El interior del container se parece mucho al habitáculo de una nave espacial. El hombre se sienta en una silla y ofrece la cama como asiento a sus invitados. Kaborí, lanza en mano se mantiene de pie. Diego toma asiento y pregunta:
- ¿Como sabe nuestros nombres?
El hombre sonríe y dice.
- Sus nombres son conocidos por todos nosotros, los escuchamos en sus conversaciones por radio con los otros sobrevivientes todos los días.
- ¿Nos escuchan? ¿Quienes son ustedes? ¿Cómo sobrevivieron?, ¿por qué no contestaron por radio?
- Diego, son muchas preguntas, si me dejas que cuente mi historia tendrás todas las respuestas… empecemos por el principio mi nombre es Arthur, ¿quieres tomar una Coca-Cola?
Diego siente que va a enloquecer, ¿una Coca-Cola? Incrédulo asiente con la cabeza mientras Arthur abre un panel, extrae y le extiende una lata de Coca-Cola helada. Arthur se sienta y comienza.
- Hace 30 años un joven de 19 años era asesinado en Seattle, Washington, Estados Unidos. Ese joven era mi sobrino…
Arthur continúa explicando que su hermano el multimillonario Roger White enloqueció de dolor. Su hijo había muerto victima de un compañero que, luego de asaltar al mediodía, la cafetería de la facultad de Ingeniería de la Universidad estatal de Washington, acribilló a todos los que allí almorzaban, y luego se suicidó. Roger White no podía ni siquiera vengarse, pero algo debía hacerse, su primogénito había muerto, su hijo era el ser que más amaba en el mundo, y un demente se lo había arrebatado, La sociedad estaba perdida, el mundo iba en una dirección equivocada.
Roger intentó suicidarse pero no tuvo el coraje, pasó casi un año sumido en la más profunda depresión, pero repentinamente un día, todo volvió a la normalidad, o así creímos nosotros, los más allegados.
Con el excéntrico pretexto de preparar una comunidad autosuficiente en caso de un desastre nuclear provocado por grupos radicales islámicos, fue agrupando familias voluntarias con la intención de que se radicaran en un pequeño pueblo fundado sobre tierras desoladas adquiridas al gobierno de Nueva Zelanda en el cabo norte próximas a Spirit Bay.
El proyecto “nuevo mundo” no alcanzó trascendencia mediática ya que fue considerado una excentricidad de un millonario loco, pero estaba planificado con precisión milimétrica. Roger montó una planta generadora de hidrogeno a partir de electrolisis del agua, la energía eléctrica la provee una granja eólica, desparramada a lo largo de toda la superficie de las tierras adquiridas; no toda la energía eléctrica generada produce combustible, también mueve motores y alimenta las casas e industrias instaladas en la ciudad del futuro.
Roger no olvidó nada, desarrolló grandes tanques de almacenamiento de hidrógeno, acopió materia prima para sus industrias básicas, repuestos, tecnología, alimentos, implementó granjas hidropónicas, establos y pesebres poblados de todos los animales que proveen alimento al hombre, el transporte estaba resuelto mediante aviones con tecnología VTOL (Vertical Take Of and Landing) que permite despegar y aterrizar en lugares limitados casi como un helicóptero, así como vehículos terrestres de trabajo y transporte y barcos cargueros, todos ellos alimentados a hidrógeno. Las celdas de energia y repuestos de dichos motores era una de sus fábricas principales. Hasta teníamos un satélite en órbita que nos proporcionaba imágenes e información de todo el planeta. Pero quizás lo más ambicioso era el bunker autosuficiente. El mismo permitía alojar a más de mil personas por un tiempo aproximado de un año. Millones y millones de dólares fueron invertidos en este proyecto, hasta que un día todo estuvo listo.
Roger nos convocó a todos, nos dijo que el día había llegado, nos mostró las imágenes de Nueva Delhi que dieron la vuelta al mundo, nos dijo que éramos la única comunidad preparada para sobrevivir en el planeta. Luego del discurso unas trescientas familias ingresaban al bunker con la angustia de la inminente debacle que se cernía sobre la humanidad, ninguno se dio cuenta en ese momento que ese día era el decimoquinto aniversario de la muerte del hijo de Roger.
En este punto Diego interrumpe el relato
- ¿Como?, ¿El mismo día?
- Sí Diego, ni siquiera yo supe hasta un tiempo después que faltaba otra pieza en el rompecabezas. La idea fue surgiendo poco a poco en mi cabeza. La posibilidad me torturaba, finalmente enfrenté a mi hermano con mis peores pensamientos y obtuve la respuesta que no quería oír. El virus había sido desarrollado en los laboratorios de Roger por su encargo.
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El Ultimo
AventuraEl olor nauseabundo me descompone, las imágenes son horripilantes, los perros vagabundos y las aves de rapiña son los nuevos amos de las ciudades.