Capítulo 44

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"La mañana llega, un nuevo día.
¿Para vivir? ¿Para morir?
Mientras estés a mi lado, la muerte es bienvenida"



El sonido que hacen sus ropas al rozarse, el sonido de los metales adherirse a su cuerpo esbelto y su mirada atrapando los primeros rayos del sol.

Esos ojos brillan tan verdes y tan claros.

Se siente bendecida y a la vez maldecida.

Ha encontrado a su compañero, en medio de una cruenta batalla contra monstruos.

¿Seran los dioses tan misericordiosos como para dejarles vivir hasta entonces?

El sonido de suaves golpes a su puerta la inquietaron. El aroma le hace reconocer al instante quien aguarda del otro lado y sonríe.

Gira el pomo y lo ve ahí de pie, con esos ojos grises, no han cambiado mucho desde que era un cachorro. Siguen siendo ojos de niño tímido.

—Hola.

Su voz es apenas un resuello nervioso.

—Pasa... —al entrar la mira de tal forma que pareciera mentira que estuviera ftente a sus ojos. Con esa espada ceñida al cuerpo, lista para la batalla.

—Es increíble que estés aquí. Yo creí que tu... —bajo la mirada sin poder terminar la frase.

—No morí esa noche pero mis padres si. Él alfa me rescato de esos monstruos. Gracias a él estoy viva y lista para vengarlos.

—¡No pude hacer nada! Debí... protegerte con mi vida —apretó los puños con fuerza. Ella camino hacia él y acarició su rostro.

—Ambos eramos solo unos niños. No debes atormentarte ahora. Sin embargo estoy feliz de haberte encontrado Dima. El pequeño Dima... Recuerdo eso tu padre te lo decía siempre.

—¿Los extrañas?
Sonaba estúpido preguntar algo así.

—Siempre, todo el tiempo. Pero aun a pesar de no tenerlos, mi vida fue feliz, no soy solo la hija de un alfa, también soy guerrera y una loba. No olvides eso.

Eso era lo que mas le preocupaba, el que ella saliera y luchara contra esos sujetos. No quería verla lastimada, no mas de lo que ya había sufrido.

—No estoy de acuerdo con eso. Como tu mate no lo acepto.
Se planto frente a ella. Esta se giro, lo miro y sonrió.

—Aun no eres mi mate. Recuerdalo —dijo burlona.

—¡¿Acaso piensas rechazarme?! ¡Es eso! Se sentía amenazado. Asustado.

Lo miro sin emoción en el rostro, de pronto se quitó todo lo que llevaba de la cintura para arriba, la estola, la pechera, la malla. Descubrió su cuello. Y giro su cabeza.

—Inca el diente donde mas prefieras. ¡Eso no evitara que luche junto con los demás y venge la muerte de mis padres!

Dmitry no supo como reaccionar, ciertamente ya no era una niña pequeña, obligada a obedecer y someterse.

Kennya: Cazadora de Lobos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora