¿El fin? Corrigiendo

3

Abrí los ojos. ¡Mierda!

No supe en que momento me quede dormida, de no ser por que muero de hambre ni siquiera habría despertado.

Me levanté del piso, me dolía la espalda y el cuello.

Lo primero que hice fue asomarme por la ventana.

No vi el carro de mis padres en ningún sitio y comencé a angustiarme.

Volteé y Daniel estaba en el sofá. Me quedé viéndolo sin pensar, siempre me había aparecido atractivo... Tenía que salir a buscar a mis padres, saber si estaban bien o... Daniel me estaba viendo divertido y confundido. No me di cuenta en que momento había despertado y ahora sentía mis mejillas colorarse.

"¡Mierda!" rápidamente volteé a ver otra vez por la ventana.

-¿Te pasa algo?-

-Mis padres no llegaron - contesté en un susurro inseguro. Decirlo era hacerlo un hecho y tampoco quería que me escuchará, aun que no sirvió para nada.

-¿Ves? Te lo dije - volteé a verlo indignada.

"¿Qué?" Este tipo lo había dicho de una forma tan fría, como si no le importará si me lastimaba o no.

-Y yo te dije que llegaran o no te tenías que ir - contesté con indiferencia y su gesto me hizo saber que di en el blanco.

Comencé a caminar a mi habitación. Tenía cosas más importantes que hacer.

-Así que en cuanto más rápido te marches mejor -

Entré a mi habitación y encendí el televisor. Pero este no prendió, creí que tal vez no había luz, pase los canales y en ninguno se transmitía nada.

Me acerqué a la ventana, habían algunos carros estampados en las paredes, saqueados y sangre, charcos de sangre y salpicada por todos lados.

"¿Eso paso en la noche?" Era una imagen digna de película de terror y no podía creer eso paso cuando dormía.

Me puse unos tenis. Salí de mi habitación y fui a la puerta decidida a ir a buscar a mis padres. Olvidando que Daniel aún no se iba.

-¿A dónde vas?- preguntó y se acercó.

-A buscar a mis padres, te puedes ir a la hora que quieras, pero de preferencia que sea antes de que regresé - contesté apresurada.

-¿Cómo voy a saber a que hora vas a llegar?- contestó burlón y obviamente, me moleste. El que jugará así conmigo en la situación en la que estaba y el que no nos conociéramos me estaba haciendo perder la paciencia.

-No lo se, te puedes ir justo después de que yo salga por esa puerta - no contestó ni hizo caso a mi enojo; solo me veía con lastima pero... si mis padres estaban muertos... lo sabría.

-¿Por qué quieres ir? Es obvio que no vas a encontrar nada - contesto muy seguro de si mismo y solo hacía que me enojara más.

-Mira, Daniel, si tu no quieres saber que carajos paso con tus padres no es asunto mio, y si crees que están muertos sin salir a buscar información estas mal, muy mal. Y si mis padres no están vivos por lo menos intentaré buscar información o ayuda - Todo era muy grave y las personas de apoyo ya tenían que haber pasado, era casi medio día, no lo habían hecho y yo debía buscar a mis padres.

-No tiene caso que salgas, NO vas a encontrar nada - su tono de voz comenzaba a cambiar.

-Pues prefiero salir y no encontrar nada pero ver con mis propios ojos lo que esta pasando que esperar aquí noticias y personas que nunca van a llegar -

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Iba caminando por la calle, a cada paso el miedo y angustia reemplazaba el enojo que sentía al salir de mi casa.

No sabía que estaba pasando y no sabía que esperar. Había sido impulsiva y no había pensado bien antes de salir, pero ya llevaba la mitad del camino, me arriesgaría.

Las calles estaban desiertas, las puertas de las casas estaban abiertas, algunas tenían manchas de sangre salpicada, (mucha sangre para ser sincera) incluso en algunas de ellas se escuchaban ruidos muy extraños, pero la verdad no pensaba acercarme para averiguar; algunos coches estaban en las mismas condiciones que las casas... "Escalofriante"

Cuando llegue a la avenida principal (un poco alejada de mi casa) todo era un caos había personas inconscientes por todas partes, mucha sangre, se veía realmente mal. Seguía sin poder creer que solo una noche basto para que todo se saliera de control de una forma tan abrupta.

No sabía cuanto tiempo llevaban estas personas muertas, enfermas o sabe el cielo que. Trate de caminar rápido y sin hacer mucho ruido. Lo que si era seguro es que atacaban y no quería verme en un problema sin tener información para saber que hacer, según eran personas enfermas y los podría o me podrían lastimar.

Llegue al salón en el que era la fiesta, mis ojos ardieron al ver el viejo auto color rojo estacionado en la entrada. Trate de contener las lagrimas y los malos presentimientos, llevaba toda la mañana haciéndolo...

Después de varios minutos me arme de valor y entré al salón, estaba exactamente igual que en la calle... Personas inconscientes por todas partes, desorden, sangre...

Caminaba por el lugar tratando de reconocer a mis padres...

Llevaba mas de 10 minutos buscando entre todos los cuerpos a mis padres, fue muy difícil porque algunas personas estaban realmente muy mal, tenían heridas horribles y el color que había tomado su piel me hacía creer que realmente estaban muertos.

Sentí un poco de esperanza; la cual se fue así como había llegado...

Entre al baño de mujeres y lo primero que vi fue a una señora con una niña en el piso frente a un baño, ambas heridas de gravedad.

Las olvide rápidamente. Cerca del lavamanos estaba mi mamá, en el suelo, con los ojos cerrados, pálida y con una mordida en el hombro. El vestido manchado de sangre, su piel, su cara.

Me acerque a ella lentamente, sintiendo que mi cuerpo se hacía más pesado y viendo con dificultad, mis lagrimas salían a montones y el nudo que se había formado en mi garganta dolía.

Caí de rodillas frente a ella, acercando mi temblorosa mano lentamente.

La cerré y alejé al sentir su piel helada y comencé llorar como un niño pequeño.

Estaba muerta. La parte superior de su vestido estaba lleno de sangre, las venas de su cuerpo resaltaban en color negro de su piel pálida. En su antebrazo faltaba un gran pedazo de piel, prácticamente podía ver su hueso.

-Mami - Intenté abrazarla pero su cuerpo era pesado.

Todo tipo de recuerdos invadieron mi mente, buenos y malos. Sabiendo que nunca más volverían a pasar.

Nunca imaginé que vería a mi madre de esa forma...

No se cuanto tiempo paso, el cuerpo de la niña comenzó a mover los dedos y la cabeza un poco. Al igual que el de la señora y el de... mi mamá.

Me levanté del piso y salí rápidamente.

Me dolían las piernas y en el salón todos los cuerpos estaba haciendo lo mismo.

Intenté correr rápido sin hacer ruido y sin llamar la atención, lo cual no me salió por que un momento de desesperación choque con una mesa y todos me voltearon a ver.

Maldije y comencé correr aterrada, como si mi vida dependiera de ello. Lo cual era, evidentemente, cierto... no quería enfermar ni morir.

En la calle, era la misma escena. Comencé a correr más rápido que en cualquier momento de mi vida.

Solo pensaba en correr hasta que llegar a un lugar seguro.