Una razón para matar

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Shiro estaba en el lugar previamente acordado esperando con los brazos cruzados a que el dichoso delincuente apareciese.

Estaba preparado para llevar a cabo su plan, pero la verdad era que...él no estaba seguro de hacer esto, no estaba seguro de convertirse en un asesino.

Recordaba que de niño su más grande sueño era crecer para convertirse en un detective o un medico forense para poder ayudar a la policía a resolver casos, él quería convertirse en alguien útil para la sociedad, alguien que contribuyera a la justicia de su país.

Y aunque ahora ya había olvidado casi todo eso, aún le asaltaban las dudas.

¿Podría tener la suficiente sangre fría para hacer esto?

Claro que la tenía, no por nada había estado como ayudante de su padre quien era un reconocido cirujano e incluso había creado un potente veneno para Taro el cual lo utilizó para matar a Kokona Haruka.

¿Sería que no tendría la habilidad? ¿que las cosas podrían salirle mal a último minuto? ¿y si fracasaba por no ser lo suficientemente fuerte?

No, la habilidad para matar si la tenía, él había practicado artes marciales desde niño e incluso había participado en algunas peleas callejeras. Fuerza y habilidad no le faltaban.

¿Sería su moral la que lo estaba haciendo dudar?

No lo creía posible, es cierto que hace tiempo él era del tipo de persona que tenía un sentido de la justicia muy claro...pero ahora era diferente, él disfrutaba de ver como avanzaban las cosas, disfrutaba de ser solo un espectador más...justo como Info-Chan.

¿qué fue lo que le pasó para convertirse en alguien tan retorcido como Info-Chan?

No lo sabía con exactitud, lo único que tenía claro era que desde que aceptó ser parte de su plan nada volvió a ser lo mismo.

¿Porqué fue que aceptó ser parte del plan de Info-Chan? ¿Porqué hacer esto si antes estaba tan en contra?

Para evitar que su prima Yumeko fuera a prisión, él lo hacía todo por Yumeko.

¿Cual era la razón para ayudar tanto a su prima? ¡Ella es una asesina psicópata! ¿Porqué ayudar y sacrificarse por alguien que era justo del tipo de personas que él de niño quería que estuvieran tras las rejas para que ya no afectaran a la sociedad?

Quizás sea porque en su mente aún estaba la imagen de la pequeña Yumeko de 6 años llorando porque sus padres ya no la querían.

¿Porqué no decirlo? Shiro odiaba a sus tíos, si él pudiera a quien asesinaría sería a ellos... en especial a su tía.

No podía creer que su tía haya sido tan desalmada como para abandonar a su hija cuando más la necesitaba y que su lerdo esposo no haya tenido los cojones para oponerse a su mujer y defender a su hija, ya que siendo también un doctor él debería saber que lo que le pasaba a su hija no era culpa de ella.

Desde que Yumeko llegó a su casa, él se comprometió a protegerla de todo. No permitiría que nada malo le sucediese.

"Ya no llores"— recuerda haberle dicho cuando Yumeko lo abrazó sollozante — "Yo siempre te protegeré"— la reconfortaba mientras le devolvía el abrazo.

Y si por eso tenía que matar a alguien pues...que así sea.

Por fin sus dudas se fueron.

El delincuente se apareció unos momentos después.

—Tarde como siempre — dijo Shiro al verlo llegar.

—Con que eras tú quien me llamó ¡Joder! Pensé que sería la confesión de alguna chica bonita ¿Para que mierda me hiciste venir?— gruño el delincuente de mal humor.

— Oh, no te alteres, solo quiero hablar contigo sobre un asunto importante contigo— dijo Shiro con las manos en los bolsillos de su suéter, un suéter rojo que se había puesto solo para dicimular las manchas de sangre que tendría después.

— ¿Un asunto importante? No me digas que quieres confesarte a mí ¡No sabía que fueras un maricón! — dijo burlonamente el chico para luego echarse a reír.

— Mmm...no, pero creeme que si lo fuera tú no serías de mi gusto— dijo Shiro con una sonrisa cínica, su plan requería primero enfurecer al delincuente.

— ¿Pero qué dices?— dijo el delincuente confundido, ya que él solo le dijo maricón como una broma, no esperaba que este le siguiera el juego.

— Digo que si yo fuera un "maricón" como tú dices, nunca me gustaría alguien de tan poco cerebro que solo sabe insultar y amenazar junto a sus "amigitos" porque es tan cobarde que ni eso puede hacer solo.— todo lo dijo con tono de voz calmado y una sonrisa cínica, todo para humillar más a ese delincuente.

— ¡Ahora verás! ¡Si tanto querías una pelea lo hubieras dicho antes! — gritó ofendido el delincuente, alzando su arma y preparándose para atacar.

— ¿Y piensas usar eso contra mí? Ahora estoy más que seguro que eres un cobarde, en una pelea nunca se usan armas contra alguien desarmado.— bien, eso era lo que necesitaba, dañar lo suficiente el orgullo del otro.

— ¡No necesito un arma para romperte esa cara de imbécil que tienes!— dijo soltando el arma y empezar a tronarse los puños.

—¿Cara de imbécil? Para que lo sepas no soy tu espejo.

El delincuente ya estaba arto de escuchar como Shiro se burlaba de él, así que corrió hacía el rubio con la intención de darle un puñetazo.

Pero no contaba con que Shiro aplicara uno de los movimientos que había visto hacer a las profesoras. Lo tomó de la muñeca, le torció el brazo y por último lo inmovilizo contra el suelo.

— Ah, y lo que yo quería no era pelear contigo — escuchó como le dijo Shiro en al oído y sintió un objeto filoso presionándose contra su garganta — quería asesinarte.

Shiro inmediatamente y sin darle tiempo a gritar le rebanó la garganta y rápidamente lo soltó para no mancharse toda la ropa de sangre.

El delincuente estaba desesperado, aún vivo intentaba inútilmente respirar, se estaba ahogando con su propia sangre.

Ahora Shiro recordaba el porque había elegido a un delincuente como víctima, son fuertes pero idiotas y fáciles de manipular, e incluso si gritaban los demás alumnos no se acercarían por miedo a involucrarse en una pelea.

Finalmente su víctima dejo de momerse y eso solo quería decir que por fin había perdido la vida.

Shiro dejó tirada el arma homicida, por suerte solo su manga había sido salpicada por la sangre y él había utilizado unos de los guantes que su padre uzaba en su trabajo, solo tenia que quitárselos y tirarlos junto con su suéter, además de que el cuchillo tenía las huellas digitales de una de los miembros del club de cocina.

Guardó su suéter y guantes en el bolso de deportes que cargaba consigo ese día y se dirigió a la salida donde su prima lo esperaba para irse juntos a casa.

¿Para esto había estado tan nervioso? Al final resultó que matar no era la gran cosa.

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Inspiración-Senpai me noticeo :D

Un  pequeño cambio en yandere symulator Donde viven las historias. Descúbrelo ahora