Capitulo 3

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La vida siguió adelante. Lali jamás dejó sentir dolor por su madre. No obstante, aunque el sufrimiento perduraba. la resignación fue embotando poco a poco su filo, haciéndolo soportable.
Cande y Lali se fueron a vivir con su padre. Peter, Rocio y Pablo fueron a diferentes universidades. Gaston acabó sus estudios en la Universidad Internacional de florida y después se trasladó a Nueva York para trabajar en WaIl Street. Lali fue al instituto asistió a fiestas y bailes, empezó a maquillarse y a afeitarse las piernas. Los años fueron pasando. Se enamoró y se desenamoró varias veces. Su padre se caso otras dos veces en tres años. Pero ambas esposas desaparecieron tan rápidamente que Lali apenas si recordaba sus nombres.
Empezó a olvidar que realmente habla visto el cuchillo con el que asesinaron a su madre.
Empezó a olvidar...
Era joven y tenía que seguir viviendo. Siempre amaría a Gimena. siempre la recordaría. Pero, conforme pasaban los días, las pequeñas cosas empezaron a importarle cada vez más. Sus hermanas y hermanos. Rocio. que cuidaba de ella. Cande, que la necesitaba. Gaston y Pablo, que tan buenos eran con ella. Peter, que se mostré amable durante un tiempo, y luego irritante, o fuerte, o tierno cuando Lali lo necesitaba de veras.
El dolor y el miedo fueron desapareciendo poco a poco.
Pero Lali era la viva imagen de su madre. Y el horror estaba destinado a perseguirla.

Doce años después...
Lali notó cómo el sueño se cernía sobre ella y, aun dormida. luchó contra él instintivamente. Trató de despertarse. Pero era inútil, ya estaba atrapada en sus redes.
Se oyó a sí misma riendo, salvo que no era ella realmente. Era la otra mujer, la mujer del
sueño. Guapa, de cabellos castaño rojizos, encantadora. Había salido para pasar la noche con un hombre carismático. Estaba muy excitada. Iban a hacer cl amor. Ella lo deseaba. Deseaba
perder la cabeza, que la sedujera, y luego, cuando el fin de semana terminase, les hablaría de él a sus amigas. Se reiría y les diría cuán maravilloso era como amante; en el trabajo, compartiría pequeños secretos acerca de lo increíblemente romántico que era, de lo erótico que podía resultar aquel idilio, y sería muy feliz, una mujer enamorada de un atractivo amante, un hombre que también la quería a ella...
Lali sabía que algo iba mal. Gritó dentro del sueño, pero fue inútil. Ella era la mujer guapa, y se veía arrastrada por a excitación, el anhelo, el deseo humano de ser acariciada y adorada... Oh, Dios, había algo patético en aquello de estar tan necesitada
El paisaje discurría a toda velocidad junto al coche Lali lo reconocía y, al mismo tiempo, lo desconocía. Quería despertar, poner fin a lo que estaba ocurriendo pero no podía.
La pareja reía y bromeaba. Ella no podía ver el rostro del hombre, pero sí veía el hermoso pelo castaño rojizo de la mujer volando al viento mientras conducían Se hizo la oscuridad. El tiempo dio un salto...
Estaban en un dormitorio Una habitación de hotel en penumbra. Ella reía de
nuevo, encantada. Se besaron, murmurando El le desabrochó los botones de la blusa uno por uno.., tocándola, acariciándola
Lali deseó desviar la mirada; se sentía como una fisgona, observando tal intimidad. La pelirroja estaba dispuesta a hacer cualquier cosa. Todo con tal de complacer a su amante.
Desnudos, se enredaron en la cama. Ella dejó él la pusiera boca abajo. El hombre enterró los dedos en su pelo y tiró, haciendo que alzara la cabeza. Ella solo se giró un poco para mirar a su amante, y fue entonces cuando vio...
El cuchillo.., oh, Dios, el
cuchillo, descendiendo...

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