Kennya: Cazadora de Lobos ©

Capítulo 34

El ambiente era tenso, nadie hablaba solo se miraban sin llegar a un verdadero logro.

Kennya miraba a los cinco hombres juntos en ese lugar apartado del campamento. Sus ojos azules pasaban y escudriñaban a cada uno de los individuos. El viento soplaba fuerte esa mañana.

El silencio estaba matandola.

—Será mejor que piensen en otras ideas cazadores, por que arriesgan demasiado con esos planes- alekséi se adelanto al tomar la plabra tomando el control del lugar.

—No vemos otra salida ni solución. Si deseamos salir victoriosos de esto, es mejor atacar ahora, que esperar a que ellos vengan y nos eliminen a todos. En especial a Kennya y a ti— Mijail miraba como el cuerpo del Alfa se tensaba. No quería herir orgullos.

—Todo este daño causado por Nikolai Ivanov— sentía una roca sobre la cabeza al mencionar ese nombre— será enmendado, doy mi palabra. Pero atacar ahora, que somos tan pocos sería una clara derrota. Debemos esperar a que los heridos recuperen las fuerzas y las ganas de pelear.

—Nosotros los cazadores nacimos listos para pelear contra quien sea— escupió Bogdan cruzado de brazos. Mirando desafiante al Alfa.

—No tienen oportunidad contra ochenta o mas roges. Los harán pedazos y siendo pocos dudo que salgan ilesos de esta carnicería— Sergei disfrutaba hacer enfadar al estúpido cazador.

Bogdan achicó los ojos, ofendido.

—¡No son mas que estúpidas bestias carentes de cerebro, son presa facil!— Sergei casi se rompe el cuello al girarlo tan brusco.

—Tal vez quiera probar tu suerte aquí y ahora lamebolas— se levanto de golpe.

—Tal fáciles de hacer ladrar. ¡Con gusto acepto!— apretó los puños y el cuero de los guantes rechino.

—¡¿Quieren parar esta estupidez?! La lucha no es entre nosotros, es contra ellos, dejen de portarse como niños.

Kennya intervino al fin. Eran desesperantes.

—Nuestra luna tiene razón. Es estúpido comenzar pequeños conflictos entre nosotros, además tenemos una ventaja... Los roges son diestros en este ambiente, bosques y nieve, sin embargo, pronto el clima cambiará y será una buena oportunidad para atacar y posiblemente vencerlos— Dmitry siempre con esa forma tan astuta de intervenir a tiempo.

—¿Han podido dar con su ubicación?— todos voltearon hacia Bogdan con interrogación.

Este solo desvío la mirada pues aun no obtenía información de la rubia.

—Bueno sigan intentándolo, tal vez debas presionarla mas y hablará—Alekséi se levantó de la silla. Una idea cruzó su mente.

—Tal vez deba hablar con ella...— sugirió Alekséi.

—¡Como para que diablos querrías hablar con ella!— Bogdan se tenso de inmediato. Todos quedaron desconcertados. Y supo que la reacción fue estúpida y imprudente.

—Bueno, si desconfía tanto de cazadores, tal vez de un lobo no—Mijail veía cierta verdad en eso.

—¡Yo haré que hable! Les dirá todo lo que necesitan saber, sólo denme un poco de tiempo, eso es todo.

Bueno, no les quedo de otra que aceptar. Alekséi intuía algo. Y si sus suposiciones eran acertadas. Ese brusco cazador se llevaría un gran chasco.

Sería interesante ver su reacción. Pero dejaría que él solo lo descubriera.

—Bien.. esperaremos solo un poco más. Bogdan, si esa mujer no habla será ejecutada y el plan seguirá como ya se discutió. Atacaremos primero— Mijail se retiró con paso decidido.

Los tres lobos también se levantaron para irse. Kennya miraba al cazador acongojado. O mas bien, desesperado.

Se acercó a el.

Bogdan la miró y pudo notar que Kennya ya no lucía como esa antigua cazadora, ahora su aura era diferente. Era mucho mas serena y en control. Era tan transparente como el agua de un río.

—Si quisieras yo podría tratar de hablar con ella. Tal vez yo pueda convencerla Bogdanov— suspiro ante la calides de Kennya. Así que asintió aliviado.

—No podia esperar menos de ti Kennya, gracias— toco su hombro, con una sonrisa cálida en su rostro.

—No debes preocuparte.

Él suspiro con cansancio. Debía confiar en que así seria.

De pronto un brazo jaló a Kennya de la cintura, y el fruncido gesto de Alekséi apareció frente a ella.

—Sólo por esta vez.

Kennya y Bogdan rieron por lo bajo ante el celoso lobo Alfa.

...

—¿Que es lo que vez Ieelen?— un lobo se acerco a la mujer cubierta por una piel gruesa de lo que probablemente había sido un oso.

El viento agitaba sus rastas negras y su rostro no cambiaba de expresión. Esos ojos negros lo miraban todo. Desde el inicio del río hasta las montañas donde los Nigromantes vivían. Todo el lugar se extendía inmenso. No seria fácil dar con ellos, pero confiaba en su instinto. En el de Nikolai.

De solo pensarlo, se formaba un nudo en su garganta. Desde que de forma arbitraria la habia echado de la tienda, solo hablaban lo indispensable, el había estado evitando cualquier indicio para una charla diferente o algún acercamiento por parte de la roge.

Y eso la cabreaba.

—Hay que vigilar las cuatro esquinas. No hay otra salida mas que por el paso de Ifetl. Y cuando decidan cruzar por ahí los mataremos a todos. Dile a Nikolai que los tenemos rodeados.

—Si que has pensado en como terminar con este trabajo.
Sin embargo ¿que pasará con tu hermana Mérida?

—Esa traidora no pertenece mas a los nuestros. Si esta con ellos sera eliminada también. ¡Anda! ¡Largate ya!— el roge le dejo, su humor era de los mil demonios.

Apretó el mango de la espada con la mano, se sentía tan inútil. No había podido dar muerte a esos bastardos. Y eso molestaba muchísimo al Alfa

—Solo espera un poco mas Nikolai, te traeré sus cabeza en un palo y así podrás clavarlas en tu castillo, y no podras negar que fui yo quien alivio tu dolor y sed de venganza.

La destrucción de esos malditos estaba cerca. Y aunque el clima ya no estaba a su favor, tenia mas ventajas. Su numero era reducido y ellos por el contrario eran mucho más.

Si jugaba bien las cartas serían presa fácil.

La morena ya vislumbraba la victoria, sin embargo las cosas todavía podían dar un giro  y ciento ochenta grados y la balanza inclinarse a favor de los débiles.

Podían confiar demasiado en ese alfa descendiente de Fenrir, pero ellos tenían a una reencarnación de Valí. Y esa podía ser su arma mas fuerte.

Lo único que sabía era que esta sería una batalla como ninguna en la que podría a ver estado.

Justo encima de esa roca se despojo de sus pesadas ropas y armas. En un segundo el cuerpo desnudo de un mujer dio paso al de un lobo gris.

Sintiendo como esa adrenalina recorría sus venas  salio corriendo por los bosques a medio descongelar. Y con un fuerte aullido que hizo un eco por todo el lugar, dio aviso de su inminente victoria.

Mérida se levantó de inmediato y corrió a la ventana. Ese aullido lo reconocería donde fuese.

Ieelen anunciaba su triunfo.

Algo habia pasado para que sin titubear ahullara la victoria.

Decidida diría todo cuanto sabia si con eso podía proteger al cazador que inesperadamente se había convertido en su mate.

"Esta vez no me quedare en la sombras hermana. Esta vez voy a pelear"

...