𝔻𝕚𝕤𝕔𝕖𝕕𝕚𝕥𝕖 𝕒 𝕞𝕖, 𝔸𝕞𝕠𝕣𝕖. | 𝐀𝐥𝐞𝐜 𝐕𝐮𝐥𝐭𝐮𝐫𝐢 |

𝙿𝚛𝚎𝚏𝚊𝚌𝚒𝚘

Prefacio

Hay cosas, acciones, que están fuera de nuestro criterio, estas acciones sean buenas o malas, para bien o para mal, siempre traerán una reacción, una consecuencia. A veces una acción involuntaria de alguien puede afectarte directa o indirectamente, estas acciones indirectas pueden empujarte hasta llegar a tu destino o a tu razón de existir.

Eso fue lo que me pasó a mí. Por una acción involuntaria de alguien cercano a mí, hizo que llegara al borde de mis límites, esa pequeña línea que es muy fácil cruzarla y casi imposible volver hacia atrás una vez que logras entender que no debiste cruzarla, que si estaba ahí fue por alguna razón. Pero luego te das cuenta que no puedes regresar el tiempo, que debes asumir las consecuencias de tus actos, que no ganaras nada en pensar que quieres volver atrás. Pero de eso se trata la vida, de tropezarte y luego levantarte, la cosa es en tener la fuerza y voluntad para lograr seguir adelante.

Me costó mucho tiempo entender esto.

La vida se trata de romper las reglas, de desafiar a todos por lo que crees que es correcto, de enfrentarte a todos sin miedo a fallar por lo que amas, así sea sobreponerte a lo que crea tu familia, pero solo si es por una buena causa.

Para algunos la vida es muy corta, efímera, pero para otros, que se nos da la oportunidad de hacerla más duradera, tenemos que aprender a vivir con nuestro pasado, a cargar con nuestros errores, a remendar nuestras fallas y a vivir en paz, es más complicado, porque tenemos que aprender a tolerarnos y poder vivir con nosotros mismos en calma. Porque solo nosotros nos acompañaremos y estaremos juntos hasta el final.

He cometido errores en mi vida, unos más grandes que otros. Le cause dolor y angustia a las personas que poco a poco se convirtieron en algo importante en mi vida, que se convirtieron en... mi familia.

No sé que pasara mañana o en una hora, pero de lo que estoy segura es que ellos estarán para mí y yo para ellos... hasta el fin de los tiempos.