Capitulo 15

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Después de que la tormenta dejará el gran Bosque de Itfel. Una helada arrasó con toda esperanza y rastro de luz. La nieve cubrió al País dejándolo... helado.

Narra Alekséi

—Ya todo esta listo Alfa. Se ha hecho como lo ha ordenado. La señorita Erion descansa junto a nuestra madre. Como ella lo deseaba —la chimenea calentaba un poco la habitación, el lugar era igual, nada había cambiado. Excepto una cosa. Ya ella no podría ocuparlo más. Su aroma aun seguía en el aire.

Ahora, era el invierno más crudo de mi vida. El peor de todos en la historia en la manada.

Mi querida hermana. Erion, la luz de todos dentro de la manada. Aquella mujer, que en mis noches de insomnio por culpa de mis demonios, aminoraba los temores con fantásticas historias. Su imaginación, dulzura, delicadeza y su infinito amor a los demás. Todo eso aliviaba mi soledad. Lo hacía todo más llevadero.

Mire la fotografía del taburete. Una dulce pequeña me devolvía una enorme y radiante sonrisa. Sus ojos llenos de inocencia.

Con cólera arroje la botella de vodka a a la chimenea. La llamarada iluminó la habitación en penumbras.

—Llama a los demás. Es hora de hacerle una visita a la Orden y arreglar cuentas con esos malnacidos de una vez por todas —caminé junto a Dmitry y Sergei. Puse mis manos en sus hombros.

—Necesitaré la ayuda de mis hermanos. Una vez más. Juntos. ¿Listos para patear los traseros de esos desgraciados?

Si, estaba dolido y demasiado, pero la furia y mi propia naturaleza, me obligaban a actuar. Tocaron no sólo a mi familia. Si no a la persona que más quería en el mundo. Mi hermana.

-¿Que pasara con futura luna hermano? Ella ahora es una de ellos. Dudo mucho que se pase a nuestro bando. ¡Diablos! Me agradaba mucho. Es una lastima —Sergei se tumbo en la silla.

—¿La rechazarás? Alekséi ella no es una simple humana cualquiera como pensábamos. Es una peligrosa cazadora. Se infiltró entre nosotros. No sabemos sus intenciones. Pero algo es seguro. No era para saludar. Tendrás que tomar una decisión.

Apoye ambas manos en los costados de la ventana. El clima empeoraba, la nieve y el viento, hacían casi imposible ver más haya de las narices. Mi cuerpo sentía el frío. Pero no como los humanos. Mi alma se sentía congelada. Al igual que mis pensamientos.

—¿Mi padre ha venido a ver a Erion?

—Me temo que no. Pero se le ha avisado. Tal vez no tarde y nos ayude contra los cazadores. Será una ayuda más Alek...-

—No estés tan seguro. ¡Es increíble, que incluso al funeral de su preciada y única hija, le sea imposible llegar a tiempo! Es eso o ya ni siquiera le interesa.

Después de todo los negocios siempre fueron primero ¿no?

—Somos nosotros contra ellos. Nada más —me gire y los mire a los ojos— Prepárense la noche será larga y agotadora.


Narra Kennya

Siete o ocho. Bueno, ¡perdí la maldita cuenta en el quinto día! Era casi imposible adivinar si era de día o de noche. El lugar, no dejaba saberlo.

Kennya: Cazadora de Lobos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora