día libre para hacer un par de cosas. –sonrió mi madre. -¿Quién es tu amigo?
-Oh, él es Jared, mi nuevo compañero del colegio. –sonreí y lo presenté.
Él se acercó, le tomó la mano y besó esta, luego tomó la mano de mi padre y la apretó en forma de saludo.
-Un gusto. –sonrió.
-Tenemos que hacer un trabajo ahora, ¿les molesta dejarnos la cocina libre? –pregunté.
-No, hija, nosotros ya nos íbamos. –dijo mi padre y los dos me dieron un beso y salieron de la cocina.
-Aquí les dejo unos aperitivos y jugo de naranja. –dijo Tina poniendo la bandeja sobre la mesa. –Si necesitan algo, estoy en la sala. –sonrió y salió de la cocina también.
-Por fin solos. –dijo Jared.
-Sí. –reí.
-Tienes una bonita casa. –dijo mirando alrededor de la cocina.
-Gracias.
-Como la dueña. –dijo mirándome a los ojos.
Me ruboricé ligeramente y bajé la mirada, la verdad es que me sentía algo intimidada a su lado.
-Me sorprende que no tengas novio.
-Es... una larga historia. –dije sin darle mucha importancia.
-Me gustaría escucharla. –dijo interesante.
-Pero tenemos trabajo que hacer. –dije señalando todo el material en mi mesa.
-Está bien, hacemos el trabajo y luego me cuestas, ¿ok?
-Ok. –asentí.
Él sacó todo el material que había traído y yo comencé a abrir las láminas, saqué una hoja de mi carpeta y usé cómo modelo uno de los planos que Jared había traído. Comencé a hacer un par de líneas junto a él y luego de dos horas nuestro plano estaba terminado. Había quedado totalmente fantástico, sabía que tenía un buen futuro como arquitecta.
-Quedó genial. –acotó Jared.
-Lo sé, es fantástico.
-¿Planeas trabajar como arquitecta?
-Claro que sí, ¿tú?
-No, de hecho esto es para complacer a mi padre.
-¿Y qué te gusta a ti?
-No le digas a nadie pero a escondidas de mi padre estoy estudiando un profesorado de baile.
-¿De baile? –pregunté asombrada.
-Sí, bueno, seguro lo ves como algo estúpido pero amo eso.
-No, claro que no, a mí también me gusta el baile. –sonreí.
Unos vagos recuerdos de Brian llegaron a mi mente, no era momento de acordarme de él pero ¡Maldita sea! Él tenía que estar en todo momento en mi mente, ¿acaso no podía dejarme en paz?
-¿En serio? –preguntó asombrado.
-Sí, dejé de estudiar porque tuve problemas con mi profesor y bueno, lo dejé.
-¿Qué problemas?
-Eso nos lleva de nuevo al tema de los novios, mi profesor fue mi novio.
-¿En serio? –preguntó enarcando una ceja.
-Lo que escuchas, él fue mi novio uno o dos meses como máximo, tenía trece años más que yo, tuvimos un par de problemas con respecto a la aceptación de mis padres hacia él, él se enojó, se fue, luego me pidió perdón, no lo perdoné y volvió a España con su ex esposa.
-Wow, lo que cuentas es algo fuerte, mujer. –dije serio. –No creí que fuese tan grave.
-No es grave, creo que no era nuestro destino estar juntos y bueno, alguien más vendrá. –sonreí.
-Seguramente.
-¿Y tú no tuviste novia?
-Sí, ¿recuerdas que te conté que se suicidó? –preguntó mirando hacia abajo.
Había olvidado eso, me apenaba habérselo hecho acordar.
-Sí, lo siento, discúlpame por favor. –dije mirándolo suplicante.
-No te preocupes. –sonrió.
-¿Y tienes amigos aquí?
-Sí, van a la misma universidad que nosotros pero no están en el mismo salón.
-Oh, entiendo.
-¿Y tú tienes amigos ahí? Pregunto porque fue raro verte sentada sola.
-Sí, si tengo sólo que ahora peleé con mi mejor amigo y nos distanciamos.
-¿Quién es tu mejor amigo?
-Chris Haner.
-Ah, el chico rubio del final.
-Exactamente.
Pasaron dos horas más y Jared finalmente se fue a su casa, miré el reloj y eran las diez de la noche. Me dirigí a mi habitación para ponerme el pijama y luego bajar de nuevo a cenar. Cuando llegué a mi habitación, mi celular estaba sonando, vi la pantalla encendida de este y noté que era una llamada, vi el identificador de llamada y era Chris, no le atendería, mañana quería hablar con él personalmente.
Me quité toda la ropa que tenía quedando solo en ropa interior, me dirigí a mi armario y saqué mi remera manga largas celeste de dormir junto con un pantalón azul oscuro que tenía un elástico blanco en la cintura y me coloqué las pantuflas. Busqué unas medias y las dejé al costado de la cama, me las colocaría cuando subiera a dormir. Hice una cola con mi cabello nuevamente algo desordenado y luego bajé a la cocina ya que Tina me estaba hablando.
Llegué a la cocina y mis padres estaban sentados en la mesa esperándome.
-¿Cómo te fue con tu nuevo amigo? –me preguntó mi padre.
-Muy bien, es una muy buena persona. –dije sentándome en frente de mi madre.
-Me alegro. –dijo mi madre.
Tina llegó a nuestro lado y nos sirvió la comida, esta noche el menú eran tallarines con pollo, mi comida favorita.
-Su comida favorita, señorita. –sonrió mientras servía mi plato.
-Muchas gracias. –sonreí.
Serví un poco de jugo en mi copa.
-¿Cómo te fue en tu primer día de universidad? –preguntó mi madre.
La verdad es que después del accidente ellos empezaron a interesarse más por mí, eso me alegraba y a veces me asfixiaba pero me alegrara que ellos tuvieran tiempo para mí.
-Muy bien, la verdad es que es mi último año y seguramente tendré muchas más responsabilidades pero sabré afrontarlas. –sonreí.
-Hace mucho que no veo a Chris, ¿está bien? –preguntó mi padre cortando un trozo de pollo.
-Sí... él está bien. –dije y sonreí falsamente.
Por suerte ellos me creyeron y siguieron con su cena. Me entristecía mucho no poder estar con mi amigo en estos momentos, él no se merecía nada de lo que yo le había hecho después del asombroso viaje que me proporcionó.
-¿Y Brian? No he vuelto a saber de él. –comentó mi padre.
-Papá... -alargué.
-¿Qué? ¿Acaso no puedo preguntar?
-Brian se fue, papá.
-¿Se fue? ¿A dónde?
-Volvió a España con su ex esposa.
-Ay hija. –dijo mi madre.
-Es mi culpa por tratarlo mal, nunca debí. –dije bajando la cabeza.
-¿No te has puesto a pensar que todo lo que ha pasado con Brian es una señal del destino? –me dijo mi madre.
-¿Señal del destino? –pregunté enarcando una ceja.
-Sí, quizás su destino no es estar juntos, tienen mucha diferencia de edad y...
-Mamá, la diferencia de edad no importa cuando una persona ama en serio.
-¿Entonces quieres decir que él no te amó en serio? –preguntó mi padre sirviéndose un poco de jugo.
-La verdad es que no sé si él me ha amado de verdad o sólo he sido una diversión para él, de todas formas no me importa porque ahora él ya no está.
-¿No has hablado con él?
-No, no lo hice y tampoco quiero.
Nadie más dijo nada durante toda la cena y terminamos de comer en paz.
-¿Necesita que te llevemos mañana a la universidad? –preguntó mi padre antes de irse a su habitación.
-No, gracias, tengo mi auto. –sonreí. –Hasta mañana. –los saludé y subí a mi habitación.
Llegué a esta mi y celular volvió a sonar, no me buscó en dos semanas y ahora comenzaba a llamarme, ¿acaso me extrañaba?
Corté la llamada y dejé mi celular cargando, me acosté en mi cama y me puse a pensar en todos los momentos que había vivido con Brian.

<<-Prometo no dejarte nunca, pase lo que pase. –me dijo mientras caminábamos por la plaza.
-¿Lo prometes? –pregunté mirándolo a los ojos.
-Sí, amor, lo prometo. –dijo y me abrazó.
Nos quedamos un rato mirándonos a los ojos, él me tomaba de la cintura y yo lo rodeaba con mis manos en su cuello.
Finalmente sellamos esa mirada con un apasionado beso en medio de la plaza, era tan hermoso estar con él, le agradecía a Dios haberlo conocido.
-Te amo, bonita.
-Te amo, mi amor.>>

Dejé de pensar en todo eso, giré en mi cama y finalmente me dormí, mañana sería un largo día

Entre mi profesor y yo (Synyster gates 2° Temporada) Terminada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora