Inés y Daniela están paradas detrás de mí y me miran seriamente.
-Teresa, no podemos seguir así.
Abandono el riego de los frutales y dándome vuelta les digo con franqueza.
- Inés, yo tampoco sé que hacer.
- Debemos irnos de aquí.
- ¿A donde? ¿Que haremos? ¿Como sobreviviremos? ¿Y nuestra misión?
Daniela me mira y me replica:
- ¿Cual es nuestra misión ahora? ¿Rezar por una humanidad que hasta donde sabemos ha desparecido? ¡Dios nos ha abandonado!
La miro con tristeza
- Dios no nos ha abandonado. Aún siendo las únicas sobrevivientes, Dios nos está dando una segunda oportunidad. Mañana tomaré una decisión.
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El Ultimo
AdventureEl olor nauseabundo me descompone, las imágenes son horripilantes, los perros vagabundos y las aves de rapiña son los nuevos amos de las ciudades.