capitulo ²⁴: " Lágrimas"

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Me encontraba durmiendo, hasta que en medio de la noche mi celular sonó. Me sorprendía y me extrañaba la idea de que alguien me estuviese llamando a esta hora.
Con los ojos entrecerrados, cogí el celular de mi mesa de noche y la pantalla de este brillaba tanto que me encandilaba. Como pude, vi el identificador de llamadas y era Matt.
¿Qué hacía Matt llamándome a esta hora?
Sólo espero que no sea sobre Chloe.
Desbloqueé la llamada y con voz adormilada conteste.

*Inicio de llamada*

-¿Bueno?
-Jean, soy Matt. –su voz estaba más despierta que la mía.
-Lo sé, ¿qué ocurrió? ¿Por qué me llamas a esta hora?
-Es Chloe. Se cayó por las escaleras.
-¿Qué? –dije sorprendida pero aun dormida. -¿Dónde están? –rodé en mi cama.
-Estamos en la clínica. Sólo quería avisarte.
-¿El bebé está bien?
-La están revisando.
-De acuerdo, voy de inmediato para allá.

*Fin de la llamada*

Colgué antes de darle tiempo a Matt de decir algo ya que sabía qué diría que no ya que mañana tenía universidad.
Me levanté con pesadez de mi cama, encendí la luz, la cual casi me ciega. Fui al baño a lavarme la cara para despertarme y luego salí de nuevo a mi habitación. Busqué un par de zapatillas en el armario y una campera ya que la noche estaba helando. Hice una cola despeinada en mi cabello, me coloqué la campera, tomé la mochila de la universidad, las llaves de mi coche y mi celular y salí de la habitación.
Mientras bajaba las escaleras, miré la hora en mi celular y eran las tres de la mañana, no he dormido casi nada y mi cara es la peor. Tenía un par de ojeras, nada que el maquillaje no arreglaría.
-¿Jean? –preguntó alguien en las escaleras.
Vi por la penumbra la silueta de mi madre con su bata de seda de color rosada y un vaso de leche en la mano. A esta hora siempre bebía leche por el insomnio.
-Sí, mamá, soy yo. –dije en voz baja.
-¿A dónde vas a estas horas?
-Chloe, la novia de Matt tuvo un accidente y debo ir a verla.
-¿No puedes esperar a mañana?
-Está en mal estado. –dije subiendo las escaleras hacia donde estaba ella. –Tú no te preocupes, duerme y yo cualquier cosa te llamo. –le di un beso en la mejilla y comencé a bajar las escaleras.
-Pero es muy tarde, dile a Alex que te acompañe.
-Mamá, no te preocupes. –me giré a mirarla. –Alex ha llegado tarde anoche de trabajar y debe ir temprano a la agencia, no quiero molestarlo. Yo estaré bien, llamaré a Chris.
Ella se quedó en silencio un momento, sabía que dudaba entre dejarme ir o no, aunque ya tengo la suficiente edad para decidir si salir o no así que por más que me lo prohibiera yo me iría.
-Está bien, ve con cuidado y cualquier cosa llámame.
-Lo haré, adiós.
Salí de la casa y el frío de la noche de invierno me abrazó por completo. Me arrepentía de no haberme puesto otra cosa ya que la campera que traía puesta no me abrigaba casi nada.
Abrí mi coche y coloqué la mochila en el asiento del copiloto. Cerré la puerta y luego entré de nuevo a la casa, si pasaría una noche en una clínica no soportaría el frío.
Subí a grandes zancadas las escaleras y llegué a mi habitación. Me quité la campera y me coloqué un buzo de color negro y luego volví a colocarme la campera blanca que traía puesta anteriormente.
Salí nuevamente de la casa y esta vez ya no me hacía tanto frío. Subí a mi coche y lo puse en marcha hasta la clínica.
Llamé a Chris en el camino, quien me dijo que ya se encontraba en la clínica con Matt, estaban en la sala de espera ya que los médicos estaban revisando a Chloe.
Luego de diez minutos de conducir, llegué a la clínica. Aparqué mi coche detrás del coche de Chris. Bajé, le puse la alarma al coche y entré a la clínica. Chris se encontraba sentado en la sala de espera tratando de calmar a Matt quien no paraba de caminar de un lado a otro.
-Hey. –dije acercándome a él. -¿Cómo estás? –lo abracé.
-¿Cómo crees que estoy? –dijo desesperado. –No sé nada de Chloe ni de mi hijo, hace una hora que están haciéndole exámenes, no puedo entrar, nadie me dice nada. –hablaba tan rápido que casi no respiraba.
-Hey, cálmate. –lo tomé de las mejillas. –Chloe va a estar bien y tu hijo también. Ella es fuerte, fue sólo un golpe, estará bien.
Él suspiró, me miró un momento y luego me abrazó.
-Si algo le pasa...
-No va a pasarle nada. –lo calmé y acaricié su espalda. –¿Quieres algo para tomar?
-No, gracias. Gracias por venir. –me miró a los ojos.
-No es nada, no iba a poder dormir después de la noticia. Ahora siéntate y quédate tranquilo. Yo iré a ver si alguien sabe algo, ¿ok?
-Ok.
Matt se sentó al lado de Chris y se quedó más calmado. En sus ojos había preocupación y cansancio, las últimas semanas no ha parado de correr a la clínica con Chloe. Su embarazo es más riesgoso de lo que parece.
Entré al pasillo dónde los médicos caminaban de un lado a otro, las personas preocupadas estaban apoyadas en la pared al lado de diferentes puertas. Todos con cara de preocupados. A considerar por la hora era lo menos que se podía esperar en una clínica.
Llegué a la recepción al terminar el pasillo y pregunté por mi amiga.
-Hola, buenas noches. –le hablé a la morocha detrás del mostrador.
-Buenas noches, señorita, ¿en qué puedo ayudarla? –contestó.
-Estoy buscando la habitación de la joven Chloe Lee.
-A ver... déjeme ver... -dijo mirando la pantalla de la computadora. –Aquí está, habitación 101 en el primer piso. –contestó. –Pero está siendo atendida por los médicos, en cuanto salgan yo le aviso. –sonrió.
-Gracias.
Volví a la sala de espera y Matt se levantó de inmediato para ver si traía alguna noticia sobre su novia. Negué con la cabeza y él volvió a sentarse.
Yo me senté al lado de Chris y este me abrazó colocando mi cabeza en su pecho.
-Debes dormir. –me susurró.
-Cuando sepa algo de Chloe, lo haré.
Pasaron veinte minutos y los médicos salieron hacia la sala de espera. Comenzaron a mirar para todos lados hasta que uno divisó a Matt. Le señaló a los demás que ahí estaba y se acercaron a nosotros.
-Joven, recién terminamos de revisar a su novia. –habló uno de ellos.
Matt los miraba atentamente. La desesperación atentaba con salir de su cuerpo en cualquier momento, pero yo toqué su hombro y él se calmó, o al menos eso parecía.
-¿Y cómo está?
-Ella está en buen estado pero...
-¿Pero qué? –preguntó Matt algo desesperado ante el silencio del médico.
-Al caer por las escaleras, se fracturó dos costillas, las cuales causaron la muerte de su bebé. Lo siento mucho. –dijo afligido. –Hicimos lo posible por salvarlo pero él ya estaba en un estado muy grave.
Matt se lanzó a llorar y en cualquier momento se volvería loco, golpearía todo lo que estuviese a su alcance y mataría a los doctores si eso era posible.
-Lo sentimos mucho. Iremos a preparar el quirófano para sacarle el bebé a su novia, con permiso. –dijo el médico, me miró a mí y yo asentí.
Se fueron dejándonos solos. Matt estaba en muy mal estado y me preocupaba muchísimo que pudiese hacer alguna locura.
Me levanté de mi silla y me arrodillé frente a él mientras él aún seguía sentado.
-Hey. –le hablé tranquila.
-Dijiste que todo estaría bien pero no, nada está bien. –dijo furioso limpiándose las lágrimas.
-Mírame. –le dije. –No te la agarres conmigo, yo no tengo la culpa. Además debes estar tranquilo, esto no es fácil ni para ti ni para Chloe. Los dos deben apoyarse. Si esto pasó fue por algo, Dios es grande y va a recompensar esta pérdida.
-¡Es muy fácil decirlo porque tú no acabas de perder un hijo! –me gritó.
Se levantó de la silla bruscamente provocando que yo cayera de espaldas. Me incorporé rápidamente y lo miré a los ojos. Sus ojos emanaban fuego, furia, tristeza, bronca.
-Matt, hermano, cálmate. –Chris lo tomó por los brazos. -Jean no tiene la culpa, no la trates así.
Unas lágrimas comenzaron a colarse en mis mejillas y Matt al notarlo suavizó su expresión y me miró arrepentido.
Se acercó a mí y me abrazó fuertemente.
-Lo siento, Jean, soy un estúpido.
Me aferré a su abrazo y acaricié su espalda.
-Todo va a estar bien. Yo estaré aquí contigo.
-Gracias. Iré a ver a Chloe.

...

