Capitulo 11:" Nueva vida"

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Al día siguiente decidí llamarle a Matt para avisarle que me iría a España con Jesica. Mientras tomaba un café, tomé mi teléfono y le marqué a mi amigo.

*Inicio de llamada*

-¿Bueno?
-Hola, Matt.
-Hola, viejo, ¿qué haces?
-Te llamo para avisarte que me voy.
-¿Qué te vas? ¿A dónde?
-A España.
-¿Vacaciones?
-No, voy a ver a Jesica.
-¿A Jesica? No entiendo.
-Verás... estoy cansado de luchar por alguien que no me valora y creo que es hora de rehacer mi vida y quién mejor que mi ex esposa para hacerlo, ¿no?
-¿Vas a bajar los brazos?
-Exacto.
-No, viejo, tienes que seguir luchando por Jean, yo sé que ella te ama, no te vayas por favor.
-Es tarde, Matt, la decisión está tomada.
-¿Chris lo sabe?
-No, prefiero llamarle después de que arregle las cosas con Jesica.
-¿Estás seguro de lo que vas a hacer?
-Nunca estuve más seguro en mi vida.
-Está bien, voy a respetar tu decisión, ¿cuándo te vas?
-Mañana mismo.
-Está bien, iré a despedirte en el aeropuerto, oye y... ¿vas a volver?
-Voy a irme a Inglaterra un tiempo hasta que las cosas se calmen y logre olvidarme de ella.
-Genial, entonces estaremos en contacto.
-Claro, te veo mañana.
-Adiós.

*Fin de la llamada*

Con las insistencias de Matt casi doy un paso atrás con Jesica pero no, yo debía ser firme y no caer de nuevo en lo mismo, debía mentalizarme que Jean me había hecho muchísimo daño y nunca me ha dado el lugar que yo merecía ni ha valorado el amor que yo le ofrecía, sé que los problemas no se resuelven yéndose pero este sí porque tengo a alguien que si me ama y me está esperando, yo después de todo la sigo queriendo, sé que cuando vuelva a verla voy a enamorarme nuevamente de ella.

...

-Si necesitas algo, me llamas, ¿sí? –me dijo Jasón dándome un beso y un abrazo.
Me encontraba en el aeropuerto, el día había llegado, dejaría la ciudad en la que había nacido y vivido toda mi vida sólo para reencontrarme con mi ex esposa y vivir nuevamente con ella.
-Voy a extrañarte. –me dijo Matt dándome un abrazo.
-Yo también.
-¿Vas a volver tío? –me dijo tiernamente Amy.
-Sí, cariño, voy a volver. –dije acariciando su cabeza.
-¿Me traes una muñeca?
-¡Amy! –le reprochó Alexa.
Yo sólo reí y asentí con la cabeza.
-Claro, voy a traerte todas las que quieras.
-¡Sí! –dijo y me abrazó.
El cariño de mi sobrina me hacía acordar mucho a mis hijos, cómo los extrañaba.
-Llámame cuando llegues. –me dijo Jasón.
-Vuelo 289 rumbo a España despegará en diez minutos. –dijo la voz femenina a través del parlante.
-Ese es mi vuelo, es hora de que me vaya. Muchas gracias chicos por apoyarme en esta decisión, no ha sido muy fácil pero bueno, ya está tomada. –sonreí.
Por más que trataba de convencerme de que esto era una buena decisión, todavía me dolía tener que partir y abandonar a la chica que más amaba pero bueno, tengo que ser fuerte y dejarla ir.
-Suerte. –me dijeron al unísono y abordé el avión.
Estaba listo para dejar esta vida atrás y volver a mi vieja vida, junto con Jesica, la mujer con la que siempre debí estar.

...

Estaba parando en frente de la casa de los padres de Jesica en la que ella estaba viviendo, estaba algo nervioso, mis maletas estaban a mis costados apoyadas a mis piernas, mis manos comenzaron a sudarme, estaba tan nervioso que ni yo podía controlarme. Tomé aire y luego suspiré, tomé fuerzas para tocar el timbre de la casa. Me acerqué al pequeño botón y toqué dos veces.
Pasaron dos minutos exactamente hasta que alguien salió a atenderme. Abrió la puerta y vi la sonrisa arrugada de Helena, la madre de Jesica.
-¡Brian! –dijo feliz y corrió a abrazarme.
-Hola, Helena, ¿cómo has estado?
-Muy bien, y ahora mejor que te veo. –sonrió. -¿Tú cómo has estado? –dijo tomándome de los brazos.
-Pues he estado bien. –sonreí. –Extrañaba verla.
-Y nosotros a ti, ven pasa. –dijo abriendo paso.
Tomé mis maletas e ingresé a la hermosa casa de los Miller, siempre me gustó mucho este lugar.
Llegué a la sala de la casa y John estaba sentado en su sofá fumando una pipa y leyendo el periódico.
-John, Brian está aquí. –dijo en un susurro Helena.
El señor dejó todo a su lado rápidamente y se levantó eufórico a saludarme.
-Brian, que bueno que es volver a verte. –me sonrió y me dio un abrazo.
-Es bueno volver a verlo. –sonreí. -¿Cómo ha estado?
-Pues muy bien, hijo, ¿tú?
-Bien, por suerte. –sonreí.
De hecho mentía en eso, no he estado muy bien y es por eso que he vuelto pero no iba a decirles eso y mucho menos el motivo, ellos no podrían enterarse que yo estoy enamorado de otra chica y mucho menos que es menor que yo.
-Jesica, querida, adivina quién está aquí. –gritó Helena mirando las escaleras.
-Ya voy, mamá. –dijo ella melodiosamente.
Hacía mucho tiempo ya que no escuchaba su hermosa voz, en serio la había extrañado y hasta ahora me he dado cuenta.
Miré para las escaleras cuando escuché que ella estaba bajando, su pelo rubio y largo caía sobre sus hombros y su espalda, traía puesto un vestido hasta las rodillas floreado y sostenido a su cuello con tirantes y unas sandalias. Cuando se acomodó su pelo noté que ella aún traía su anillo de matrimonio, se me cayó el alma al suelo cuando vi que aún me recordaba. Levantó la mirada y me miró.
-¡Brian! –exclamó y corrió hasta mí para abrazarme.
-Jesica. –dije poniendo mi cabeza en su cuello y aspiré el perfume de su cabello.
Estuvimos abrazados bastante tiempo y luego ella deshizo el abrazo. Me tomó del cuello y de improviso me besó, dulce, tierna, apasionante, sólo como ella sabía hacerlo. Sus padres habían salido de la sala y nos habían dejado solos. La tomé de la cintura y la pegué a mi cuerpo para besarla, definitivamente había extrañado bastante. Cuando nos separamos, ella me miró a los ojos y me sonrió.
-¿Cómo has estado? –me preguntó.
-Bien... supongo, ¿tú?
-He estado mejor, la rehabilitación me ha hecho bien. No superé la muerte de mis bebés pero aprendí a vivir con ella.
-Lo entiendo, me ha pasado lo mismo.
-¿Y qué haces aquí?
-Vine a visitar a la mujer más bella del mundo.
-¿Sólo a eso has venido? –me preguntó algo decepcionada.
-Vine porque quiero retomar nuestro amor, vivir contigo, casarme contigo y formar una nueva familia. –sonreí.
-La vida nos da una segunda oportunidad para estar juntos, Brian, es nuestro destino.
Y yo que siempre había pensado que mi destino era al lado de Jean, qué equivocado que estaba, mi lugar está al lado de Jesica, con ella debo estar y con ella debo vivir. Ahora no dudaba que la amaba.
-Eso es, cariño, una segunda oportunidad. –sonreí.
-Supongo que te quedarás aquí, ¿no?
-Pues había pensado en irme a un hotel.
Ella se separó de mí y tomó mis maletas.
-No, no, no, nada de eso, tú te quedarás aquí conmigo, ya hemos vivido mucho tiempo separados, no quiero despegarme nunca más de ti. –sonrió.
-Suelta eso. –reí. –Me quedaré contigo.
Ella corrió hasta mí y me besó nuevamente, tomó mi mano y empezó a acariciar mis dedos, creo que trataba de encontrar mi anillo. Desconcertada se separó de nuestro beso y me miró las manos, como no encontró nada me miró a los ojos, algo enfadada.
-¿Tu anillo?
-Desde que no he estado contigo lo he guardado en una caja de recuerdos.
-¿Caja de recuerdos? –frunció el ceño.
-Sí, tengo una caja en California donde guardo fotos nuestras, de los niños, sus dibujos y mi anillo, claro.
-¿Y por qué no lo traes puesto? ¿Has estado con alguien más?
Sus ataques de preguntas a veces me ponían nervioso, en algún momento tendría que contarle a Jesica sobre Jean pero ese no sería hoy.
-No, no he estado con nadie más, sólo que estaba tan dolido que decidí guardar todo.
-Claro. –asintió. –Debemos ponernos al día, cuéntame ¿qué has estado haciendo en California?
-Pues... estuve trabajando en una academia de baile, sabes que siempre me ha apasionado, ¿no?
-Claro, ¿y qué pasó con eso?
-Bueno mi pareja allí dentro era una alumna llamada Jean Jefferson.
-¿Jefferson? ¿Los del petróleo?
-Esos mismos.
-Yo conozco a sus padres, bueno a ella también pero era una niña cuando me la presentaron.
-¿En serio la conocen?
-Claro, aún sigo en contacto con Steven y Diane.
-Oh, lo que son las vueltas de la vida. –sonreí.
-Cuéntame más.
-Después de que bailamos un lento y nos salió perfecto, contrataron a la academia para hacer un tour con concursos y todo, la dueña del lugar nos quería a Jean y a mí sí o sí ahí, hicimos el tour, ganamos todos los concursos y luego volvimos a California. Renuncié ya que no soportaba a Margaret, la dueña, y desde entonces no he estado haciendo nada.
-¿Sigues en contacto con tu alumna?
-Lo hice un tiempo pero hace dos semanas ya no, se fue de vacaciones con su mejor amigo y no sé nada de ella desde ese entonces.
-Oh. –dijo mirando a lo lejos.
-¿Y tú qué has hecho?
-Pues... no mucho, sabes... he estado internada, me inyectaban todo el tiempo hasta que tuve un bloqueo mental, entonces dejaron de inyectarme, volví en sí y me di cuenta que ya no tenía que estar más en ese lugar, me recuperé y mis padres fueron a sacarme hace dos meses y bueno, ahora estoy aquí. Salgo con mis amigas, no he dejado de pensar en ti pero no pude contactarte nunca, no sabes lo que agradezco que tu hayas vuelto, no sé cómo hubiese seguido sin ti.
-Aquí estoy, hermosa. –sonreí y acaricié su mejilla. –No voy a volver a dejarte nunca.
La abracé y nos quedamos un momento así.

Narra Jean

Pasaron ya catorce días y Chris y yo nos encontrábamos en Córdoba, visitando nuestro último destino, todo aquí en Argentina había sido hermoso, inolvidable y había conocido gente maravillosa también, hay gente solidaria y buena y otra no tanto pero de esos hay en todas partes.
Estábamos en el hotel terminando de preparar las maletas, esta noche iríamos a visitar el centro de uno de los pueblos de Córdoba, Mina Clavero, me han hablado muy bien de ese lugar y por las fotos que he visto es hermoso. Hemos hecho de todo, hasta lo que ni se imaginan, desde pasar todo el día fuera de casa hasta nadar de noche en el mar, la había pasado totalmente genial.
Me dirigí a la sala de la suite del hotel y Chris se encontraba hablando por teléfono, estaba algo triste y nervioso, me quedé en la puerta escuchando lo que decía y con quién hablaba aunque fue inútil ya que él se captó de mi presencia.
-Te llamo luego. –dijo y colgó el teléfono.
-¿Algún problema?
-Eh... no, no. –dijo algo inseguro.
-¿Por qué estás tan nervioso? ¿Con quién hablabas Chris?
-Estaba hablando con Matt. –dijo rascándose la nuca.
-¿Ocurrió algo?
-No... eh... sólo me dijo que...
-¿Qué...?
-Que... él se peleó con Chloe. –dijo de repente y algo inseguro.
Yo entrecerré los ojos y lo miré insegura, sabía que él me estaba mintiendo, lo conocía bastante bien, él estaba jugando con sus manos y de vez en cuando se rascaba la nuca, eran factores de que él estaba nervioso y no me estaba diciendo la verdad.
-Vamos, Chris, me estás mintiendo. –dije entrando a la sala.
-Es cierto, Jean, créeme.
Yo suspiré resignada a que Chris no largaría la verdad así que decidí no decir nada más.

Entre mi profesor y yo (Synyster gates 2° Temporada) Terminada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora