𝔻𝕚𝕤𝕔𝕖𝕕𝕚𝕥𝕖 𝕒 𝕞𝕖, 𝔸𝕞𝕠𝕣𝕖. | 𝐀𝐥𝐞𝐜 𝐕𝐮𝐥𝐭𝐮𝐫𝐢 |

Capítulo 23

Capítulo 23

-Entonces, ¿Qué dices? ¿Aceptas?- batí mis pestañas, hice un pequeño puchero marca Lena y uní mis manos como si estuviera suplicando, cosa que prácticamente es lo que hacía, pero no tenía alternativa llevaba más de media hora insistiendo.

Él me observaba con atención, podía ver la duda en su mirada, como su voluntad se hacía añicos y luego vino la tan esperada rendición total ante mis encantos.

-Acepto.- dijo por fin a regañadientes, ya completamente rendido y mi mascara de tristeza, sufrimiento y ruego se cayó para ser remplazada por una gran sonrisa de triunfo. Sin más salte a abrazarlo.

-¡Gracias, gracias, gracias!- dije sin soltarlo y dando pequeños saltos en mi lugar.

-Ya Juliette, suéltame- dijo ya irritado con mí entusiasmo.

-Eres un amargado, Seth Clearwater- me aleje de mi mejor amigo con fastidio, luego de que le rogué para que sea mi pareja del baile de graduación, mi graduación, así es como me paga.

-¿Sabes qué? Mejor le digo a Embry o a Quil que me acompañen, o quizás a Jared, ya que no le importo a mi mejor amigo.- digo recalcando el "mi mejor amigo". Sí, es un golpe bajo y chantaje emocional que nunca puede faltar, me di la vuelta simulando que iría en busca de uno de los tres mencionados y al ya no ser vista por él sonrío.

3 ... 2 ... 1

-No, Juliette espera. No tienes que hacer eso.- me sujeto del brazo para evitar que me vaya. Me gire para verlo sin ninguna expresión en mi rostro.- Tranquila seré tu pareja.- y ahora si sonreí abiertamente, ya no se arrepentiría, había caído en mi trampa y para cuando se diera cuenta ya sería demasiado tarde. Soy tan mala con el pobre e inocente de Seth. El chantaje emocional siempre funciona.

Cuando llegue a la casa fui directamente a hablar con Alice, que se encontró más que encantada con la idea de ayudarme para el baile, tanto era su entusiasmo que ella, Rosalie y Jasper me darían lecciones de baile, esperaba que no se volvieran una tortura.

Mis tardes en las siguientes dos semanas se redujeron a solo estudiar, hacer los deberes y las clases. Estas últimas eran muy divertidas, que vampiros con siglos de experiencia en el arte de la danza era lo mejor, aprendí desde un vals a un tango, me negué en rotundo a aprender lo conocido como el reggaetón, no me gustaba la música mucho menos el baile, lo cual agradecieron mis tres instructores. Al siguiente día de comunicarle a Alice lo del baile ya tenía lo que usaría para ese día, desde el vestido hasta el peinado y accesorios. Alice tenía la capacidad de sorprenderme.

Lo último que supe de Alec fue antes de enterarme del baile, me había llamado una noche antes para comunicarme que le habían encomendado una misión, que no sabía cuánto duraría esta y que por eso no me llamaría los siguientes días; desde que los teléfonos aparecieron en nuestra relación no había pasado ni una noche en la que no habláramos, dos semanas sin saber nada de él me hacían pensar que algo le había ocurrido en dicha misión, pero trataba de tranquilizarme, de no pensar en eso, si no pensaba, no sentía, sino sentía, no habría dolor.

Hoy es mi última lección antes del baile que será mañana. Esta fue más divertida que otras, la última canción antes de terminar era un vals, en ese momento entro Exen a la habitación que usábamos para las lecciones, se acercó a donde me encontraba y me ofreció su mano, enseguida entendí lo que quería, me guio al centro de la pista y la música comenzó, era extraño, mi única pareja de baile hasta ahora había sido Jasper y podía notar la diferencia, no entendía porqué Exen había irrumpido en la clase cuando nadie lo había hecho antes.

-Juliette, sé que mañana es un día importante para ti, tu baile de graduación y creí que sería buena idea que compartiéramos un baile juntos, ya que yo te veo como una hija.- eso había sido una completa sorpresa, ambos nos teníamos confianza pero entendí el mensaje oculto, un baile padre e hija, mi primer y único baile padre e hija, era un bonito gesto. Cuando la canción acabo lo abrace solo por unos cortos instantes antes de retirarme a mi habitación. Eso me había afectado, más de lo que imagine, supongo que con el paso de los años esa herida seguirá ahí, una que creí olvidada, que ya no dolería, quizás la superare con el pasar del tiempo cuando la resignación llegue al fin. Vagando en mis pensamientos llego el más recurrente en los últimos días << ¿Dónde estarás, amor? ¿Estarás bien? ¿Cuándo volverás? ¿Me extrañaras tanto como yo a ti? >>

Como si me hubiese escuchado después de tanto tiempo, el teléfono vibro, eso solo significaba que era él, conteste desesperada por escuchar su voz, la mía traidora no salía, las palabras estaban atoradas en mi garganta mientras lágrimas de felicidad surcaban mis mejillas, era él, por fin era él. Ya quería verlo.

-¿Juliette? ¿amore, estas ahí?- mi corazón se derretía con solo oír su voz luego de una eternidad, estaba tan estúpida y locamente enamorada de él que hasta mis pensamientos y mi manera de actuar era de una completa tonta.

-Alec- mi voz había salido en casi un suspiro y pude oír su risa, esa risa entre dientes que usa para burlarse de mí en ocasiones, me sentí tonta pero fue inevitable, he estado angustiada por su bienestar y al fin saber que está bien es la mejor noticia de todas.

-Ya extrañaba oir tu voz, este tiempo ha sido una verdadera tortura, ¿entiendes a lo que me refiero?- pregunto con la diversión impregnada en su voz.

-Te entiendo perfectamente, es lo mismo que he sentido yo todo este tiempo.- mi respuesta solo lo hizo reír otra vez.

-Mañana voy a verte, no soporto un día más sin ti.- si mi felicidad era grande en ese instante con solo esas palabras solo había logrado que aumentara, al igual que los latidos de mi corazón. Pero al repasar sus palabras en mi mente por segunda vez me di cuenta a lo que se refería.

-Mañana no estaré en la casa por la noche.- dije desilusionada, no podía creer mi mala suerte, después de un mes al fin volvería a ver a mi novio y no podría, ahora la idea de ir al baile parecía una completa basura.

-¿Y eso?- solo habían sido dos palabras pero pude sentir la molestia y frustración por mi respuesta, sí, lo entendía perfectamente.

-Mañana es mi baile de graduación, y planeaba ir, y antes de que lo digas no puedo cancelarlo, tendría que decir muchas excusas poco creíbles a los Cullen, todos saben lo emocionada que he estado con la idea de ir.- explique de forma un poco atropellada pero sabía que había entendido perfectamente.

-Iré contigo a ese baile, así tendríamos una cita como los humanos ¿no es mejor esa idea a esperar un día más para verte?- sí, era una propuesta tentadora pero había un fallo en su plan, Seth.

-Me encantaría cariño, pero ya invite a alguien, ya tengo una pareja...

-¿Quién?- la simple pregunta había salido en medio de un gruñido que me hizo reír entre dientes, ni siquiera me había dejado terminar de explicarle.

-Seth, mi mejor amigo, iremos en plan de amigos, no tienes nada de qué preocuparte, ya estoy enamorada de ti.- dije lo último para tranquilizarlo, ya podía imaginarme la escena, yo llegando al baile con Seth y Alec pareciendo de la nada para matar a mi mejor amigo, segado por los celos, no es un escenario muy bonito o de mi agrado.

-Explícame con más detalle.- esa respuesta no me la esperaba, me había tomado por sorpresa, algo planea, pero si quiero zacear la curiosidad deberé contarle.

-Te diré, solo promete no intentar matar, agredir o dañar bajo ningún concepto a mi amigo, sino me molestare mucho contigo. Promételo.- luego de que aceptara a regañadientes, proseguí a contarle mi plan con Seth.- El plan es este, el baile comienza a las seis de la tarde, pero quede con Seth de que pasara por mí a las nueve a la casa Cullen y así llegar al baile a eso de las nueve y media, quiero ir al baile pero solo por un rato y vivir la experiencia, pero no creo poder soportar tantas horas ahí. Un punto importante ninguno de los Cullen sabe a qué hora comienza el baile y a qué hora me pasara a buscar Seth. Pienso decírselos mañana. ¿Feliz?- pregunte al terminar mi explicación, y espere una respuesta de su parte, que tardo un poco en llegar.

-Bastante, no tienes ni idea, vita mia.