Indio ya reconoce nuestro puerto. El viaje de vuelta ha sido rápido. Hemos venido hablando con Cecilia todo el tiempo y nos hemos convertido en íntimos amigos. No es que no piense en relaciones íntimas, llevo mucho tiempo sin estar con una mujer, pero no puedo evitar respetarla y admirarla; es una mujer con mucho valor, tengo sueños eróticos casi todas las noches pero no puedo arruinar esta relación, voy a esperar que ella dé el primer paso. Al llegar a puerto conmino a Cecilia a dejar su baúl en el barco, la casa está a unos quinientos metros pero subiendo un empinado morro, no pienso cargar el dichoso baúl hoy.
Al llegar a la casa recibo una agradable sorpresa.
- ¡Hola Niebla!
Mi yegua ha conseguido salir del corral donde la dejé y ha recorrido el camino para buscarnos, hasta Indio está feliz de verla.
Hago a Cecilia la visita guiada por la casa y ella elige su cuarto, suspiro desilusionado, tenia la esperanza…
Cenamos comida enlatada y nos acostamos a dormir.
Por la mañana troto los mil metros que nos separan de la granja, busco la montura, las riendas y unas sogas y vuelvo a la casa.
Ya con Niebla ensillada salgo a buscar un sulky. Paso todo el día buscando por todas las granjas, finalmente al caer la tarde en un establo consigo lo que buscaba, ato a Niebla al sulky y llego trotando orgulloso, ahora tenemos como subir el baúl. Cecilia me espera sentada en la galería, a su costado está el baúl.
- Cómo pudiste subir sola un baúl que pesa más de cien kilos!!
- Haciendo diez viajes de diez kilos. - me dice como dirigiéndose a un niño.
Me siento un absoluto estúpido, solo por molestar pregunto.
- Y el baúl?
Sonriendo me mira y contesta enigmáticamente
- Indio me ayudó. ¿Vamos a comer?
Cuando entro al comedor, la cena está servida, paso a lavarme las manos y veo por la puerta entreabierta del depósito un carrito de dos ruedas para transportar valijas… sonriendo vuelvo a la mesa.
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El Ultimo
MaceraEl olor nauseabundo me descompone, las imágenes son horripilantes, los perros vagabundos y las aves de rapiña son los nuevos amos de las ciudades.