Capitulo 20

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La astuta avé y de enegrecidas alas surcaba los inmensos cielos nublados. Cientos, miles de árboles cubiertos de fría nieve dejaba tras de sí.

Con sus ojos agudos, buscaba rastro de su objetivo.

Y siendo un animal adiestrado, prontamente, un leve rastro de humo casi desvanecido, la llevó justo a donde quería.

...

Una horda de treinta o más de, desalmados y temibles rogues avanzaban hacía las montañas de Allughem. Un camino desolado, frío y peligroso.

Ieelen, aquella mujer de largas rastas en su enmarañado cabello obscuro, guiaba a sus hermanos.

—¡Ya saben a lo que hemos venido!¡Sin piedad! ¡Matar a los malditos cazadores!

Todos gritaron y rugieron en un grito de furia.

El enorme halcón descendió posándose en el antebrazo de Ieelen. En su pico llevaba un pedazo de tela. Tenía el aroma de la cazadora.

¡Ese era el lugar! ¡Ya podían avanzar con seguridad !

Cumplirían el mandato de Freiya. Matar a la cazadora y llevar de esclavo al Alfa.

—¿Segura que está tonta avé sabe el camino? Sería mas útil ensartada en un palo  —Fleur se acercó. Mirando de mala gana al animal emplumado.

—No subestimes a la mascota de Freiya. Este pajarraco es mas listo que la mayoría de los que venimos aquí.

Lo dijo mirando de reojo a los hombre y mujeres tras de ella.

—Como sea ¿Por que es tan importante esta chica? Me pareció de lo mas insignificante. A pesar de ser una cazadora.

—Me da lo mismo quien diablos sea...¡Es una asquerosa cazadora de lobos! No olvides que nosotros también lo somos. Solo quiero sacarle el corazón latiendo del cuerpo.

Se giró a su grupo.

—¡Avancen Maldición! Aún nos falta camino!

Y continuaron hasta perderse en el manto blanco.

...

Alekséi miró dudoso la perilla de la gastada puerta. Quería entrar, pero viendo el estado de Kennya, se lo pensaba. No quería confundirla o molestarla más de lo que ya estaba.

Hacía 15 minutos había dejando de romper y patear cosas. Esa era buena señal ¿no?

¡Infiernos! ¡El era un lobo! ¡no debería intimidarse tanto!

Entró el lugar estaba hecho pedazos. Y ella, miraba por el agujero donde antes seguro estaba una ventana.

—¿Kennya? ¿esta todo bien? —no lo creyó, viendo todo el desastre.

—No. Nada esta bien. Todo es un completo desastre. Mi vida es una mentira —se giró. Alekséi sostenía la perilla de la puerta —siento, que lo único real en mi vida... Eres tú —el de inmediato la abrazo. Fuerte.

—Y así será siempre. Jamás te mentiría ni te lastimaría. Eres mi todo Kennya.

—¿Crees que nuestro futuro, sea estar juntos? No importa donde estemos la obscuridad, siempre está ahí... Siempre.

—Tal vez siempre parezca así, pero estoy seguro que las cosas mejorarán para ambos. ¡Te lo juro ! Confía en mí.

En la visión esa mujer, no temió alzar su mano contra el feroz lobo, pero ella, dudaba de poder lograr ser feliz con Alekséi, después de todo ambos eran enemigos naturales.

Kennya: Cazadora de Lobos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora