MERY
Año 2062.
No tenía recuerdos de cómo se sintió o qué fue lo primero que percibí cuando descubrí que era una secundaría.
Mi madre dio a luz a dos gemelos perfectos, pero por dos minutos, fui la segunda. En un mundo en donde los hijos secundarios no eran permitidos; en el mismo instante que toqué la superficie, me arrancaron de sus brazos. Y al no tener ninguna deformidad, me enviaron a la celda, en donde iban todos los secundarios sin defectos. Por más que mis padres luchasen por mí, no era permitido que una secundaria viva arriba. Y teniendo tan solo horas de existir en ese mundo, ya estaba dentro de las pruebas sin quererlo.
Cuando un bebé estaba recién nacido permitían que la madre lo visitase por lo menos tres días a la semana, pero, conforme iban creciendo, las visitas cada vez estaban más prohibidas y escazas.
Un secundario debe aprender a vivir sin tanto contacto humano. Solamente el de su compañero de celda.
Año 2070.
Dentro de las celdas aprendí a hablar, a caminar e ir sola al baño.
Mis padres venían una vez al mes como estaba permitido y traían cosas. Siendo tan solo una niña, ya sabía todo lo que se debía estar al tanto para sobrevivir. Era un constante: "prepárense para la primera prueba"
No teníamos nombre, nos registraban con un chip en el cuello, en donde solo venia nuestro número de nacimiento en ese año. Mis padres me llamaron Meredith, aunque me decían Mery, y a Chad, mi compañero de celda, al no tener quien lo nombrase, yo misma le di su nombre, y le encantó. Bueno o eso me quiso da a entender.
La primera prueba se daba a los diez, la segunda a los doce, la tercera a los quince y la última, la peor de todas, a los dieciocho. Esta nos permitía volver con nuestras familias.
No nos entrenaban aquí dentro, prácticamente teníamos que aprender por nuestra cuenta, y gracias al apoyo de mis padres fue como supe leer y escribir. Yo misma le enseñé a Chad, mi compañero de celda. A él no lo visitaban, nunca. Chad ni siquiera recordaba a sus padres; pero al crecer con él, lo llegué a querer como a nadie, y gracias a lo que mis padres me daban, ambos sobrevivíamos.
Chad no tenía familia, y ciertamente era el único.
Solo el primogénito tenía el derecho a la vida de arriba, educación, amor y techo. No sabía cómo era arriba, pero estaba ansiosa por saberlo, lo dibujaba a diario, era una grandiosa pintora. O eso decía Chad.
Estaba dispuesta a pasar las cuatro pruebas para vivir una vida. Tenía ocho años, y cada día me preparaba para la primera prueba.
...
Chad estaba sentado al frente mío, mirando mi dibujo con detención. Sus rizos cubrían su frente y sus pecas se admiraban por todo su rostro como un banano pasado.
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La prueba ✔
Ciencia Ficción|RE-SUBIENDO En el año 2025 la sobrepoblación afectó al mundo consideradamente. Principalmente a los países asiáticos y americanos, inquietando no solo la estabilidad de la economía, sino el medio ambiente y los estándares de orden a nivel mundial...