Brian se levantó violentamente del sofá mientras yo me alejaba de él por miedo a que me golpeara o me hiciera daño. Lo miré a los ojos y, prácticamente, salía fuego de estos.
-¿Cómo dijiste? –preguntó entre dientes.
Me puse nerviosa, no sabía que iba a decirle.
Me puse a pensar detenidamente en lo que le había dicho.
¿Yo era capaz de abortar un bebé? ¿Un hijo mío?
Pensé en mis palabras y eso podría haber dañado a Brian ya que él ha perdido dos hijos.
-Tú no vas a desaparecer ningún hijo mío. –siguió, tomándome fuertemente del brazo.
¿Pero qué haría entonces?
¿Criar a ese hijo sola?
¿Arruinar mi vida para siempre?
¿Dejar mis estudios?
¿Dejar mi sueño de abrir mi propia empresa?
¿Decepcionar a mis padres?
-¿Y qué haré de mi vida entonces? ¿Acaso me llevarás a vivir contigo, con tu esposa y el hijo que ella espera? –espeté.
-No es una mala idea, así te tendría bajo mi control.
-No, yo ni loca iría a vivir contigo. Es mi vida, y yo decido qué hacer con ella.
Él apretó mucho más fuerte mi brazo. Miré el mismo y se estaba tornando de un color rojo. Me estaba lastimando.
-Me estás lastimando. –dije con lágrimas en los ojos.
No lloraba por el dolor que me estaba causando su apretón. Lloraba por la impotencia que tenía al saber que había posibilidades de quedar embarazada de Brian. Esto es lo peor que me puede pasar.
-Así me lastimas tú día a día. –me soltó.
Me alejé un poco de él y me dirigí hasta la puerta.
Entonces recordé que no había traído mi coche, pero aún existía la opción del taxi.
-No puedes hacerme esto. –dijo cayendo de rodillas. –Yo te amo tanto que si tengo que dejar a Jesica y a mi hijo por ti lo haría. Cruzaría los siete mares por ti, tiraría abajo la torre Iffel, destruiría la Muralla China con mis manos si me lo pidieras. Pero por favor no me causes este daño tan grande de tener un hijo de la persona que amo.
Entonces caigo en la realidad, no estoy embarazada.
¿Por qué hacemos esto entonces?
-Brian. –le hablé. –No esto embarazada. –dije acercándome a él. –No sufras sin una razón. –levanté su barbilla y lo miré a los ojos.
Estaba llorando. Él no sabía lo que me destruía verlo llorar, era lo peor que podía pasarme.
Entonces las lágrimas no esperaron más y comenzaron a rodar por mis mejillas. Me estaba haciendo daño a mí misma y a la persona que amaba. Por una simple estupidez.
Él se tranquilizó y se puso de pie.
-Es cierto, no estás embarazada. –contestó. –Pero necesito que me prometas algo. –dijo tomándome de las manos.
Miré nuestras manos entrelazadas y luego lo miré a los ojos. Sus ojos demostraban esperanza y confianza hacia mí.
-¿Qué quieres que te prometa? –le pregunté.
No me pondría a la defensiva con él. Después de todo cuando pasaban estas cosas él parecía un niño abandonado, sufría demasiado.
-Quiero que me prometas que si quedas embarazada me lo digas.
Aún no podía creer que había venido aquí por una razón y habíamos terminado hablando sobre mí y las posibilidades de quedar embarazada.
-¿Por qué hablamos de esto ahora? –le pregunté. –Hay pocas posibilidades de que quede embarazada. Quizás usamos protección y no lo recordamos.
-Sólo prométemelo. Es lo único que te pido.
-Te lo prometo. –me solté de sus manos.
Limpié un par de lágrimas que habían estado molestando en mis mejillas e hice un intento de sonrisa que ni yo me la creí.
-Adiós, Brian. –dije dirigiéndome hacia la puerta.
-No traes coche. –recordó.
-Tomaré un taxi.
-Déjame llevarte, por favor. –dijo tomándome de la cintura. –No estás bien.
Lo miré a los ojos un momento y el Brian que se había ido hace dos meses había vuelto, el Brian preocupado y romántico estaba de nuevo ante mis ojos.
-Necesito estar sola.
-Estarás sola cuando llegues a tu casa.
Tomó las llaves de su coche y entrelazó nuestras manos para salir del departamento sin ni siquiera dejarme decir una sola palabra.
Bajamos por el ascensor y cuando llegamos a la recepción, solté nuestras manos.
Miré hacia la puerta y había oscurecido. Era tarde.
Miré la hora en mi reloj y eran las ocho de la tarde. La tarde con Brian se me había pasado volando y ya no podría hacer todo lo que quería hacer hoy.
Subimos a su coche y en silencio condujo hasta mi casa.
-Cuídate. –me dijo cuándo bajé del coche.
-Tú también.
Entré a mi casa y me derrumbé en llanto. Había estado aguantando esto todo el camino, no lloraría en frente de Brian porque de ser así no me dejaría sola ni un segundo.
Comencé a subir las escaleras para dirigirme a mi habitación, no quería que nadie me viera llorar. Entonces recordé que Chris estaba durmiendo allí.
¿Ya se habrá ido?
No quería que me viera llorar así que entré al baño que estaba al lado de mi habitación y me lavé la cara.
Suspiré y salí del baño. Yo no era muy buena mintiendo y Chris me conocía como la palma de su mano, seguramente se daría cuenta de que yo había llorado y que la causa había sido Brian.
Entré a mi habitación sigilosamente y la luz seguía apagada. Le encendí y vi a Chris durmiendo plácidamente en mi cama. Seguramente dormiría hasta mañana. Así que lo dejé, apagué la luz y salí de mi habitación.
Recordé que mis padres estaban en la empresa así que entré a la habitación de ellos y me acosté en su cama boca abajo tapando mi cara con la almohada. Ahora podía llorar tranquila. No corría el riesgo de que nadie me viera.
Estuve un rato así hasta que me quedé dormida.
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Entre mi profesor y yo (Synyster gates 2° Temporada) Terminada
FanficLa segunda temporada de ''Entre mi Profesor y yo'' Lean la primera que esta en mi perfil ✨