Capítulo 45

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"Mira dentro de mi corazón
Y dile al invierno que se vaya.

El viento ruge, pero tu dame calor.

El cielo gime, pero nosotros tenemos primavera.

Pídele a las nubes
Que nos regalen sueños blancos.

La noche avanza y nosotros tras ella
En un mundo de misteriosas luces.

Dispersa el anhelo en mi interior
Mi alma no esta tranquila"






Todos celebran confiados de su victoria, ahora se sentian invencibles ante los roges. Compartia la alegría, pero algo en su pecho la alerta, le decia que no todo iba bien.

Algo estaba por cambiar. De pronto, una vibración extraña en su interior le hizo detener sus pasos y llegar junto a Alekséi.

Asustada y desconcertada, se alejó de todo el bullicio. Salió del campamento, aun a sabiendas de que Nikolai estaba cerca. Pero su intuición le dice que algo aguarda en el bosque.

Siguió caminando, tan solo escuchando el romperse de las ramas bajo sus pies. El clima se hacía espeso, húmedo y frío.

No entendia, se suponía que el invierno había acabado, pero eso era diferente. Tomó otra dirección.

Los repentinos calambres en su vientre la obligaron a detenerse.

¿Que le pasaba? Recargada en un arbol se encogió y se deslizo al suelo tomando sus rodillas llorando asustada.

Una idea cruza su mente.

Bajó la vista a su vientre y comienzo a acariciarlo suavemente.

Una voz cruzo por su mente.

Un bebé.

¿Como no se había dado cuenta? No podía creerlo, era imposible. ¿O no? Obviamente no.

Estaba feliz, demasiado. Pero esa sonrisa de felicidad no duro mucho.

¿Embarazada justo antes de salir en combate? La felicidad que antes la habia embargado se torno en miedo. Un terror inmenso de perderlo todo.

Alekséi, el bebé y a su familia.

Debía hablar con Alekséi. Quiso ponerse en pie, pero no pudo pues un dolor agudo atravezo su estomago.

De pronto de entre la bruma un lobo apareció. No lo podía creer, era el mismo lobo blanco que le había mostrado la visión aquella vez.

Sus ojos tan azules la miraban. Quizo tocarlo pero cualquier movimiento leve la lastimaba. Así que el se acercó.

Lo acaricio suavemente, el restregó su cabeza en su pecho. Era hermoso.

"No temas Kennya, tu destino no es perecer aquí, ni el de esa criatura.

Kennya: Cazadora de Lobos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora