Está enfermo... y es muy listo —él suspiró y entrelazó los dedos—. Ambas cualidades pueden darse conjuntamente. Y no quiero que te expongas...
— ¡Peter! ¡En esta zona viven más de tres millones de personas! ¿Por qué iba a correr peligro yo, precisamente?
—No lo sé. Pero no me gusta la idea. Ese tipo es peligroso porque mantiene ocultas sus obsesiones. Lleva una vida normal. Es inteligente. Probablemente vive solo. Tiene su propio medio de transporte. Quizá empezó arrancándoles las alas a las moscas de niño, apedreando a los perros, quemando gatitos. Y ahora se lo está pasando de miedo, sabiendo que deja muy pocas pistas y que tiene en vilo a la policía — Peter titubeó e hizo una mueca—. Bueno, supongo que no contribuido mucho a abrirte el apetito.
Ella sonrió.
—Podemos pedir algo.
Entraron, y Peter pidió pagro, mientras Lali se decantó por el mahimahi a la parrlla.
— Así que Darryl ya no vive contigo —murmuró Peter mientras tomaba un sorbo de café—. ¿Cómo os las arregláis?
—~,Qué quieres decir? —inquirió ella con cautela.
—Alegra. Es una niña dulce, abierta y encantadora.., y parece tener una relación estupenda con vosotros dos.
Lali sonrió.
—Gracias. Somos afortunados. Muy afortunados. Darryl adora a Alegra y es un gran padre. Hasta que entró en la guardería, él se ocupaba de ella una semana de cada cuatro. Ahora va a verlo siempre que hay vacaciones. La otra noche no tuve muchas ocasiones de hablar con él, pero parece que pasará aquí varias semanas por motivos de trabajo. Lo cual es estupendo, porque Alegra podrá pasar mucho tiempo con su padre.
—¿Y tú también pasas tiempo con ellos?
Lali arqueó una ceja, sorbiendo su té helado.
—A veces —respondió.
—¿Por qué os divorciasteis?
—No es asunto tuyo —ella tomó otro sorbo de té—. ¿Qué me dices de ti?
—¿Qué quieres que te diga?
—¿No hay ninguna relación estable en tu vida?
La sonrisa de Peter se desvaneció. Se encogió de hombros, atacando la ensalada con súbito interés.
—No.
—¿Te has acogido al celibato?
Él la miró.
—No.
—Te conformas con aventuras de una noche?
—No es asunto tuyo.
Lali retiró la ensalada con la que había estado jugueteando y entrelazó los dedos encima de la mesa.
—Ninguna mujer podrá sustituir a PAULA, pero el sexo es un instinto natural.
Cuando sientes esa necesidad, ¿la sigues?
Peter volvió a mirarla.
—¿Así es como ves tú la intimidad?