Capítulo 37

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"Cuando aquel depredador tiene ante sí a su presa, sabe que ha ganado. La pobre presa, solo se congela. Esperando ser devorada"


Un par de horas antes.

Alekséi sujetaba con fuerza al chico, la fuerza que usaba era tremenda, Sergei se removía como una fiera.

—¡Con un demonio! ¡Trata de aguantar un poco hermano!— su cuerpo se hacia cada vez mas pesado y su temperatura subía a velocidades tremendas.

Dmitry les dio alcance.

—Esto si es un problema. ¡Que haremos con él! Es peligroso en este estado.

—Solo debemos llevarlo a lo mas profundo del bosque. Y trataremos de contenerlo lo mas que podamos.

Ambos lo llevaron casi a rastras durante varias horas y así llegaron a un pequeño claro en una parte distante y profunda del bosque.

—Sabes, lo que mas temo ahora no son los roges o a tu padre. Si no a este lobo ingrato— Alekséi torció la boca en una mueca ácida. Realmente le daba lo mismo si esos malditos aparecían o no. Con un Sergei enloquecido en pleno celo tal vez ganaban la batalla entre los tres. El pensamiento lo hizo sonreír. Seria algo épico.

—Será mejor que dejes eso de lado por ahora. Es mejor buscar la manera de retener a este lobo estúpido.

Sergei ya no se mantenía en pie. Su cuerpo comenzaba a cambiar. El bien tonificado cuerpo de ese hombre dio paso al de un enorme lobo marrón.

El tiempo se agotaba de ese modo sería mas difícil contenerle pues así podía usar toda esa furia en su contra, su instinto podía cegar su poca razón.

—¡El tiempo se agota Alekséi!

—¡Buscare algo con que retenerlo! ¡Sujetalo bien Dima!— Alekséi corrió entre los arbustos buscando algo con que atarlo.

Dmitry usaba toda su fuerza tratando de  sujetaba el dorso del animal. Este se revolcaba furioso.

—¡No me obligues a golpearte Seryosha!— pero Sergei se negaba a obedecer. De un fuerte zarandeo se logro librar de aquellos brazos como el acero. Todo su cuerpo se tenso, y su pelaje se erizó. Gruñía listo para arrancarle la garganta a ese entrometido. Dmitry supo que estaba en una clara desventaja. Poco podría defenderse en ese estado.

—¡Maldicion!..— sin pensárselo mas tiempo se transformó también. Ambos animales se abalanzaron  mordiendo y arañando como dos leones furiosos.

La escena era aterradora. En un segundo de distracción Sergei logro derribar al beta. Este cayo desorientado. Sergei ni siquiera se fijo en sus heridas, eran pequeñas pero no paraban de sangrar. Se hecho a correr lejos siguiendo aquel aroma inconfundible. Aquel instinto de que necesitaba a su mate.

Alekséi al escuchar a lo lejos el alboroto, maldijo en lo bajo y corrió tanto como sus piernas se lo permitieron. Al llegar solo había un lobo herido tendido en el suelo y algo aturdido.

—¡Genial! !Dmitry estas bien! —se arrodilló a su lado. Por suerte estaba bien, solo tenía algunas heridas superficiales.

—El estúpido logro irse. ¡Debemos seguirlo! ¡A donde demonios se metería!..—Dmitry había regresado a su forma humana. Se frotaba la cabeza aliviando un poco el golpe.

—¿Quieres adivinar?

Ambos se miraron en silencio y echaron a correr en dirección al campamento, rogando que Sergei no cometiera una locura.

Kennya: Cazadora de Lobos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora