Capítulo 5 '' Sueños''

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Retrocedí un par de pasos para ver quién abría la puerta principal, no me había equivocado, era mi amigo.
-Sí, soy yo Jean. –dijo cerrando la puerta con llave.
-¿Dónde te has metido?
-Fui al departamento de Ryan a conversar y tomar un par de cervezas.
-¿Está todo bien?
-Sí, sí, ¿y tú qué haces?
-Pues Chris vino con pizzas y una película, está allá arriba, ¿quieres acompañarnos?
-Si a él no le molesta.
-Está todo bien, es mi casa. Ve subiendo, voy por otra cerveza.
-De acuerdo.
Alex desapareció por las escaleras y yo volví a la cocina a buscar otra cerveza, me pregunto si Melanie ha estado en clínica visitándome, ¿y Matt? No he sabido nada de ellos los últimos días, tendré que llamarlos, pero mañana.
Salí de la cocina y el teléfono de la sala comenzó a sonar, ¿quién carajo llamaba a esta hora? Resoplé y dejé las cervezas en un sofá y me dirigí hacia el teléfono.

*Inicio de llamada*

-Residencia Jefferson, ¿quién habla?
-Jean, soy yo, Melanie.
-Oh, hola, Melanie, ¿cómo estás?
-Algo preocupada.
-¿Por qué?
-Chris no ha venido en todo el día a verme, ¿estará enojado conmigo?
-Chris está aquí conmigo y con Alex. No te preocupes.
-¿En serio? –dijo algo triste. –Creí que vendría a verme hoy.
-No te preocupes, irá a verte a ti mañana, hoy vino a hacerme compañía un rato.
-Ay claro, tú siempre queriendo llamar la atención.
-¿Qué?
-Sí, te ahorcaste para que todo el mundo estuviese a tu lado, para que todos se preocuparan por la niñita mente suicida. ¿Quién te crees que eres?
-Oye, cálmate, Chris es mi amigo, yo también tengo derecho a verlo, no porque sea tu novio él va a alejarse de mí.
-Pero yo quiero que esté conmigo.
-¿Qué te cuesta dejar pasar un noche? Yo también quiero estar con él.
-Disfrútalo, porque será la última noche.

*Fin de la llamada*

¿Pero qué le pasaba? ¿Qué tenía contra mí?
Ella no puede quitarme a mi amigo, si él le hace caso nunca más en mi vida volveré a hablarle aunque me duela en el alma. Él nunca va a poder borrar momentos especiales, salidas, películas, comidas, yo soy gran parte de él y nunca se olvidará de mí.
Traté de borrar esa idea de mi cabeza, tomé las cervezas y subí a la habitación. Entré en esta y mis amigos estaban poniendo la película y abriendo las pizzas, me gustaba verlos juntos, nada me hacía más feliz.
-Aquí están las cervezas. –dije cerrando la puerta con mi pie izquierdo.
-Ya era hora. –dijo riendo Chris.
Me acosté en la cama y a mis dos costados se acostaron Alex y Chris, como en la clínica. Me sentía tan llena de vida, tan llena de felicidad que me hace pensar que mi intento de suicidio fue la mayor estupidez que hice en mi vida, además de enamorarme de mi profesor y salir con él, claro.
-¿Qué trajiste? – preguntó Alex.
-Muerte en la montaña y pizzas doble queso como a Jean le gusta.
-Esta noche será genial. –sonrió y se acomodó a mi lado.
Chris puso la película y comenzamos a verla, yo estaba tan centrada en mis pensamientos que casi ni vi la película. Me quedé pensando en lo que Melanie me había dicho, ¿alejarme de mi amigo? Ella debe haber estado bromeando, nada podría alejarme de él, y si ella le da a elegir entre las dos, yo confío en que Chris me elegirá a mí. No soporto la idea de perder a alguien más en mi vida, no soporto la idea de no ver nunca más a mi mejor amigo porque él es el que está siempre conmigo cuando lo necesito, más allá de tenerlo a Alex, Chris es diferente, una amistad diferente, los dos son diferente y yo necesito de los dos para vivir.
-¿Se quedan a dormir conmigo? –pregunté de repente.
-Yo ya vivo aquí. –rio Alex.
-Pero aquí, conmigo, en mi cama.
-No hay problema, pequeña. –dijo Chris. –Siempre vamos a estar contigo.
-Lo sé. –sonreí.

...

<<Me encontraba en un lugar oscuro, un bosque que para mí no tenía salida, los árboles eran tan altos que ni siquiera podía ver el cielo, sus hojas tapaban toda la vista, habían muchos troncos tirados a lo largo del bosque, yo quería correr, sentía que me perseguían pero en realidad estaba sola y no podía correr. Comencé a caminar pero a donde quiera que mirase era todo igual, nada cambiaba a medida que yo caminaba. Ya me estaba asustando. De repente comenzó a hacer frío y yo me sentía desnuda, aunque estaba con una campera y un pantalón de chándal, era todo tan confuso.
-¡Jean! –me gritó una voz masculina.
Al principio no lograba reconocer esa voz, mi mente estaba en blanco, estaba totalmente confundida por todo lo que pasaba a mi alrededor.
¿Pero dónde estaba? No entendía nada.
-¿Quién eres? –traté de decir pero un hilo de voz sólo logré sacar.
-¡Jean! –volvió a gritar.
Comencé a correr, aunque me era totalmente imposible moverme de donde estaba, era como si estuviese pegada al suelo, como si alguien estuviese reteniéndome.
-¡Jean! –escuché nuevamente.
Esto me estaba asustando.
¿Quién me hablaba?
¿Dónde estaba?
¿Por qué no podía moverme?
¡¿Qué me estaba pasando?!
En ese momento sentí una mano en mi hombro, me exalté un poco y luego me giré sobre mis tobillos a mirar quién estaba detrás de mí.
-¿Chris? ¿Eres tú?
-Jean, soy yo.
-Qué suerte que eres tú. –dije aliviada.
Ver a Chris me había calmado, eso significaba que no estaba sola en este espantoso lugar.
-Suéltame. –me dijo cuando tomé su brazo.
-¿Qué? ¿Por qué? –pregunté extrañada.
-Ahora estoy con Melanie, no quiero que vuelvas a buscarme, te quedarás aquí para siempre.
-¿Qué? ¿Por qué me dejas? ¿Qué hice?
-Todos van a dejarte porque eres engreída, no quiero que vuelvas a buscarme, va, si logras salir de aquí. –rio maliciosamente y yo me asusté aún más.
En ese momento Melanie apareció a su lado con cara malvada y con un arma en su mano. Traté de correr y en ese momento me choqué con alguien en frente de mí. Lo miré y era Brian, ¿qué hacía él aquí?
-Brian, qué suerte que estás aquí. –dije abrazándome a él.
-Suéltame, tú me echaste indignamente de la clínica después de haber pasado dos semanas cuidándote.
-Discúlpame, en serio. –dije muy arrepentida.
-Ya es tarde, estoy con alguien más.
En ese momento Jesica, su ex esposa, apareció a su lado con un arma, al igual que Melanie y sus hijos la acompañaban.
-¿Tus hijos no estaban muertos?
-Te he engañado, ilusa. ¿Cómo crees que alguien como yo estaría con alguien como tú? –rio.
-No me hagas daño, por favor. –dije con lágrimas en los ojos.
-Todos vamos a hacerte daño, porque tú a nosotros también nos lo hiciste. –dijeron todos los que estaban en mi sueño al unísono.
-No por favor, por favor. –grité.>>

