—Bueno, ¿qué tal sienta volver a la tierra del sol y la diversión? —preguntó mientras él se bajaba del Honda alquilado y caminaba hacia ella, Tenía un aspecto magnífico, como si hubiera pasado muchas horas en el gimnasio.
Peter enarcó una ceja, aparentemente sorprendido por su tono de voz amistoso,
—Sienta bien volver a casa —respondió mirando el bungalow de Nicolas—. No es que pretenda decir que el hogar de tu padre es mi casa. entiéndeme —añadió con una leve sonrisa.
Lali se encogió de hombros,
—Decididamente, somos la familia más rara del mundo, Mi padre y tu padre antes eran rivales, y ahora son amigos íntimos —titubeó un momento—. Estoy segura de que mi padre considera este lugar como tu casa.
—Muy magnánimo por tu parte.
Ella se encogió de hombros.
Bueno, es que estoy agotada. Y las niñas de cinco años se despiertan muy temprano.
-¿Tu hija está aquí?
-¿No lo sabías?
Peter nego con a cabeza.
-Al llegar, dejé mis cosas en uno de los de cuartos de los huéspedes y vi a tu padre brevemente. Sugirió que me fuera a tomar unas cervezas, que probablemente se reuniría conmigo poco después.
-¿No te dijo que el grupo actuaba en el local?
-No,
-Muy propio de mi padre. Tampoco se le ocurrió decirme que vendrías.
Lali se giro y se encaminé hacia la puerta. Peter la siguió al interior de la casa,
-Bueno, como ya te dije, bienvenido.
-Y, como ya te dije, lo siento.
Ella se encogió de hombros.
-Disculpas aceptadas —.titubeó. ¿Cuánto tiempo vas a quedarte?
-Todavía no lo sé. He de estar en Miami el lunes. A partir de ahí, todo dependerá de cómo vaya la investigación.
En Miami el lunes.
Lali sintió un súbito escalofrío, pero no tenia intención de decírselo a Peter.
No queria que volviera a preguntarle que clase de bruja era.
-¿Qué sucede para que hayan solicitado tu. colaboración? -inquirió en tono casual.
—¿Acaso no lo sabes? Ella meneó la cabeza,
—No, no lo sé —y era cierto—. No lo veo todo, ni controlo lo que veo. Y me
gustaría que dejaras de tratarme como si fuera una especie de mostruo¡ —¿Qué? —Peter pareció sorprendido.
—No soy un monstruo.
Él frunció el ceño.
—Nunca he dicho que lo fueras,
—Pero actúas como si lo pensaras.
Peter volvió a negar con la cabeza.
—No, yo... No. Estaba atravesando un mal momento, Lali, Diablos, ya te be dicho que lo siento.
—Si bueno, bienvenido a casa, Supongo que te veré por aquí.
—Buenas noches.
Peter no se movió. Continuó mirándola,
Ella titubeó. deseando saber más de aquel asunto.
— Aún no me has dicho exactamente para qué has venido.
—No, Es argo de contar. ¿Te gustaría dar un paseo en barco conmigo mañana?
—No
Peter se encogió de. hombros.
— Un barco es un buen lugar para contar una historia larga.
—Quizá mi curiosidad no llegue a tanto.
Ademas. puedo preguntar a jimmy, o a Cande. Qué es lo que está sucediendo en Miami.
—Tú misma.
—No puedo irme a navegar contigo. Tengo una hija de cinco años, Y siempre pasamos juntas los sábados, si no esta con su padre. Lali creyó notar una fugaz ráfaga de dolor iluminaba sus ojos, pero fue tan breve que quizá lo había imaginado. Él también debería tener una hija pequeña.
—Tu hija de cinco años es nieta de Nicolas —dijo Peter sonriendo-. Seguro que le encanta navegar en barco.
Lali dudó.
—Vamos, hermanita. Solo intento hacer las paces. Antaño, en otra época, éramos amigos.
—-Tal vez. Ya veremos. Dependerá de a qué hora pienses salir, -Temprano.. A las ocho.
-Estas mal de la cabeza.
Peter sonrió de nuevo, encogiéndose de hombros, y se calo la gorra de béisbol.
—Tal vez, Ya veremos.
Luego Se dio media vuelta y se dirigió a la izquierda de la casa. Lali se alegró de que su dormitorio estuviera en el ala derecha.
«Domínate, Lali», se dijo, apresurándose por la casa en penumbra. Las manos le temblaban. Estupendo. Despues de tantos años Peter habia vuelto y ella estaba temblando.
Hizo una mueca y se dirigió de puntillas al cuarto de Alegra, entreabrió la puerta y miro a su hijita dormida. Luego entró en la habitación y, acercándose a la cama, le acarició el cabello, Era peliroja, como su padre. Y tenía unas bellas facciones, parecidas a las de Lali, Tenía unos labios amplios, carnosos, y la mejor sonrisa del mundo,
Lali le posó un beso en la frente y, a continuación, atravesó el espacioso cuarto de baño que unía las dos habitaciones. Entró en su propio dormitorio, se tumbó en la cama y clavó los ojos en en el techo, le encantaba la «choza» de su padre, como solían llamarla cariñosamente. Al cabo de unos minutos. se incorporó y procedió a quitarse los zapatos, viéndose de soslayo en el espejo cercano.
Por un momento, experimenté un terrible escalofrío y se quedó inmóvil,
¡oh, Dios, era la viva imagen de su madre! El parecido era tal, que resultaba aterrador,
Lali retiró la mirada del espejo y se acurruco en la cama, rezando por que el sueño acudiera pronto. Finalmente, se quedó dormida. Y ninguna pesadilla perturbó
su descanso.