Narra Kennya
Caminaba algo lejos de la cabaña que hasta hace unos días se había convertido en nuestro refugio en busca de algo de leños para calentarnos. Alekséi había subido a la enorme montaña para atrapar algún otro animal que sirviera para alimento.Y con este clima tan horrible sería casi imposible bajar asi que estaba bastante preocupada. Lo que era algo tonto pues el era un lobo. Y uno muy fuerte, así que mis preocupaciones, no venían al caso.
Aún me parecía un sueño mágico el que ambos estemos aquí después de tantas cosas juntos. Mire a mi alrededor, jamas había estado en este lugar. Parecía, olvidado por las personas y bueno, no era que en esta parte del mundo habitaran muchas personas.Pensaba en todo lo ocurrido. En Mijail, en la orden, en la manada de Alekséi.
¡Infiernos! Sobre todo en él.
Llevé una mano a mi pecho tratando de calmar mi corazón. Mi cara ardía de solo recordar la forma tan sensual y erotica, en la que me había tomado en el piso esa noche.
De tantas personas, de tantos cazadores dentro de la orden, incluso, de tantos chicos comunes y corrientes en mi trabajo, mi corazón vino a ser cazado por un lobo.
Era algo nuevo para mí. No podía creerlo.
Al seguir de cerca por una vereda escarpada. Llegué a la conclusión de que estaba perdida.
Genial Kennya. ¡La próxima recuerda traer un mapa!
Llegué a un viejo cementerio olvidado, cientos de lápidas en deteriorado estado. Olvidadas como el mismo bosque. Algunas incluso, estaban partidas y irreconocibles.
Junto a ellas eataban viejos estandartes de guerra que aún ondeaban, roídos y gastados.
El tiempo se encargó de destruirlos.
Me arrodille tratando de descifrar la escritura sobre ellas. Una sensación extraña me embargo, era como si de un momento a otro todo se viniera a bajo, como cartas de naipes .
No sabia quienes eran y el porque me importaba tanto saber porqué estaban abandonados aquí.
Algo en mi interior me decía que debía regresar de inmediato. Así que me levanté y quité la nieve de mis ropas. Les eché una última mirada y me marché.
La ventisca era fuerte y quemaba la piel, calaba hasta los huesos. Me arrope con la capa que llevaba encima, de esas especiales que la orden nos proporcionaba, resistían cualquier clima.
Bien ahora es sólo cuestión de encontrar el camino ¡Estupendo!¡Rayos!
No lograba ver casi nada, el viento me quería arrastrar junto con el. En un parpadeo, me vi rodeada de enormes árboles. Sin ningún camino o vereda que guiara mis pasos
Un aullido me hizo reacciónar. Levanté la vista de inmediato, esperanzada de encontrarme con Alekséi. Pero no fue así. Era un lobo común y corriente frente a mi.
Me levanté del suelo. La tormenta estaba por acabar.
Quité mi arco y con velocidad le apunte al colmilludo animal.
Pero, no se movió un poco. Me miraba con sus ojos azules. Hermosos. Todo el era blanco como la misma nieve.
Olfateo el aire y mirándome se acercó , seguro.
Bueno Kennya ya ni a un lobo corriente puedes intimidar. Tu carrera término.
Despacio dejé de apuntarle y lo miré algo irritada. Me molestaba no poder asustarlo o incluso lastimarlo. Mucho había cambiado ya.
Estire la mano y acercó su hocico hasta mi.
Algo hizo conexión. Mi mente se nubló y me sumergí en un lugar enorme y obscuro. Mi inconsciencia.
Me vi a mi misma de pie delante del animal. Y como si de una ilusión se tratara, vi como el lobo se evaporaba y entraba en mi cuerpo.
Vi como dentro de mi pecho una luz brillante y segadora me hacia viajar a otro lugar. Tiempo y espacio se mezclaron y diferentes épocas cruzaron por mis ojos.
Vi a una hermosa mujer de pie en una enorme roca, mirando fijamente al horizonte. El cielo era de un color grisáceo y negros nubarrones se formaron sobre ambas. Quise hablar pero simplemente mi voz no salió de mi garganta.Yo podía escucharla, pero ella no podía verme. Todo era tan extraño.
Sin verlo venir, un gigantesco y terrible lobo enredado desde el cuello hasta su torso con enormes cadenas, subió por la roca hasta quedar frene a frente con la mujer.
Yo estaba aterrada de esa bestia. Una aura obscura y poderosa lo rodeaba. Sus enormes fauces se abrieron en un gruñido fuerte y estremecedor.
Pero la mujer no pestañeo, si no que seguía ahi de pie mirándolo con valentía.
—¡Ya es momento de terminar con esto Valí! Te tragaré entera y la luz de la luna desparecerá de la memoria de los hombres y tus hijos se perderán de la historia —la bestia hablo, su voz era tan grotesca que tuve que tapar mis oídos.
Ella, majestuosa y con esa luz lunar cubriendo su cuerpo hablo a la bestia.
—Mi tiempo habrá acabado Despreciable perro del infierno de Valhall ¡Fenrir! Podrás devorar este cuerpo. Pero mi alma seguirá. Y por Odin que te destruiré.
La mujer hizo aparecer un arco de oro en sus manos. Y certera y con vigor, clavó la flecha dorada en el pecho de la bestia. Éste antes de dar su último aliento exclamó:
—¡Maldita seas Valí! No pude matarte ahora, pero mi hijo lo hará. ¡El conseguirá lo que yo no!- y la bestia cayó al vacío. Sin embargo, no murió. Solo fue sellado y atado con las mismas cadenas que arrastraba.
Quedé de piedra al ver la escena. De pronto ella cayó al suelo, y súbitamente, desapareció.
Y una voz desde las alturas hablo .
—Ese es tu destino. Destruye al descendiente de Fenrir y a su hijo con el. Y libra al los hijos de la noche de sus cadenas.
De nuevo, la bruma me llevo a otro lugar.
Era la ciudad y estaba lloviendo. El lugar era obscuro y las lamparillas iluminaban poco las calles.
Pero la lluvia no me mojaba solo me atravesaba. Era como un fantasma.
Una sombra obscura salió de entre las sombras, a toda prisa cubierta por una manta o capa.
A los pies de una enorme mansión. Y aun llorando, dejo al pequeño bebé, para salir corriendo disparada. Sin mirar atrás.
Quedé helada al ver tal muestra de desamor. Quise llevarme al indefenso bebé, pero no podía.
De la mansión salió un hombre, con desconcierto pintado en su rostro. Levantó al bebe y miro a todas direcciones. Ni un alma.
Me derrumbe al ver el rostro del sereno y varonil samaritano.
Mijail Vasiliev. Y entre sus brazos yo misma.
No lo soporte. Y de un tirón, algo me atrajo a la realidad.
Alekséi estaba a mi lado, preocupado y llamándome.
Lo miré confundida y temerosa. Con lagrimas en los ojos solo de mis labios salieron las siguientes palabras.
—Ya sé... Quien soy.
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Kennya: Cazadora de Lobos ©
WerewolfKennya Lodwood ha vivido toda su vida bajo resguardo y servicio de una misteriosa organizacion conocida como LOST. Quienes se encargan de eliminar a las criaturas que amenazan el mundo, entre ellos, los licantropos o hombres lobo. Pero inesperadame...