-No, por favor, por favor, no me lastimen. –hablaba dormida.
En ese momento Chris comenzó a sacudirme para que me despertara. Me senté en la cama y suspiré, todo había sido un sueño, nada de esto había sido real.
-Jean, ¿estás bien? –me preguntó Chris.
-No... si... -dije titubeante.
-¿No o sí?
-Sí, sí estoy bien. –dije algo confundida.
Aún no lograba despertarme completamente, estaba encerrada entre la realdad y el sueño.
-¿Estás bien? –me preguntó somnoliento Alex.
-Parece que tuvo una pesadilla. –dijo Chris.
-¿Quieres que te traiga agua?
-Sí, por favor. –dije rápidamente.
Me levanté rápido de la cama y comencé a caminar para todos lados, debía convencerme de que todo había sido un sueño, tenía que ver si podía correr, caminar y sí, podía moverme libremente, todo había sido una pesadilla y Chris nunca me dejará.
-¿Qué haces? –me preguntó incrédulo Chris.
-Necesito moverme.
-Oh...
-Chris, necesito que me prometas algo.
-Lo que quieras.
.Prométeme que pase lo que pase, nunca vas a dejarme.
-¿Eh? –dijo confundido.
Miré el reloj de mesa que estaba al lado de Chris y eran las cuatro de la mañana, seguro él todavía sigue medio dormido y todo esto lo confunde.
-Promételo.
-¿Por... por qué? –preguntó aún más confundido.
-Tú sólo hazlo.
-Está bien, está bien, lo prometo. –dijo rápidamente. –Pero no entiendo nada.
En ese momento suspiré y me decidí a contarle sobre la llamada de Melanie anoche, él tenía que saberlo y tenía que estar preparado para cualquier cosa que pasara en un futuro.
-Anoche cuando bajé a buscar las cervezas, Melanie me llamó. –dije brevemente.
-¿Y...?
-Y se enojó cuando le dije que tú estabas aquí, me dijo que esperaba que tú la fueses a visitar a ella y que te diría que te alejes de mí, para que ella te tenga para ella sola.
-Oh... -dijo sin sorprenderse. –Es típico de Melanie, no te preocupes. –dijo acercándose a mí y abrazándome.
-No, Chris. –dije alejándome un poco de él. –Melanie es capaz de cualquier cosa, yo sé que va a pedirte que te alejes de mí, pero por favor prométeme que no vas a hacerlo. –dije mirándolo a los ojos.
-No, claro que no voy a hacerlo. –dijo abrazándome.
-Gracias, Chris. –dije y me abracé a él.
-Aquí está el agua. –dijo Alex entrando a la habitación.
Me alejé de Chris y me acerqué a mi mesa de noche para tomar un tranquilizante y poder volver a dormir, no necesitaba ponerme mal en ese momento, estaba tan bien conmigo misma que no quería decaer de nuevo.
Me acosté a dormir de nuevo y los chicos se acostaron a mi lado, con ellos a mi lado me sentía protegida.

Narra Brian.

Era día lunes, como odiaba los lunes. Me aburría mucho en mi departamento, no he vuelto a saber nada de Jeanpero tengo que ir a visitarla y hablar con ella para que perdone, para decirle que la amo y que quiero estar con ella.
Me levanté de mi cama y fui a la cocina a prepararme un café, el día estaba soleado, admito que estaba bonito aunque no me gustaban los días así. Me acerqué a la ventana que daba hacia la plaza con el café en la mano y me puse a admirar el paisaje, era totalmente hermoso, los árboles, los niños jugando, los ancianos dándoles de comer a las palomas, todo se veía tan vivo a mi alrededor y sin embargo yo me sentía tan muerto, sin vida.
Me sentía tan tranquilo en mi departamento, el silencio me ayudaba pero la soledad no mucho, necesitaba estar solo pero a la vez quería estar acompañado, estaba bien pero a la vez estaba mal, ni yo mismo me entendía.
En ese momento tocaron el timbre y resoplé, no tenía muchas ganas de hablar con nadie.
-¿Quién es? –grité aun mirando por la ventana.
-Soy Andrea.
-Uf. –dije en voz baja. -¿Qué quieres?
-Hablar contigo.
-Si vienes a denigrar a Jeancomo lo haces siempre, ya sabes para pegar la vuelta e irte de aquí porque no tengo ganas de escucharte.
-No, no quiero hablar de ella.
-¿Entonces?
-Quiero disculparme contigo, vamos, Haner, abre la puerta. –dijo golpeando de nuevo.
Suspiré, dejé la taza en la barra y luego me dirigí hacia la puerta para abrirle a mi prima, espero que sea cierto que quiere disculparse y no sea sólo una excusa para que la deje entrar en mi casa, porque yo no tengo miedo de agarrarla del brazo y sacarla de mi departamento.
-Pasa. –dije abriéndome paso.
-Gracias. Quería venir a disculparme contigo porque he tratado muy mal a Jean, es tu vida, tienes que estar tranquilo y yo no soy nadie para decirte qué es lo que tienes que hacer.
-Al fin lo entiendes. –dije triunfante.
-Lo siento, sólo espero que tú seas feliz, tú eres mi primo querido y yo voy a apoyarte en todo lo que hagas. –dijo poniendo su mano en mi hombro.  




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Entre mi profesor y yo (Synyster gates 2° Temporada) Terminada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora