Capítulo 43

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"Se fuerte, no te des por vencido. El destino aun no esta escrito. La victoria podría ser tuya. Al igual que mi corazón"








—¡¿Que has hecho qué?! —Alekséi miraba a Dmitry con cara de horror.

—No es tiempo de sacar viejas rencillas contra Grendell ni con su gente. Ahora son mas necesarios que nunca Alekséi. Acepta su ayuda.

El alfa paseaba por la habitación no completamente convencido. La manada de la Tierras de Grendell eran viejos enemigos.

¿O aliados? Su padre había sido el causante de esa enemistad.
Se suponía que eran como manadas hermanas pero, desde que los roges hubieron atacado a esa manada y acabaran casi con todos Nikolai, no acepto refugiarles. Él solo era un muchacho cuando eso ocurrió.

Habian pasado décadas y hasta ahora volvia a escuchar de ellos. Y el que Dmitry recurriera a esa alternativa... significaba que esta batalla sería la mas difícil por enfrentar.

Bueno el no era su padre, no cargaría con odios ajenos. El era completamente diferente a ese monstruo. Sería un buen inicio para la paz y una nueva alianza.

Además, siendo tan pocos necesitarían toda la ayuda posible.

—Bueno serán bien recibidos. Ahora, debemos de hacérselo saber al padre de Kennya.

—Excelente decisión... mi señor.

—Solo espero, no sea un problema para ellos el que estemos aliados con los cazadores de la orden. Bueno... los que quedan de ella. Ellos los odian. No sera fácil convencerlos.

—Son nuestros hermanos, entenderán.

—Eso esperó.


...



—Si son de ayuda supongo que no hay problema. Mientras no quieran tomar represalias contra nosotros Alekséi.

—Descuida los vamos a convencer, en esta lucha necesitamos toda la ayuda posible si queremos mandar al infierno a Nikolai y a esos roges.

—Bien. ¿Cuando estarán aquí?. Las fuerzas de tu padre, nos darán alcance muy pronto. Tal vez no haya suficientes tiempo.

—Llegaran esta noche. Al atardecer, se los aseguró —Dmitry parecía muy convencido.

—Suenas tan convencido... sé ve que los conoces —Alekséi le tendió el vaso con vino.

Dima... nació en Grendell, mi padre lo recibió en nuestra manada cuando era solo un pequeño, ha estado conmigo desde entonces —sonrió con melancolía. Tantos recuerdos, unos malos otros buenos y en todos siempre sus fieles amigos a su lado.

—Entiendo. Que los dioses nos ayuden en esta batalla.

—Así será.



...




Encima de aquel viejo molino de viento, el lobo no apartaba la mirada del norte. Poco a poco la tarde caía y el viento se hacia cada vez mas frío.

Por una extraña razón una presión en el pecho estaba sofocándolo. Se sentía nervioso, impaciente.

Jamas había sentido cosa igual en toda su vida, siempre había dominado a la perfección sus emociones, desde muy niño. Cuando Alekséi lo nombro su mano derecha siendo beta, ni una sola vez perdió la compostura. Siempre pendiente de cumplir reglas y ordenes. Protocolos.

Kennya: Cazadora de Lobos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora