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Había pasado casi una semana. Una semana en la que no me habían dejado salir y había estado siguiendo "tratamientos" para que los moretones y raspones se quitaran.    

Encendí la luz, las pomadas si habían servido. La hinchazón en mi ojo había disminuido, ya estaba solo un poco morado y los raspones ya eran leves rasguños. 

Abrí la llave del agua y me lave las manos.

Apagué la luz y salí del baño. Me puse unos zapatos y sudadera. 

Salí de mi habitación y fui a la cocina...

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-Elizabeth - me hablaron. Deje los platos que había usado y lavado a escurrir.

Salí de la cocina, Daniel me vio, bajo de la escalera y se acercó a mi.

-¿Ya comiste?- pregunto y asentí -¿Puedes ir a ayudarle a Valeria? Al huerto, le estaba ayudando yo pero tengo que hacer algo urgente. - Volteo a ver hacía arriba, negó y me volteo a ver. -Hablamos después - comenzó a caminar hacía la escalera -ve por favor - asentí y subió más rápido.

Cerré mi sudadera y salí de la casa.

Caminé al huerto...

-Valeria - le hablé fuerte desde la entrada; me volteo a ver y camino hacía mi. -Hola - dijimos al mismo tiempo. -Daniel me pidió que viniera ayudarte -

-Oh...- volteo a ver un armario confusa -ponte esas botas - señalo con el dedo unas botas de plástico de color amarillo. 

Me senté en el piso, me quite los zapatos, me puse las botas y los deje en donde estaban los de los demás.

Entré con ella, di un vistazo al rededor. Era grande, estaba dividido en forma de cuadros...

-¿Qué pasa?- 

  -Algunas plantas se ahogaron y necesitamos quitarlas. Daniel y yo lo estábamos haciendo.. pero de repente me dijo que tenía que ir a hacer otra cosa urgente -  

Nos acercamos a una de esas divisiones; había carretillas, palas grandes, pequeñas y bolsas grandes de color negro. Valeria se hinco de rodillas sobre la tierra, dude unos segundos e hice lo mismo.

-¿Que vamos a hacer?- señalé las cosas.

-Todas estas plantas están muertas - movió su mano en un movimiento circular, entendí que se refería a toda la zona -las tenemos que sacar - tomó dos palas pequeñas y me dio una -así - metió la pala en la tierra, sacó tierra con la planta muerta y las raíces colgando a los lados -separas la planta de la tierra y la tiras en las bolsas, la tierra en la carretilla - asentí

-¿Nada más esta parte?- pregunté viendo al rededor, habían más chicos haciendo lo mismo en varias partes.

-Si, un par de cuadros más - Imagine que les decían así por la forma en que estaban separados -con las lluvias se abrió - señalo el techo -el agua entro y se ahogaron - asentí -tienen que plantar nuevas semillas -

-¿Qué haces aquí?- le pregunté -Esto no es lo que te toca -

-Ehh... Si... pero... quería ayudarle a... Daniel...- susurró su nombre

-¿Por qué?- pregunté y deje de hacer lo que hacía -No sabía que eran amigos -

-Si, lo se. Pero el día que Nico nos puso juntos conversamos y es un chico muy amable...- me volteo a ver -después ocurrieron muchas cosas... tú y yo ya no pudimos hablar - asentí

-Carmen - gritó alguien, ambas volteamos y Carmen apareció corriendo hacía nosotras y pisando algunas plantas a su paso. Daniel la seguía pidiendo perdón a los chicos del huerto y cuidando donde pisaba.

¿El fin? CorrigiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora