- Y ahora que hago! Pregunto nervioso.
- Nada - dice Cecilia, - ella sola sabrá qué hacer.
Dulce está con dolores de parto, Indio y yo nos miramos ansiosos sin saber que cuernos hacer. Indio se hecha a su lado y lame su cabeza permanentemente.
Cecilia, más práctica, ha llenado una palangana con agua tibia, unos trapos y se sienta al lado de Dulce esperando el momento.
De pronto, nace el primero. Hábilmente Dulce corta el cordón umbilical con sus dientes, lame al cachorro y se alimenta de su propia placenta.
- Ajjj, ¿eso está bien?
- Si. - me contesta sonriendo Cecilia.
Me retiro de la sala de partos y voy a la radio para no hacer más el ridículo.
Hemos establecido contacto con todos los sobrevivientes equipados con radio. Las historias de todos son tan inexplicables como la nuestra y todos compartimos las mismas preguntas:
¿Cuantos mas habrá que no pueden comunicarse?
¿Cuantos habrán muerto por falta de recursos o simplemente por desesperación?
¿Por que no hemos muerto nosotros?
¿Como se sigue a partir de ahora?
¿Como aseguraremos la supervivencia de la especie?
Ha pasado más de un año desde el desastre, Teresa e Inés nos visitan a diario con su carro, todos los domingos pasamos el día y almorzamos juntos. Se han instalado en una de las granjas vecinas de Tijucas. Desde allí intercambiamos productos, alimentos y asistencia. De hecho, he instalado energía eléctrica con paneles en su granja y nos comunicamos a diario con los handies. Indio las visita con frecuencia y en una de sus salidas con mi perro por las granjas vecinas han encontrado dos vacas, un toro y un ternero pastando en la pradera; con la ayuda de Indio los llevaron hasta el corral de la granja. En cuanto a la “comunidad Radial”, Jimmy es el eje de la humanidad, hemos establecido horarios para hablar en grupo, pero siempre estamos en escucha por si alguien necesita conversación.
En pocos meses, consejos prácticos, medicamentos naturales, fuentes de energía y hasta recetas de cocina circulan por el éter, elevando el estándar de vida de los grupos sobrevivientes.
El pequeño grupo europeo se ha concentrado en Italia y han formado una pequeña comunidad en las afueras de Sorrento de unos nueve habitantes.
Estoy hablando con Joao, un sobreviviente de Manaus que, misteriosamente ha encontrado hace unos días un pequeño grupo de aborígenes del Amazonas, cuando llega Cecilia limpiándose las manos y me indica que ya puedo pasar a felicitar a los orgullosos padres de cinco cachorros.
Me despido de Joao, Indio sale a mi encuentro moviendo la cola como un ventilador. Me acompaña a la galería y allí Dulce me mira orgullosa mientras amamanta a sus crías.
Cecilia me abraza y besa feliz. Han nacido tres hembritas y dos machitos que ella ya ha bautizado e intenta que memorice sus nombres con cierto fastidio.
Increíblemente, a un año de la tragedia soy feliz.
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El Ultimo
AdventureEl olor nauseabundo me descompone, las imágenes son horripilantes, los perros vagabundos y las aves de rapiña son los nuevos amos de las ciudades.