Fueron las siete de la mañana y nos encontrábamos en la habitación de Chloe esperando la orden del médico para que ella entrara al quirófano para que le sacaran su bebé. Ella estaba destrozada, no paraba de llorar y no paraba de echarse la culpa a ella misma.
Dice que ella bajó las escaleras para buscar un vaso de agua, cuando subió de nuevo sintió un fuerte dolor que hizo que ella tirara el vaso al suelo, este se rompió y derramó toda el agua en el suelo, cosa que la hizo resbalar y caer por las escaleras.
Me senté al lado de ella y la tomé de la mano. Le dije que no era su culpa, que los accidentes pasan y que algo mejor vendrá para los dos. Que quizás no era el momento de que ellos fuesen papá y que ahora debían ser fuertes.
Matt, por otro lado, trataba de mostrarse fuerte ante ella pero no podía evitar que una que otra lágrima saliera rodando por su mejilla. Chloe lo notaba y eso hacía que su llanto aumentara.
Pasó media hora y los enfermeros entraron a la habitación con una camilla para llevarse a Chloe al quirófano.
-Todo estará bien, Chloe. –di un beso en su frente. –Suerte, estaré aquí cuando salgas. –le sonreí.
Ella intentó sonreír y una lágrima más cayó por su mejilla.
-Suerte mi amor, todo irá bien. –Matt besó sus labios. –Te amo.
-Te amo. –le dijo ella en voz baja.
-¿Cuánto cree que dure el proceso? –le pregunté al enfermero.
-Pues, tenemos que sacarle el bebé y acomodar sus costillas para que no lastime ningún órgano después de esto. Supongo que durará dos o tres horas como mucho.
-Muchas gracias. –contesté.
-Con permiso.
Salieron y nos quedamos los tres solos en la habitación.
Miré la hora y faltaban quince minutos para ir a la universidad. Era obvio que faltaría ya que le dije a Chloe que estaría aquí cuando regresara. No iba a dejar a Matt y a Chloe solos en este momento tan difícil que estaban pasando.
Pero tenía que ir a la universidad un momento a dejar el trabajo que Brian nos había asignado. De haber sabido que esto pasaría le hubiese dejado mi trabajo a Jane para que se lo entregara.
-Debo irme veinte minutos. Debo entregarle un trabajo a Brian. –le dije a los chicos.
-¿Puedes llevarle el mío? –me preguntó Chris.
-¿Lo tienes aquí?
-Sí. –lo sacó de su mochila y me lo entregó.
-De acuerdo, vuelvo en breve. –les dije y salí de la habitación.
Me subí a mi coche y me dirigí a la universidad. Acomodé un poco mi cabello y me saqué el buzo que traía puesto ya que a esta hora no hacía tanto frío como a la madrugada. Me coloqué de nuevo la campera cuando llegué a la universidad y vi a todos en el campus conversando con sus amigos y esperando que el timbre sonara.
Cinco segundos después, este sonó y todos comenzaron a entrar al edificio. Yo esperé cinco minutos a que todo se calmara así entraría a mi salón cuando Brian ya estuviera ahí y no tendría que esperar a que llegara.
Me miré por el espejo retrovisor y tenía los ojos pequeños del sueño. También los tenía rojos ya que había estado llorando a la par de Chloe. Unas ojeras adornaban debajo de mis ojos y odiaba eso. Tenía los labios pálidos y el pelo hecho un desastre.
Con los dedos acomodé mi cabello en una cola, no quedó tan bien pero algo es algo.
Finalmente me bajé del coche con ambos trabajos en mano. Me acomodé la ropa y luego le puse la alarma al coche.
Me dirigí al interior del edificio y estaba todo en silencio. Algunos profesores caminaban por los pasillos dirigiéndose a sus salones con una taza de café en mano.
Logré divisar mi salón al final del pasillo y comencé a caminar hacia él. Cuando entré, todas las miradas se fijaron en mí, pasaron desde mis pies hasta mi cabello. No era normal verme así y mucho menos en público. Miré hacia un costado y encontré a Brian mirándome extrañado.
-¿Vienes a la universidad o a clases de baile? –se burló Jane y todos comenzaron a reír.
-Silencio, por favor. –pidió Brian. -¿Qué hace vestida así, señorita Jefferson? –me preguntó Brian.
-Vengo a dejarle mi trabajo y el de Chris. Ninguno de los asistirá a clases hoy. –dije tendiéndole las hojas de ambos trabajos.
-¿Por qué, se puede saber? –preguntó tomando los trabajos.
-En la madrugada Chloe tuvo un accidente y su bebé murió. Acaban de meterla al quirófano para sacárselo.
-¿Así que, relativamente, ni tú, ni Chris, ni Matt ni Chloe asistirán hoy a clases?
-Exacto.
-De acuerdo. Luego iré a ver a Chloe.
-Ok, adiós profesor.
-Adiós, Jefferson.
Me sorprendía el cambio brusco que había hecho Brian, aunque no me extrañaba tanto ya que la primera vez que estuvimos así también lo hizo en la academia de danzas.
Me alegra que se haya dado cuenta de que nuestra relación es de alumna y profesor solamente. No tendría que explicárselo más.
Salí de la universidad y me subí a mi coche para volver a la clínica. Antes pasé por un Starbucks por café para los tres.
Me paré en una farmacia para comprar algo para el dolor de cabeza y una botella de agua. Mi cabeza estaba a punto de explotar en cualquier momento y ya no soportaba el dolor.
Con todo en mi coche, volví a la clínica. Antes de bajar del coche, me tomé la cápsula para el dolor de cabeza y luego tomé los tres vasos de café y me adentré a la clínica.

Entre mi profesor y yo (Synyster gates 2° Temporada) Terminada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora