Capítulo 38

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"Las fuerzas de Nikolai están listas para hacer la próxima jugada.
El tiempo se ha agotado.

Atacar hasta agotar sus fuerzas. Son pocos y la victoria sera inminente"







La bodega estaba repleta de roges algunos charlando, otros presumían las cicatrices en sus cuerpos orgullosos pues estas contaba historias de como habían demostrado su valor. El coraje con el que pelearon contra vampiros, cazadores etc.

Muchos reían, otros simplemente... No lo hacían.

En un rincón alejado de todo el bullicio, el que era considerado el roge mas fuerte y desalmado disfrutaba el vaso de licor. Con este sería el décimo vaso en beber. Sus ojos, negros y fríos se reflejaron en la amarillenta bebida.

Con irritabilidad, lo bebió de un sólo trago.

—No te vez de buen humor Björk. Y supongo el motivo es ese lobo de manada ¿o me equivoco?

—Me conoces mejor que nadie Aizen. Es precisamente ese maldito hijo de perra que me tiene así. ¡Estoy harto de que nos de ordenes como si fuéramos sus malditos perros! Todos creen sus estúpidas promesas pero yo no me trago toda esa basura. Si tengo la oportunidad le rebanare el cuello— sus ojos estaban llenos de odio.

—Seguro que si. Yo te apoyo en eso, sin embargo he escuchado que esa mujer a quien busca destruir, es una mujer muy hermosa. Apuesto que eso debe interesarte poderoso Björk— una sonrisa repulsiva se dibujo en la cara mugrienta del tipo, era desagradableen verdad.

—¿Hermosa dices? ¡Hump! Seguro alguna presa que se le habrá escapado. Como sea, lo que me interesa ahora es quitarlo del camino— Miraba a todos sus compañeros, el frenesí y el alboroto que causaban. Eran igual a una plaga de langostas, arrasaban todo lo que se les ponía enfrente.

—No... No es eso, según tengo entendido esa chica es la luna  de su unico hijo. El otro Ivanov que esta aliado con los cazadores. Escuche decir en una conversación bastante sospechosa que es la mejor prioridad del alfa darle muerte. ¿Me pregunto que la hace tan importante?— el sujeto achicó los ojos, meditando.

—Viéndolo así. .. Suena interesante— la boca de Björk se torció en una linea.

—¿Piensas utilizar eso a nuestro favor? Podría ayudar si capturamos primero a la mujer, y la negociamos al alfa, apuesto a que será grande la recompensa. El muy desgraciado daría lo que fuera por tenerla en su poder.

—¡Lo que menos quiero es ayudar a ese imbécil! Aunque, tal vez lo haga solo para fastidiarlo. Y si es tan hermosa como dices... tal vez la pasemos bien un rato— soltó una estridente risa llamando la atención de mas de uno de los ahí presentes.

—¡Tu y tus juegos torcidos! Bien te ayudaré. Pero hay un problema ¿Que pasara con el Ivanov menor? Es su luna, dudo que te la entregue así nada mas. Primero te haría pedazos.

—No sera un problema. Si quiere enfrentarme, con gusto lo mataré.

Ambos siguieron bebiendo hasta cerca del amanecer. Ideando un complot en contra de Nikolai.



...


—Espero que todo este listo, no pienso hacer mas larga la espera para esto. ¿Ya has avisado a tu gente?— jugueteando una uva entre sus dedos. Sus ojos brillaban a la luz del fuego.
Su voz, dura y sofocante.

Ieelen de pie a entradas de la enorme  tienda escuchaba atenta cada palabra, cada movimiento del hombre. Dio varios pasos hasta quedar a unos metros de él. El calor de las llamas hacían el lugar mas acogedor.

—Todo esta listo. Marcharemos a tus órdenes. Supongo tienes la ubicación exacta. Estos bosques son enormes y difícil de penetrar. No sera fácil si no tenemos un curso trazado.

—Deja de preocuparte por pequeñezes, no será problema encontrarlos. Se mueven lento si no es que no se han movido. Llevan heridos, así que hay que apresurar las cosas. ¡No quiero a esos malditos perros holgazaneando!— hacia mucho que las humillaciones de Nikolai ya no le afectaban, tenia razón. Muchos de sus hombres eran un completo desastre. Difíciles de controlar.

Para ella, era difícil. Nikolai tenia otra forma de convencerles. De una manera mas agresiva. No quería mas subordinados. Pues con el idiota de Björk era mas que suficiente.

De su cuenta seguir al alfa no implicaba ningún problema. Lo haría hasta el infierno de ser precisó. Lo amaba con una atracción psicótica.

Pero para ella eso era lo mas cerca que podía estar del amor después de tanto dolor.

Después de años de soledad. De sentirse un cero a la izquierda sin mayor motivación que sus propios hermanos. Pero ahora, con las promesas de Nikolai, tal vez las cosas cambiarían para todos ellos.

¿Que si había la esperanza de que él la dejase entra en su vida? No tenia ninguna. Pero eso no la hacia desistir, sino que todo ese poder la atraía como nada en el mundo.

Ya ni siquiera, el saber que serian libres para vivir sin restricciones, la hacia tan feliz como el estar a su lado.

Ella ganaría esta batalla sólo por él.

Haría cualquier cosa, por él.

—No habrá problema con ellos, eso te lo aseguro. Obedecerán todas tus ordenes Nikolai— el aludido se giro, para mirarla más de cerca. Llevaba esa estola alrededor del torso como de costumbre. Y su rostro , pintado con las marcas típicas de "guerreros" sin lugar a dudas era una mujer de armas tomar. Eso le había hecho confiar. No era como las demás... con esos rostros de inocentes, que resultaban ser peor que serpientes venenosas.

Por eso Ieelen era la única mujer en quien podía contar. Se guiaba por su instinto, no por sentimentalismos estúpidos. Eso era lo que necesitaba en esta lucha.

—Bien, eso esperó. Retirate. No necesito que cuides la entrada de la tienda. Puedo cuidar de mi mismo .

—Como digas... —con una pequeña inclinación salió de allí. El viento de la noche le pego de frente. Camino por entre los guerreros hasta toparse con el peor de todos.

—Así que... Al fin te echó de su tienda. Igual que a un perro fiel, Ieelen— los demás, solo serios no hacían sonido alguno. Si Björk quería pelea, seria él quien detuviera a la fiera.

Ieelen, sonrió de lado.

—¡Preparence para mañana! ¡Saldremos al amanecer! Y Björ, si tienes algún problema con eso..— se acerco a este y antes de que el pudiera prevenirlo, su puño se clavo en su rostro. Haciéndole girar la cabeza— sera mejor que termine aquí mismo tu maldita vida, antes de que infectes a los demás con tu ponzoña —llevo el arma hasta su cuello. Los ojos del roge se clavaron como dagas en la mujer.

"Es fuerte la maldita" pensó.

Guardo la hoja de la espada de nuevo en su funda.

—¡Y eso va para los demás!— con esa mirada gélida se retiro a su lugar de descansó.

"¡Ya me las pagaras maldita perra. Tu y ese infeliz!"





...

Kennya: Cazadora de Lobos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora