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-¿De qué querías hablar?- preguntó Daniel mientras yo me sentaba en el sillón individual para no compartir asiento con ninguno de esos tres chicos.

-De la nota - contesté sin importancia, esperaba que él siguiera el tema.

-¿Cómo te fue?- quise lanzarme a él y ahorcarlo por preguntar algo tan estúpido.

-No preguntes algo que ya sabes - contesté firme, sin exaltarme y sin romperme, me sorprendí. Llevaba intentado mostrarme así y en lo que creí que me derrumbaría no paso...

-Si, lo siento - susurró y bajo la mirada un momento. -entonces...-

-En la nota escribiste que estábamos solos y que un poco de ayuda nos vendría bien. Así que cuando alguno de los dos necesité algo acuda al otro - intenté acortar esta estúpida conversación.

-¿Ustedes están solos?- volteo a ver a los otros dos chicos y comenzaba a creer que era una mala idea seguir aquí.

-No, pero no se preocupen. Nos vamos a ir en cuanto podamos para no molestar - su voz ronca era un poco intimidante.

-No lo digo por eso, solo que si se quedan podemos hacer como un "equipo"- cuando me volteo a ver desvíe la mirada -¿Verdad? Elizabeth - "¡Mierda!"

-Tengo entendido que los esperan ¿Verdad?- vi a Damian, intentaba ser amable, ese niño era el único que no había sido un idiota conmigo.

Asintió y abrió un poco la boca, como si fuera a decir algo.

-¿Están solos?- preguntó Diego en voz baja y ronca. Me vio por un momento y desvíe la mirada. Si, estaba sola y así quería estar. -Lo siento ¿Dónde esta el baño?- los escuché caminar fuera de la pequeña sala.

Damian se acercó con una sonrisa tranquilizadora y una mirada comprensiva. Era increíble la paz interior que ese niño me hacía sentir.

-¿Cómo estas?- se sentó en el reposabrazos.

-Bien -

-Perdón por lo que paso con mi hermano hace rato, a veces puede ser un poco... imbécil, y tosco...-

-¿A veces?- pregunte alzando una ceja. Hace mucho que no lo hacia, mi prima solía reírse de ese gesto, ya que ella no lo podía hacer y me detuve en recordar, posiblemente ella ya estuviera muerta. -Tranquilo, tu no tienes la culpa. La culpa la tiene el por ser un idiota, pero supongo que nunca se le quitara...- dije con un tono un poco burlón, el niño solo río.

-¿De donde sacaron las armas?- pregunte cambiando de tema...

-De...- se quedo pensando cuando llegaron Daniel y Diego -son nuestras.- eso solo me confundió mas. Sonrió y se sentó donde antes.

Había algo extraño en su respuesta. Parecía querer esconder algo...

"Elizabeth ¡por favor! Deja de pensar en esas cosas y piensa en como sobrevivir..."

¿El fin? CorrigiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora