*Extra 11*

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Este era un día para celebrar por que lo que se creía imposible había sucedido.

Reina Raibaru, la chica delincuente más peligrosa de toda la escuela, se había enamorado.

¿De quien? se preguntarán, pues de ni mas ni menos que de Taro Yamada.

¿Como pasó eso?

Pues, era un fin de semana, el sábado pasado para ser precisos, y ella caminaba cojeando a su casa tras ser herida por la lider de la pandilla "Kuroshi" de la escuela rival.

— Tsk, esa maldita Arako me las pagará algún día — se quejaba Reina por el dolor que le provocaban sus heridas — y parecía que ni se esforzó la muy puta.

Reina se dejo caer en uno de los callejones para tratar de descanzar un poco, esa pelea fue una total humillación para ella pues se dio cuenta de lo débil que era comparada con Arako Kuroi.

La chica respiraba forzosamente debido a que uno de los golpes que recibió de la rival impactó directamente en su vientre, sacándole todo el aire de sus pulmones y logrando que escupiera un poco de sangre.

—ufff...uff...— jadeaba tratando de recobrar el aire perdido.

Mientras tanto, cerca de ahí un chico de cabello y ojos negros regresaba del supermercado por unos encargos de su madre, y durante el camino, él se dio cuenta de que una chica estaba herida, así que se acercó para auxiliarla. Estando cerca de ella se dio cuenta de que se trataba de la rubia líder de la pandilla de chicas delincuentes de su escuela.

Se iba retirar de ahí, pero eso sería desconsiderado de su parte, por lo que decidió ayudarla de todos modos.

—¿Necesitas ayuda?— preguntó Taro a la rubia. Pero mentalmente se dio un golpe por lo estúpido que sonó eso ¡era obvio que ella la necesitaba!.

—Vete de aquí— siseo Reina entre dientes— no necesito ayuda.

—.....— Taro se había quedado en silencio, sabía que si se involucraba con ella eso le traería mala reputación y todo su plan para conquistar a Aishi se iría al caño, pero su educación le impedía marcharse y dejar sola a una chica herida  — ten esto— le ofreció un pañuelo para que se limpiara la sangre que le salia de la boca.

— ¡¿Acaso piensas que necesito tu lastima?!— la chica le gritó y se negó a tomar el pañuelo.

Taro suspiró, él ya se había cansado de la actitud de esta chica— mira, si lo aceptas me voy de aquí y te dejo en paz.

—......— Reina se quedo en silencio mirando fijamente el pañuelo y con algo de desconfianza lo tomó — Ahora largate de aquí — le dijo con el ceño fruncido y un ligero sonrojo en sus mejillas, esta situación era algo vergonzosa y humillante.

— Esta bien— dijo Taro. Tomó las bolsas de mandado que había dejado en el suelo y se marcho...pero al estar un poco lejos saco su celular para llamar a una ambulancia —¿Hola?... Si... quiero reportar una chica herida....en el segundo callejon de la calle 13 cerca del supermercado....si, gracias.— al terminar de hablar Taro terminó la llamada, apago su celular y siguió su camino.

*Unos momentos después*

Reina era llevada al hospital en una ambulancia.

"Seguramente fue ese idiota" — pensó ella mientras uno de los médicos la atendía y miraba el pañuelo que Taro le había dado y lo apretó en su puño— "....gracias chico"

Desde entonces Reina no pudo dejar de pensar en su anónimo salvador y el gesto de amabilidad que tuvo con ella, de alguna forma (coff coff por medio de su pandilla coff coff) se enteró que el nombre de ese chico era Taro Yamada, que asistia a su escuela y estaba en el aula 3-2.

—¡Ya lo decidí!¡Desde ahora lo haré mi pareja!.

Un  pequeño cambio en yandere symulator Donde viven las historias. Descúbrelo ahora