Capítulo 10

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Capítulo 10

Luego de esa gran revelación por parte de Seth, lo único que pude hacer es ponerme de pie caminar lejos de ellos hasta la orilla del mar, tapar mi cara con mis manos, una reacción estúpida de mi parte, pero no es tan fácil enterarte que tu mejor amigo es un hombre lobo, suelto un gran suspiro, eso es imposible, todos en este estúpido pueblo son seres sobrenaturales.

Ahora nos encontramos en medio del bosque, en el lugar donde según entendí es como su santuario y me mostraran como se transforman en lobos, esto me da algo de miedo.

-¿No estoy en peligro cuando se transformen?- pregunto dudosa por no se cuanta vez consecutiva.

- Ya basta Juliette, ya te explique qué no, solo no tienes que estar tan cerca mientras la transformación se lleva acabo- dice Sam con voz demandante, yo solo asiento un poco atemorizada.

Todos se alejaron y se pararon a una distancia prudencial de mí, yo retrocedí un par de pasos de ellos y observe con fascinación como se convertían en lobos, enormes y aterradores lobos, aunque sus pelajes de diferentes colores los hacían lucir hermosos.

Ya hace casi dos meses de eso, sinceramente he estado muy distraída últimamente, mi madre sigue con sus planes de boda, por ese motivo no he hablado casi nada con ella, los Cullen cada vez que voy a su casa tratan de acercarse a mí, pero yo solo me encierro en la biblioteca a leer hasta que se hace hora de volver a casa y al llegar no dejo que mi madre me hable, y vuelvo a mi cuarto.

Mi madre trata de que me integre en los preparativos de su boda que será en un par de meses, para ser más exactos en agosto, nada de eso me importa mucho la verdad, trato de hacer que me intereso pero lo dejo rápido con la excusa de los exámenes finales que están cada vez más cerca y así es como me zafo de todo eso.

Por lo que me entere de mis muy frecuentes visitas a la casa Cullen, Edward está tratando de convencer a Bella para que ambos se casen y así él la transformara como ella tanto lo desea, no me meto en sus problemas porque para ser sincera me importa poco lo que sea que ella quiera, ni siquiera hablo con ella.

Según tengo entendido algo que Alice me conto en su intento por ser amable y que seamos amigas según como ella había "visto", tengo que ayudarla a convencer a Bella para que tenga una fiesta por su graduación, o algo así, me lo dijo mientras estaba leyendo un libro así que no le preste mucha atención, este último tiempo han reforzado por así decirse la seguridad o vigilancia que ahora me entero tenía desde que los Cullen volvieron de quien sabe dónde.

Las cosas con Seth no van muy bien que digamos, mi madre en su afán por integrarme a los Cullen me roba todo el tiempo que podría estar yo con él, algo completamente molesto. Y de algo que también me he dado cuenta es que casi todo lo que ella hace últimamente me molesta, no soporto tenerla cerca, es un desagrado general hacia su persona. Algo muy frustrante, mi único momento de paz es cuando estoy en el Instituto.

En este momento estoy de vacaciones, más precisamente en la casa de los Cullen en la supuesta fiesta de graduación de Bella, algo que me había contado Seth por teléfono era que Bella y Jacob se habían peleado pero ahora lo veo aquí en su fiesta, esto no tiene ningún sentido.

Pero la verdad es que no me importa pues, no conozco a Bella y a Jacob, nunca he hablado con él. En eso siento unos brazos enrollarse en mi cintura me quedo paralizada hasta que escucho una risa, ese sin duda es Seth.

-Seth, ¿Qué haces aquí?- pregunte más que sorprendida.

-Quería verte- dijo con simpleza mientras se mecía conmigo aun entre sus brazos de un lado al otro al ritmo de la estridente música de la fiesta.

-Seth, creo que así no se baila este tipo de música- digo tratando de no reír.

-A mí me gusta así.

Estuvimos de la misma manera por un rato hasta que Seth me soltó por fin y en su cara no había una sonrisa como esperaba, en su lugar estaba serio y me tomo de la mano y sin decir palabra alguna me arrastro hasta donde estaban los Cullen, mi madre y algunos de la manada; parecían estar hablando de algo serio.

La verdad casi no entendí de que hablaban, y poco o nada me importaba, era algo referente a Bella, algo sobre una tal Victoria y unos Neófitos que venían en busca de Bella, esta última creía que esa tal Victoria o pelirroja como la llamo Jacob, tenía algo que ver con los Neófitos.

Decidieron que Jasper los ayudaría no sólo al resto de los Cullen sino también a la manada a aprender cómo luchar contra los Neófitos, tal parece él es el que tiene más experiencia con los Recién Convertidos. Seth me invito a ir con ellos a ver el entrenamiento, pues los Cullen querían que me quedará en la casa. Todo fue bastante entretenido aunque casi no veía nada, se movían muy rápido. Estuve dándole vueltas al asunto y tuve que darle la razón a Bella, si yo fuese esa tal Victoria y quisiera venganza sin duda trataría de distraer a los Cullen con las visiones de Alice y me mantendría en las sombras para así atacar en el momento indicado.

Pasaron los días y ya el plan estaba trazado, sólo faltaba que llegará el momento; yo misma había decidido quedarme en casa de Seth sin importar las quejas de mi madre, era un lugar seguro y así le haría compañía a Sue y Emily la pareja de Sam.

Sólo esperaba que no le pasará nada malo a Seth o a Leah; y muy en el fondo a ninguno de los Cullen, aunque los detestaba a unos más que a otros nunca les desearía el mal. Lo que en verdad me molestaba es que por culpa de esos neófitos que perseguían a Bella, Seth podría salir lastimado, no hace mucho que era parte de la manada pero no podía interferir en lo que respecta a las decisiones de Sam, no podía expresar mi incomodidad con esta decisión, más cuando Seth estaba muy emocionado con la idea de matar vampiros.

No quería desanimarlo y sabía que junto a los demás se había estado esforzando al entrenar, a estos si no me dejaron ir, decían que era muy peligroso, lo irónico del asunto es que ellos no confían en vampiros pero me dejaron asistir a ese entrenamiento y no al de ellos solos, pero entendía sus razones, su deber era proteger a los humanos y eso me incluía.

Hoy era el gran día, ya todos estaban en el lugar acordado, había decidido no involucrarme en nada relacionado a ese asunto. Me la había asado todo el día leyendo, aunque no tengo ni idea de que libro era o de que se trataba solo podía pensar en Seth. Una conversación que había escuchado por accidente entre Leah y Sue me tenía preocupada, en la posibilidad de que Seth sintiera algo por mi más que una amistad, porque sin duda yo lo quería pero solo como un amigo, no me sentía preparada para tener un novio en ese momento de mi vida.

Lo mejor era terminar de resolver mis conflictos, todos emocionales, comenzar a aceptar de una vez por todas que mi madre había decidido su vida, que quiera o no formare parte de ella, y que sobre todo ella cambiaria porque, no era estúpida, era lógico que al casarse con Exen este la transformaría y yo no la vería por unos tres años, todo dependiendo de como controlase su sed, era feo pensar que tu madre podría intentar matarte solo por tomar tu sangre. Eso me causaba pesadillas por las noches. De las cuales no hablaba con nadie, tampoco pensaba mucho en ellas, no era seguro para mí ni siquiera el pensar o sentir.

Ya era de noche cuando todos volvieron, no faltaba ninguno tal vez salvo por Jacob que había salido herido y estaba en su casa esperando que Carlisle fuera a atenderlo. Estaba feliz en parte, pues todos habían regresado sin daños mayores, Jacob se recuperaría rápido y todo volvería a la normalidad, digo si vivir rodeada de seres sobrenaturales se le puede llamar como normal.

𝔻𝕚𝕤𝕔𝕖𝕕𝕚𝕥𝕖 𝕒 𝕞𝕖, 𝔸𝕞𝕠𝕣𝕖. | 𝐀𝐥𝐞𝐜 𝐕𝐮𝐥𝐭𝐮𝐫𝐢 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora