Capítulo 1 Adiós a un amigo.

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- Papá, ¿Por que se tiene que morir?

Con lágrimas en los ojos abrazo a mi hija.

- Es el ciclo de la vida Cati, ya nos abandonó Dulce hace dos años, todos alguna vez moriremos, Indio está muy viejito…

Un nudo en la garganta me impide continuar, acaricio la cabeza de mi compañero, han pasado dieciséis años desde que nos encontramos en ese lejano hipermercado de Córdoba; inmediatamente se convirtió en un amigo, el mejor que se puede tener. Su valor, lealtad y devoción caracterizaron todas las acciones en su vida. Ahora yace ciego sobre una manta en la cocina. Su oído, aún atento, guía a su cabeza en mi dirección, arrima su hocico, huele y lame mi mano con cariño.

- Vamos Indio, - Digo llorando, - Tranquilo, no te voy a abandonar.

Los años han pasado velozmente, la comunidad ha crecido enormemente, hemos duplicado su población. El agua y el alimento no ha representado un problema, a pesar de que debemos producir unos cuarenta kilos de alimento diario. El problema son algunos faltantes críticos, anticipándonos estamos elaborando aceite en base al maíz, la sal la obtenemos dejando agua de mar sobre un gran tela de nylon que produce una especie de laguna amplia de muy baja profundidad; al evaporarse el agua se forma una fina película blanca que recogemos una vez por semana. Teresa ha logrado producir manteca y queso a partir de la leche de las vacas.

En estos años los Tukanos encontraron mas caballos pastando en las praderas cercanas, y ahora tenemos una pequeña tropilla de unos diez ejemplares entre los cuales hay tres yeguas embarazadas. También las vacas se han reproducido al igual que las ovejas; pero lo mejor que nos ocurrió fue encontrar gallinas, un verdadero milagro, las mismas estaban en un bosque lejano viviendo en las ramas bajas de los árboles en las afueras de Itapema, nadie entiende cómo lograron sobrevivir, en particular con los gatos salvajes que ahora merodean las ciudades.

Desde entonces nuestra dieta incluye carne blanca y huevos,  que sumado al maíz, las verduras, las frutas y el pescado, aportan, según nuestro médico del otro lado del mundo, una dieta bien balanceada y rica en proteínas, nuestras comidas no serán dignas de un restorán de cinco tenedores pero de hambre no moriremos. 

El canto de los gallos ahora marca el comienzo de las actividades de la comunidad. El mundo ha cambiado enormemente, las ciudades se han convertido en un extraño ecosistema animal. Los altos edificios con sus ventanas rotas son el hábitat de pájaros de las más variadas especies y tamaños. Los gatos ganaron la batalla sobre ratas y perros, éstos últimos, más domésticos, jamás se acostumbraron a cazar, carroñearon por un tiempo y luego se extinguieron. El resto de los animales que el hombre alguna vez domesticó, con excepción de los que conservamos en nuestras granjas, han desaparecido o sobrevivido en forma salvaje alejándose de las ciudades.

Mi mayor preocupación es ver como, los servicios a los que estuve acostumbrado buena parte de mi vida van desapareciendo. Conservo en el depósito de la casa innumerables artículos eléctricos, baterías, paneles solares, repuestos de los más variados, desde plomería hasta electricidad, utensilios y herramientas, telas, lonas, planchas de vidrio, madera, metal, maquinas de coser, sábanas, papel higiénico, ollas, aceite, sal, y una innumerable lista de provisiones que año a año se agota o rompe y que se hace cada vez mas difícil reponer. El depósito daría envidia a algunas ferreterías o almacenes de mi barrio en Córdoba, pero soy conciente de que el servicio de “reposición” cada vez es más costoso.

Nuestros viajes habituales a Florianópolis ahora se alternan con viajes a las localidades costeras vecinas. Me guste o no, deberemos aceptar que tarde o temprano mis hijos y yo extrañaremos el milagro de apretar una tecla y que se prenda la luz, o abrir una canilla y que salga agua, u obtener fuego de un fósforo o un encendedor. En algunos conceptos relacionados con el confort y la industria, retrocederemos hasta la edad de piedra.

La vestimenta, si bien no es muy variada, nos mantiene abrigados los pocos días fríos que tenemos al año, Cecilia es nuestra diseñadora de ropa, dos veces al año realiza su desfile de temporada. La ocasión es motivo de fiesta en la comunidad, sombreros, pantalones y camisas son presentadas por nuestros hijos motivando los aplausos de todos, los mas divertidos son los tukanos, algunos, en particular las mujeres, se prueban las vestimentas riéndose a carcajadas, pero luego vuelven con total desparpajo a su habitual desnudez. Yo en cambio soy el encargado del calzado, con sentido práctico he desarrollado un modelo de sandalia muy básico y simple, corto el material remacho las tiras y listo.    

Mi mayor obsesión es mantener mi barco siempre en condiciones, “el Arca” siempre está lista para realizar un viaje, además mi hija Catalina de catorce y mi hijo José de doce años ya son expertos navegantes, con ellos hemos amarrado al pequeño puerto más cercano a la casa, los mejores barcos que hemos encontrado en las inmediaciones. Ya hemos debido “canibalizar” algunos para proveer los repuestos necesarios para nuestro barco. Somos conscientes que la principal vía de transporte que tenemos es el mar.

Cecilia y Teresa son las responsables de la educación de los niños. Si bien todos hablamos más o menos bien portugués y español, diariamente usamos una suerte de “portuñol”. Cuando presentamos la idea de la escuela, los tukanos al principio se resistieron, pero, con paciencia, convencimos a Kaborí de que no influiríamos en su modo de vida, y como prueba de ello lo incluimos como profesor de las “materias” de  caza, pesca y medicina natural. La escuela funciona en un salón al norte de la zona portuaria cercano al río, y cuenta ya con unos quince niños mayores de cuatro años.

El “Ciclo Lectivo” es muy elástico, contempla excepciones para las épocas de cosecha y siembra, ya que los niños mayores ayudan en las tareas de la comunidad.

Hemos dividido a los niños en dos grupos por edad y velocidad de aprendizaje. De cualquier manera las materias no son muy exigentes dada la real aplicabilidad que existe del conocimiento, el “plan de estudios” para materias como Geografía, Historia, Matemáticas, Literatura, prueban otra vez la magnitud del impacto de la tragedia por la que acaba de pasar la raza Humana.

Obviamente los niños eligen todos los años a Kaborí como el profesor preferido, sus materias son las únicas, a las que le encuentran una utilidad práctica en sus jóvenes vidas.

El mes pasado Kaborí, se ha ausentado internándose solo en la selva sin previo aviso. Su mujer responde con un enigmático “está de duelo, regresará en una luna”. Hoy Kaborí aparece, flaco y demacrado, viene a saludarme y me aclara el motivo de su ausencia, su padre ha muerto. Me explica que su última advertencia fue que nos cuidemos, que hay más hombres enemigos de la tierra.

Finalmente Kaborí, antes de retirarse, se acerca a Indio y agachándose lo acaricia con inmenso cariño y le dice al oído.

- El paye te tiene reservado un lugar a su lado amigo, ahora, ya puedes irte en paz.

Cecilia nos llama a comer.

Los cuatro nos sentamos en silencio. José, a pesar de ser el mas joven, me mira a los ojos, y sin decir una palabra estira su mano y toma la mía. Todos queremos inmensamente a Indio y él sabe lo que estoy sufriendo.

A la mañana siguiente Indio ha muerto. Por la noche se ha arrastrado silenciosamente al lado de mi cama. Ha querido morir a mi lado.

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